lunes, 8 de junio de 2015

A fondo: el aprendizaje significativo en dos teorías educativas, cognoscitivismo y humanismo


Forma e integra personas. Impacta y da sentido a la vida. Genera creencias y
aptitudes con efecto a largo plazo. Puede provocar derroche de creatividad y
ser acelerador del aprendizaje.

Luis Perelman.



Al adentrarse en la lectura de autores importantes sobre las teorías del aprendizaje, suele uno encontrarse con diferentes posturas que intentan explicarlo: conductismo, cognoscitivismo y humanismo, entre otros.


Recientemente en los ambientes educativos las palabras aprendizaje significativo han cobrado auge en el afán por llegar a una educación eficiente y no desvinculada con los dos principales actores del proceso educativo: maestros y alumnos.

 


Así, los cuestionamientos ¿qué es el aprendizaje significativo? ¿cuáles son sus características? Y ¿cómo puede llevarse al salón de clases? Están en la mente de muchos educadores.

 

No se intenta aquí una respuesta directa a estas preguntas, la finalidad es revisar las convergencias y divergencias entre dos autores que se distinguen por utilizar este concepto en sus propias teorías del aprendizaje y que parten de marcos de referencia muy distintos Sin embargo, esta pequeña exploración podría ayudar un poco a responder aquellos cuestionamientos.

 

En su primer momento se presentan por separado las posturas de Ausbel (cognoscitivismo) y Roger (humanismo), para después intentar una comparación entre ambas, y por qué no, tal vez una conciliación entre ellas.

 

El aprendizaje significativo en el cognoscitivismo de Ausbel

 

Entre las teorías cognitivas del aprendizaje destaca la postura de Ausbel, quien desde una posición organicista, retoma el concepto de aprendizaje significativo, dentro del marco de la asimilación y a través del proceso de la instrucción (Pozo, 1989). Aunque no contamos con una definición precisa de Aprendizaje Significativo en este autor, un breve repaso de su teoría ayudará en nuestro propósito. Al hablar del conocimiento, se sitúa en un contexto educativo, ocupándose de los procesos de aprendizaje y enseñanza; acentuando en su teoría la idea de la organización del conocimiento en estructuras y reestructuraciones debidas a la interacción de aquellas con las nuevas informaciones recibidas.

 

En cierta manera contrapone el aprendizaje memorístico al significativo, y solo en cierta forma puesto que su concepción de aprendizaje y enseñanza es el de un continuo en el que ambos toman parte se distinguen no solo cognitivamente, sino también por el tipo de motivación que los promueve y las actitudes que provoca en el alumno ante ella aprendizaje. Ausbel sostiene que toda persona va desarrollando sus propias estructuras cognitivas, en un proceso continuo que se inicia con la elaboración de representaciones que luego darán forma a conceptos y proposiciones.

 

Este autor no se aparta de los principios generales de las teorías cognoscitivistas (Piaget, Vigotsky y Bruner), pero sí insiste en el carácter relacional de las estructuras previas con los nuevos datos. Esquemáticamente su postura podría representarse de la siguiente manera:



 
Con esto podemos retomar la definición que en su trabajo nos proporciona Pozo (1989) al hablar de Ausbel:

 

“Un aprendizaje es significativo cuando puede incorporarse a las estructuras de conocimiento que posee el sujeto, es decir cuando el nuevo material adquiere significado para el sujeto a partir de su relación con conocimiento anteriores”.

 

Debe hacerse notar en esta definición, el carácter estructural del sujeto que supone, además ciertos requisitos cognitivos necesario para la asimilación, una predisposición del sujeto y un significado en sí mismo de los nuevos datos; lo cual dará características especiales al nuevo aprendizaje, su significación. Es decir, que el aprendizaje significativo para Ausubel es aquel tipo de conocimiento que se puede acomodar a las estructuras cognitivas previas del sujeto y que de su relación con los datos de aquellas –conocimientos previos—obtiene su significatividad.

