lunes, 27 de julio de 2015

A fondo: la educación humanista, una mirada a su perspectiva teórica (1)

La educación humanista se originó a finales de la década de 1940, con el movimiento iniciado por Kurt Lewin, conocido como Desarrollo del Potencial Humano y la aparición de la teoría terapéutica de Carl Rogers que ha tenido una valiosa contribución al campo educativo, especialmente en la metodología, con su Enfoque Centrado en la Persona, en adelante también ECP (González, 1988).
 
A grandes rasgos habrá que decir que, el humanismo propone como metas de la educación la promoción para la autorrealización mediante el estímulo de las potencialidades del individuo, asienta que el aprendizaje es el proceso que modifica la percepción que los individuos tienen de la realidad, derivado de la organización del yo y que este aprendizaje debe ser significativo.

 
Sostiene además que, el papel del docente es nodirectivo, es facilitador del aprendizaje al proporcionar las condiciones para que el aprendizaje se dé en forma autónoma, en un ambiente de respeto y confianza; y que la concepción del alumno viene dada por el concepto de persona: todos los alumnos son diferentes, únicos, con iniciativa, con necesidades personales de crecimiento, poseen afectos y tienen vivencias particulares.

 

Así, en general, se pueden identificar como metas generales de la educación humanista, según Hernández (1998) las tres siguientes:

 

·         Ayudar a desarrollar la individualidad de las personas

·         Apoyar a los alumnos para que se reconozcan como seres humanos únicos

·         Contribuir a que los estudiantes desarrollen sus potencialidades.

 

Dentro de la teoría humanista de la educación, la perspectiva más ortodoxa y clásica es la rogeriana, mejor conocida como la Educación Centrada en la Persona (ECP) o el Estudiante.

 

Como forma parte del bloque humanista, en muchas ocasiones se identifica a este enfoque con el enfoque del Desarrollo Humano, aunque se debe tomar en cuenta que la comprehensión del movimiento del Desarrollo Humano es mayor al del ECP, es más amplio ya que, dado su dinamismo, el Desarrollo Humano ha ido incorporando aportaciones de perspectivas cuyo propósito fundamental es el desarrollo de la persona, tal es el caso de la psicología transpersonal, la logoterapia y la psicología de la gestalt. Con todo, se sigue identificando al ECP como la representación del Desarrollo Humano en el campo educativo.

 

El desarrollo humano y la educación

En el país la influencia de la perspectiva humanista ha tenido un fuerte desarrollo en algunas instituciones privadas con el “Desarrollo Humano”, entendido éste como un movimiento psicológico que desde la perspectiva humanista y una fuerte apertura hacia las doctrinas cuyo propósito es el crecimiento, desarrollo y realización de las personas, engloba a una teoría o perspectiva teórica y un estilo de vida o perspectiva práctica.

 

En este movimiento de Desarrollo Humano (en adelante también DH) se pueden identificar algunos autores clásicos de la historia de la psicología humanista, como Abraham Maslow, Carl Rogers, W. Allport, Rollo May y Víctor Frankl, seguidores del enfoque existencial humanista (Rage, 1998; Carpintero, 1996); a instituciones educativas cuyos principios educacionales están basados en esta teoría, tal es el caso de la Universidad Iberoamericana (UIA) y el Instituto de Estudios Superiores de Occidente (ITESO); y a Juan Lafarga, Alberto Segrera, Gómez del Campo, Salvador Moreno, Ana María González Garza y Rosa Larios Novelo como los autores mexicanos más representativos de este movimiento.

 

Sin embargo, si bien es cierto que la columna vertebral del movimiento de DH en México y en Guadalajara, ha sido el enfoque rogeriano; también debe considerarse la amplia apertura hacia otras teorías, también de sesgo humanista, que han encontrado espacio en esta perspectiva, tal es el caso de la logoterapia, la psicoterapia gestalt y la psicología transpersonal.

 

Insertado en la tradición humanista, el DH tiene su punto de partida en una “concepción de la naturaleza humana positiva, constructiva, realista, digna de confianza y en continuo proceso de desarrollo” (González, 1998, p. 13). En donde se considera al ser humano como único, sensible, creativo y con tendencia al desarrollo.

 

Centra su atención en el estudio y análisis de los procesos integrales de la persona, fundamentándose epistemológicamente en el existencialismo y la fenomenología, generando así, “una nueva concepción del hombre que defiende la libertad y la tendencia del ser humano a desarrollarse y promoverse” (González, 1998, p. 11).

