lunes, 25 de mayo de 2015

Las Reflexiones del Maestro Roberto: la reprobación en la escuela secundaria (segunda parte)


Las gráficas que tiene en sus manos le han inquietado. Sumergido ya en el entorno creado por una escuela secundaria, por una educación secundaria, puesta en el banquillo de los acusados: con muy bajos resultados en las evaluaciones institucionales, con una reforma en el suspenso y la incertidumbre, con descalificaciones constantes, estos números representan parte de su propio trabajo, aunque solo sea una pequeña parte de una escuela de las tantas que conforman el sistema. Son los índices de reprobación del curso pasado.

 

Aquel 30.65% de reprobados como porcentaje final que ubicó a su escuela en la lista de las que tienen el más alto índice de reprobación comienza a tener sentido, sólo ahora que puede observar sus particularidades y matices.

 

Su escuela, en rigor tiene 398 alumnos, aunque inicialmente se inscribieron 416. De ellos solamente 26 no han sido promovidos al curso siguiente. Apenas el 6.53% de la población total de estudiantes. Pero estas estadísticas sacadas de la documentación oficial y presentadas por el subdirector en la última reunión de maestros, ofrecen datos más relevantes y valiosos, más útiles al maestro Roberto.

 


Roberto miró detenidamente el desfile de números. Sus observaciones le permitieron darse cuenta que:

 

·         36 alumnos reprobaron una materia, lo que representa el 9% de la población

·         27 alumnos reprobaron dos materias, representan el 6.8%

·         13 alumnos reprobaron tres materias, representan el 3.26%

·         10 alumnos reprobaron cuatro materias, representan el 2.51%

·         10 alumnos reprobaron cinco materias, representan el 2.51%

·         26 alumnos reprobaron más de seis materias, representan el 6.53%

·         Que han sido 122 alumnos los que han reprobado, al menos una materia, esto es el famoso 30.65% que aparece en la estadística

 

He aquí el tan sonado porcentaje de reprobación, ese que da un lugar a la escuela del maestro Roberto en la lista de las que tienen el más alto índice de reprobados. Las preguntas surgen solas: si se tiene un sistema por asignaturas ¿cuándo un alumno se considera reprobado? ¿cuando reprobó desde una sola asignatura? ¿cuando no fue promovido al siguientes curso? ¿tiene el mismo valor reprobar una o dos asignaturas que reprobar cinco o seis, o el curso completo?

 

Hay que considerar, recordó el maestro, que para que un alumno no se promueva al siguiente curso es porque tiene seis o más asignaturas reprobadas, por lo que entonces solo el 6.53% debería considerarse estrictamente como el índice de reprobación. Los alumnos con hasta cinco materias reprobadas tienen dos oportunidades de pasarlas (agosto y septiembre), si logran quedarse solo con dos materias reprobadas pueden ser inscritos en el siguiente grado, si no, repiten. Así que para nuestra escuela ese 6.5% que ya están reprobados y no serán promovidos, podría incrementarse a un 14.85% en el peor de los escenarios y según los números de arriba.

 

Nuevamente esta idea quedó grabada en los pensamientos de Roberto: “La reprobación en la escuela secundaria es un aspecto que debe verse con mucho cuidado y en el que deben tenerse en cuenta sus propios matices”

 

 

A PROPÓSITO DE ESTADÍSTICAS

 

Todas las escuelas secundarias del país reportan a sus respectivas Secretarías de Educación locales, las estadísticas (números y cifras) que guarda el plantel en un ciclo escolar. Este reporte se hace dos veces por ciclo (al inicio y al final), bajo las formas 911.5 y 911.6 Es de estos documentos de los que se elaboran las estadísticas para el nivel de educación secundaria estatal y nacional.

 

La información es clasificada en tres grandes áreas: alumnos y grupos, personal por función, y modificaciones al inmueble. En la primera sección, de los alumnos y los grupos, la más extensa y tal vez la más significativa para las escuelas y los docentes se da cuenta de una buena cantidad de información relevante:

 

      El total de los alumnos del plantes con un desglose de distintas variables como: sexo, edad, inscripción total, grados, número de aprobados y número de grupos

      La diversidad de alumnos: extranjeros, indígenas, discapacitados, aquellos alumnos con capacidades y aptitudes sobresalientes, los que han sido atendidos por las Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER) y los reprobados; estos últimos desglosados por número de asignaturas reprobadas y grado que cursan).

 

En cuanto a personal por función, este documento específica información como el número de personal directivo, personal docente, personal docente especial (física, artísticas y tecnologías), así como el personal administrativo, auxiliar y de servicios. También clasifica a los trabajadores de las escuelas por tiempo dedicado a su función tomando en cuenta si éstos son de tiempo completo, tres cuartos de tiempo, medio tiempo o por horas.

 

En la tercera sección del documento, modificaciones al inmueble, se informa acerca de los cambios, rehabilitaciones o reparaciones del plantel, ampliaciones, reducciones del inmueble o instalación de servicios.

 

En la mayoría de las escuelas, es con los datos de este documento con los que la dirección elabora los reportes e informes que se ofrecen a los docentes, los coordinadores, jefes de sector, jefes de enseñanza y demás interesados.

 

Lamentablemente en ocasiones, la información no es manejada con adecuadamente, con todos los matices que la conforman, como en el caso del índice de reprobación de la escuela que deja a un lado los matices entre alumno reprobado y materia reprobada.

 

Sin embargo, esto no resta importancia al instrumento del que se viene hablando, al contrario esperamos que con esta pequeña reseña podamos darle su justo valor y sobre todo, como docentes nos interesemos en conocerla.

 

 
Maestro Roberto

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