 

El aprendizaje significativo en el humanismo rogeriano

 

Carl Rogers uno de los más grandes exponentes de la corriente humanista, al referirse a la educación, centra su postura en lo que él ha denominado Aprendizaje Significativo. Una revisión general de su teoría aparece en el cuadro 1.

 



 

Para este autor, “los objetivos de la educación son: promover el crecimiento personal y facilitar el aprendizaje significativo”. Su pedagogía se interesa por el desarrollo global del ser humano, por su crecimiento y autorrealización; conceptos propios de la corriente humanista.

 

Se centra más en los procesos de aprendizaje que en los de la enseñanza, postura que denota mayor preocupación por la tarea del sujeto (aprendizaje) que por la del educador (enseñanza).

 

En sus escritos sobre educación refiere algunas hipótesis básicas del aprendizaje significativo, aquí, no todas nos interesan, por lo que tomaremos solo aquellas que expresan con mayor claridad su concepto del tema que nos ocupa (Rogers, 1969):

 

§  Los seres humanos tienen una potencialidad natural para aprender

§  No se puede enseñar a otra persona directamente, solo se puede facilitar su aprendizaje

§  Una persona aprende significativamente solo aquellas cosas que percibe como vinculadas con su propia supervivencia o su desarrollo

§  Una gran cantidad de aprendizaje significativo se adquiere ‘haciendo

§  El aprendizaje iniciado por el mismo estudiante, que incluye a toda la persona del que aprende, tanto en sus sentimientos como en sus ideas, actitudes y acciones, es el aprendizaje mejor asimilado y el más duradero.

 

A estas hipótesis subyace la teoría terapéutica de Rogers y la concepción de ser humano que siendo una concepción optimista, positiva, basa su teoría del aprendizaje en las bondades del ser humano (estudiante): su potencialidad hacia el desarrollo y la autorrealización, en la naturaleza constructiva y digna de confianza del ser humano cuando funciona libremente y en un ambiente adecuado (Moreno, 1983).

 

Hace resaltar que lo significativo es aquello que está vinculado al mismo ser persona, con su integridad, sus necesidades e intereses propios, al ‘hacer’ lo mismo, o como él lo llama, a la ‘experiencia’.

 

Lafarga (1986) por su parte sostiene que los elementos que constituyen el aprendizaje significativo de la persona completa, incluyen un aprendizaje intelectual, una gama de emociones personales y un impacto fisiológico.

 

Pero, ¿cuáles son las características del aprendizaje significativo, según Rogers? Moreno (1983) habla de seis:

 

§  Incluye a toda la persona (pensamientos, sentimientos y acciones)

§  De la persona brota el deseo de saber

§  Es una experiencia interna de quien aprende

§  El cambio del aprendizaje es en la percepción, luego de actitudes, valores y conducta

§  Se convierte en recurso para la persona

§  La persona es quien debe evaluar la significatividad del aprendizaje.

 

Sin embargo, Rogers (1970) va más allá de simplemente explicar en qué consiste su aprendizaje significativo, aborda también el cómo, al hablar de las condiciones y actitudes facilitadoras de éste. Algunas de ellas tienen mucho que ver con su práctica terapéutica y se dirigen hacia el desempeño del docente, su propia práctica:

 

§  Contacto real con problemas importantes en la vida del estudiante

§  Genuinidad y autenticidad del facilitador

§  Aceptación positiva incondicional del estudiante como persona

§  Comprensión empática

§  Provisión de recursos por parte del facilitador.

 

A diferencia de Ausubel, Rogers ve más el aspecto de crecimiento y desarrollo de la persona en el aprendizaje significativo, sus motivaciones para realizarlo, atiende más a lo externo, mientras aquel se concentra en el aspecto funcional o estructural, el cómo sucede en el interior de quien aprende, el mecanismo que lo produce y regula.