 

Metodológicamente es un enfoque holista y subjetivo. Como se ha dicho en el párrafo anterior, la perspectiva del Desarrollo Humano (DH) se fundamenta en el existencialismo, base filosófica de la psicología humanista-existencial, en cuanto comparte buena parte de sus credos filosóficos y antropológicos, en su visión del ser humano y hasta en sus cuestionamientos básicos (Rage,1988; Carpintero, 1996), lo que acusa influencias directas del pensamiento de los grandes filósofos existencialistas y que también son base para la psicología de la tercera fuerza.

 

Este enfoque, “enfatiza los intereses y las preocupaciones filosóficas de lo que significa ser realmente humano” (González, 1998, p. 36), un ser viviente en constante cambio y con la capacidad de ser consciente de ello, que posee medios de autocomprensión, para modificar su autoconcepto, actitudes y comportamiento, si se le proporciona un clima favorable:

 

Contemplado como un movimiento eminentemente educativo, el desarrollo humano se fundamenta en las corrientes de pensamiento fenomenológica, humanista y existencialista, de la que se desprende su ser y quehacer. Entre sus características distintivas se encuentra la apertura al cambio, al diálogo, a la experiencia y al encuentro consigo mismo, con el tú, con el nosotros y los otros, y con la naturaleza (González, 1997, p.2).

 

Es, si se quiere, un modelo educativo que consiste en un proceso ascendente y constante de transformación, un medio a través del cual se facilita y promueve la realización integral del infinito potencial humano (González, 1992).

 

En su concepción de ser humano, se enfatiza la tendencia hacia el desarrollo, que frecuentemente se denomina, en el lenguaje propio de otro de los autores humanistas más reconocidos: Abraham Maslow, tendencia actualizadora, y que es innata al ser humano. El Enfoque Centrado en la Persona (ECP), una de las principales aportaciones del humanismo y la más difundida en términos de educación, tiene su base, según González (1991) y Moreno (1983), en los siguientes principios:

 

·         La persona es valiosa por sí misma

·         La naturaleza humana es constructiva y digna de confianza, posee una tendencia hacia el desarrollo integral

·         La motivación básica es la autorrealización

·         Una persona saludable vive funcionalmente como un organismo total, integrado

·         El aprendizaje significativo debe ser descubierto en la propia existencia

·         Se puede confiar en la persona y en su curiosidad y deseo de aprender innatos.

 

Consecuente con los principios más fundamentales del humanismo, la educación es concebida dentro de la perspectiva del Desarrollo Humano (DH) como un proceso dinámico de aprendizaje significativo, en donde el estudiante es el principal elemento y cuyo logro máximo es su autorrealización (Maslow, 1988; 1990) en todas las esferas de la personalidad; es además, un medio favorecedor del desarrollo de la tendencia actualizante que cada persona posee y que debería ser potenciada atendiendo las necesidades personales de cada alumno al proporcionarles opciones válidas de autoconocimiento, crecimiento y decisión personal (Hernández, 1988).

 

Uno de los supuestos teóricos más importantes del humanismo en general y del enfoque de Desarrollo Humano en particular, es la introducción del concepto persona en la educación, que vendrá a modificar no solamente la práctica educativa, sino la concepción misma de sus actores, haciendo énfasis en los objetivos de la educación, resaltando más el papel del alumno, su aprendizaje, que al docente, la enseñanza y la manera de realizar la acción educativa.

 

Para el enfoque del DH, la enseñanza, si es posible hablar de ella, es el logro máximo de la autorrealización, en donde se propone que el alumno desarrolle una conciencia ética, altruista y social, y cuya meta es la promoción de la autorrealización (Maslow, 1988). Es decir, que la persona logre lo mejor de lo que es capaz. Objetivo que en alguno de sus puntos se comparte con los fines de la Orientación Educativa.

 

Rogers, en su educación centrada en la persona, a veces llamada también educación democrática centrada en la persona, confiere la mayor responsabilidad al alumno y la caracteriza sobre la base de cuatro principios (Hernández, 1988):

 

1.    La persona es capaz de responsabilizarse y de controlarse a sí misma en su aprendizaje

2.    El contexto educativo debe crear las condiciones favorables para facilitar y liberar las capacidades de aprendizaje existentes en cada individuo; el alumno aprende a través de sus propias experiencias y es muy difícil enseñar a otra persona directamente (solo se le puede facilitar el aprendizaje)

3.    En la educación se debe adoptar una perspectiva globalizante de lo intelectual, lo afectivo y lo interpersonal

4.    El objetivo central de la educación debe ser crear alumnos con iniciativa y autodeterminación, que sepan colaborar solidariamente con sus semejantes sin que por ello dejen de desarrollar su individualidad.

