Las
gráficas que tiene en sus manos le han inquietado. Sumergido ya en el entorno
creado por una escuela secundaria, por una educación secundaria, puesta en el
banquillo de los acusados: con muy bajos resultados en las evaluaciones institucionales,
con una reforma en el suspenso y la incertidumbre, con descalificaciones
constantes, estos números representan parte de su propio trabajo, aunque solo
sea una pequeña parte de una escuela de las tantas que conforman el sistema.
Son los índices de reprobación del curso pasado.
Aquel
30.65% de reprobados como porcentaje final que ubicó a su escuela en la lista
de las que tienen el más alto índice de reprobación comienza a tener sentido,
sólo ahora que puede observar sus particularidades y matices.
Su
escuela, en rigor tiene 398 alumnos, aunque inicialmente se inscribieron 416. De
ellos solamente 26 no han sido promovidos al curso siguiente. Apenas el 6.53%
de la población total de estudiantes. Pero estas estadísticas sacadas de la documentación
oficial y presentadas por el subdirector en la última reunión de maestros, ofrecen
datos más relevantes y valiosos, más útiles al maestro Roberto.
Roberto
miró detenidamente el desfile de números. Sus observaciones le permitieron
darse cuenta que:
·
36 alumnos reprobaron una materia, lo que representa el 9% de la
población
·
27 alumnos reprobaron dos materias, representan el 6.8%
·
13 alumnos reprobaron tres materias, representan el 3.26%
·
10
alumnos reprobaron cuatro materias, representan el 2.51%
·
10
alumnos reprobaron cinco materias, representan el 2.51%
·
26
alumnos reprobaron más de seis materias, representan el 6.53%
·
Que
han sido 122 alumnos los que han reprobado, al menos una materia, esto es el famoso
30.65% que aparece en la estadística
He aquí el tan sonado
porcentaje de reprobación, ese que da un lugar a la escuela del maestro Roberto
en la lista de las que tienen el más alto índice de reprobados. Las preguntas
surgen solas: si se tiene un sistema por asignaturas ¿cuándo un alumno se considera
reprobado? ¿cuando reprobó desde una sola asignatura? ¿cuando no fue promovido
al siguientes curso? ¿tiene el mismo valor reprobar una o dos asignaturas que
reprobar cinco o seis, o el curso completo?
Hay que considerar, recordó
el maestro, que para que un alumno no se promueva al siguiente curso es porque
tiene seis o más asignaturas reprobadas, por lo que entonces solo el 6.53%
debería considerarse estrictamente como el índice de reprobación. Los alumnos
con hasta cinco materias reprobadas tienen dos oportunidades de pasarlas
(agosto y septiembre), si logran quedarse solo con dos materias reprobadas pueden
ser inscritos en el siguiente grado, si no, repiten. Así que para nuestra
escuela ese 6.5% que ya están reprobados y no serán promovidos, podría incrementarse
a un 14.85% en el peor de los escenarios y según los números de arriba.
Nuevamente esta idea
quedó grabada en los pensamientos de Roberto: “La reprobación en la escuela
secundaria es un aspecto que debe verse con mucho cuidado y en el que deben
tenerse en cuenta sus propios matices”
A PROPÓSITO DE
ESTADÍSTICAS
Todas las escuelas
secundarias del país reportan a sus respectivas Secretarías de Educación
locales, las estadísticas (números y cifras) que guarda el plantel en un ciclo
escolar. Este reporte se hace dos veces por ciclo (al inicio y al final), bajo
las formas 911.5 y 911.6 Es de estos documentos de los que se elaboran las estadísticas
para el nivel de educación secundaria estatal y nacional.
La información es
clasificada en tres grandes áreas: alumnos y grupos, personal por función, y
modificaciones al inmueble. En la primera sección, de los alumnos y los
grupos, la más extensa y tal vez la más significativa para las escuelas y
los docentes se da cuenta de una buena cantidad de información relevante:
•
El
total de los alumnos del plantes con un desglose de distintas variables como:
sexo, edad, inscripción total, grados, número de aprobados y número de grupos
•
La
diversidad de alumnos: extranjeros, indígenas, discapacitados, aquellos alumnos
con capacidades y aptitudes sobresalientes, los que han sido atendidos por las
Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER) y los reprobados;
estos últimos desglosados por número de asignaturas reprobadas y grado que cursan).
En cuanto a personal
por función, este documento específica información como el número de
personal directivo, personal docente, personal docente especial (física, artísticas
y tecnologías), así como el personal administrativo, auxiliar y de servicios. También
clasifica a los trabajadores de las escuelas por tiempo dedicado a su función tomando
en cuenta si éstos son de tiempo completo, tres cuartos de tiempo, medio tiempo
o por horas.
En la tercera sección
del documento, modificaciones al inmueble, se informa acerca de los
cambios, rehabilitaciones o reparaciones del plantel, ampliaciones, reducciones
del inmueble o instalación de servicios.
En la mayoría de las
escuelas, es con los datos de este documento con los que la dirección elabora
los reportes e informes que se ofrecen a los docentes, los coordinadores, jefes
de sector, jefes de enseñanza y demás interesados.
Lamentablemente en
ocasiones, la información no es manejada con adecuadamente, con todos los
matices que la conforman, como en el caso del índice de reprobación de la
escuela que deja a un lado los matices entre alumno reprobado y materia
reprobada.
Sin embargo, esto no
resta importancia al instrumento del que se viene hablando, al contrario
esperamos que con esta pequeña reseña podamos darle su justo valor y sobre
todo, como docentes nos interesemos en conocerla.
Maestro Roberto
No hay comentarios:
Publicar un comentario