 

Con todo lo dicho, queda ya esbozada la posible respuesta a la pregunta inicial de cuáles son las similitudes, diferencias y mutuos puntos de apoyo de las dos posturas respecto del tipo de aprendizaje que se ha denominado significativo.

 

Más allá de las divergencias.

Como hemos dicho líneas atrás, el aprendizaje significativo en Ausubel tiene que ver con la relación de algo nuevo con lo que ya se sabe, con las estructuras del sujeto y las reestructuraciones que realiza ante información nueva; su enfoque es más organicista, en la medida en que, un material resulta significativo en cuanto puede ser relacionado con lo que ya se sabe. Su punto de partida es el saber en relación a lo nuevo –las estructuras cognitivas como él le llama--; mientras que en Rogers es la necesidad de desarrollo.

 

Mientras aquel es organicista, Rogers es más bien individualista; mientras uno se aboca al proceso, el otro a los beneficios que el aprendizaje significativo trae al individuo.

 

Podemos decir que la estructura en Rogers es mucho más global, en cuanto que un aprendizaje de este tipo afecta la totalidad de la persona, no solo sus conceptos, como es el caso de Ausubel.

 

Sin embargo, hay puntos de convergencia en ambas posturas tales como el esfuerzo deliberado de incorporar nuevos datos, el aprendizaje relacionado con experiencias, la implicación afectiva del proceso (exacerbada en Rogers) y la producción de cambios profundos y persistentes en quien aprende.

 

Por otra parte, aparecen también claras diferencias, dado el diferente punto de partida y su posición epistemológica (cognoscitivismo y existencialismo) pero no por ello irreconciliables. Mientras Ausubel habla de material con significado propio, dada su organización, en Rogers la significación no viene de un reajuste interno por estructuras preexistentes, sino que es el mismo sujeto quien lo proporciona, aunque no se descarta con ello la significación ‘per se’ de la experiencia vivida, ni la existencia de estructuras cognitivas e ideas inclusoras que den cabida a nuevos datos; más bien, las supone. Rogers no habla de tales ideas inclusoras, pero sí de la tendencia al crecimiento y la autorrealización en donde se encontraría el elemento de enlace.

 

Aun cuando para Ausubel la estructura no asegura un significado psicológico del aprendizaje, y este es un elemento que hace distintas ambas posturas, en el humanismo rogeriano es un elemento importante.

 

Podemos arriesgarnos a decir que aun cuando Rogers pierde de vista el elemento organicista, de cómo se realiza el aprendizaje significativo, y enaltece la parte individualista de éste, Ausubel parece darle este elemento de rigor científico completando la concepción de cómo aprendemos lo que nos interesa y lo hacemos parte de nuestra vida. Convenimos así en la siguiente definición:

 

El aprendizaje significativo debe ser entendido como la vinculación que hace el individuo de los nuevos conocimientos con las experiencias previas (Ausubel), involucra a la persona en su totalidad, con sus pensamientos, sentimientos y acciones; los cambios que implica van más allá de lo conductual, pueden incluir a la percepción, las actitudes y los valores para incidir en la personalidad del individuo (Rogers).

 

 

Referencias:

MORENO Salvador (1983). La educación centrada en la persona. Distrito Federal, México: Manual Moderno.

LAFARGA C. y GOMEZ J., (1991) Desarrollo del potencial humano: aportaciones de una psicología humanista. Vol. III. Distrito Federal, México: Trillas.

PERELMAN Luis (1995). Cómo vender el aprendizaje significativo. En PROMETEO No. 9. Distrito Federal, México: Universidad Iberoamericana.

POZO J. L. (1989), Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid, España: Morata.

ROGERS Carl (1969). Freedom to learn. Columbus, Ohio: Charles E. Merril Publishing.

 

 

 

 

J. Rafael Mora Vázquez

Maestría en Ciencias de la Educación y

Maestría en Desarrollo Humano

Doctorado en Educación

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