 

Palacios (1984) y Moreno (1983) resumen convenientemente los principios fundamentales de la enseñanza centrada en la persona o el estudiante en los siguientes puntos:

 

·         El postulado básico es la confianza en las potencialidades del ser humano

·         El aprendizaje y la asimilación necesitan determinadas circunstancias y condiciones

·         Se aprende sólo lo significativo

·         Los contenidos del aprendizaje no deben ser amenazantes para el yo del estudiante

·         Gracias a la práctica es como se aprende

·         El aprendizaje participativo es más eficaz que el pasivo

·         El aprendizaje perdurable y profundo implica a la totalidad de la persona

·         Es muy importante la autoevaluación y la crítica

·         El aprendizaje social más útil es el aprendizaje del proceso de aprendizaje.

 

Resulta claro como estos principios habrán de modificar notablemente la caracterización y acción de sus actores, y de alguna manera se tendrá una postura educativa distintiva, de la que surgen conceptos como: responsabilidad, libertad, aprendizaje significativo y facilitación de aprendizaje.

 

El enfoque asigna al profesor un papel no directivo, cuya función ha de ser la de facilitar el aprendizaje del estudiante proporcionándole las condiciones para que esta acción se de en forma autónoma, creando una atmósfera de respeto y apoyo a la curiosidad de aquel, y valorando la búsqueda personalizada del conocimiento. Con rasgos tales como:

 

·        Mostrar una relación de respeto con sus alumnos

·        Partir de las potencialidades y necesidades delos alumnos

·        Estar interesado en el alumno como persona

·        Abierto a nuevas formas de enseñanza

·        Fomentar el cooperativismo en los alumnos

·        Mostrar autenticidad y genuinidad

·        Ser sensible a las percepciones y sentimientos de los alumnos

·        Evitar posturas egocéntricas y autoritarias

·        Poner sus conocimientos al servicio de los alumnos

 

Por otra parte, el alumno es entonces, sobre esta base, una persona, digna de confianza y tendiente al desarrollo y la autorrealización; un ser con iniciativa, con necesidades personales de crecimiento, capaz de autodeterminarse y con la potencialidad de desarrollar actividades y solucionar problemas creativamente (Guzmán y Hernández, 1993).

 

El estudiante no sólo es una persona que participa cognitivamente en la clase, sino como un ser afectivo y con vivencias particulares, y cuyo aprendizaje se da mediante su participación en el proceso mismo.

 

También tiene una forma propia de concebir la metodología de la acción educativa al proponer condiciones y actitudes básicas para su realización, a saber: el contacto real con problemas reales, la autenticidad o genuinidad en los actores, la aceptación positiva incondicional de los mismos, la comprensión empática y la provisión de recursos (González, 1988; Guzmán y Hernández, 1993).

 

Por otra parte, no debe perderse de vista que es el aprendizaje significativo el elemento primordial del enfoque centrado en el alumno, y el del Desarrollo Humano, el cual consiste en asimilar uno mismo lo aprendido, esto es que, cuando el aprendizaje tiene sentido para el estudiante, se integra a su persona, se olvida con mayor dificultad y tiene una aplicación práctica en la vida diaria. Los factores o elementos más importantes de este aprendizaje significativo son enunciados por González (1988, p. 71) como:

 

·         Contenidos: información, conductas o habilidades por aprender.

·         El funcionamiento de la persona, en sus aspectos biológico, psicológico, espiritual y social

·         Necesidades y problemas que el individuo enfrenta en ese momento y que le son importantes

·         El ambiente en el que se propicie el aprendizaje.

 

Finalmente y en un intento por resumir los conceptos básicos del enfoque del Desarrollo Humano, que encuadran la perspectiva teórica que habrá de sustentar esta investigación y que mantienen una estrecha relación con el Enfoque Centrado en la Persona (que se abordará en el siguiente apartado), habrá de decirse que puede notarse que los objetivos de éste están en función de favorecer el desarrollo integral del estudiante, de su crecimiento y autorrealización. Que existen elementos generales en los que ésta descansa, como su concepción de ser humano, que es el principio rector, la importancia de la experiencia, no en el sentido empirista, sino como experiencia fenoménica, subjetiva; el hecho de que puede caracterizarse como una pedagogía relacional, al enfatizar el valor de las relaciones interpersonales de sus actores y de las actitudes tomadas por éstos; y finalmente, por su concepción de aprendizaje significativo que da lugar a la responsabilidad y creatividad en el alumno, y a su propia autoformación.

 

 

Referencias

 

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Rafael Mora Vázquez

Maestro en Desarrollo Humano y

Ciencias de la Educación

Doctor en Educación

 

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