La teoría
de inteligencias múltiples, se construye en el contexto de la historia general
del concepto de inteligencia, que ha transitado básicamente por tres fases
secuenciales:
1.
La denominada “Teoría de las Leyes”, en la cual se refiere la
existencia de la inteligencia con un lenguaje informal, en donde se distingue
como brillantes o sagaces a unos individuos sobre de otros
2.
La reconocida por el “Enfoque Psicosométrico Común”, en la cual se
dieron las primicias por definir técnica y científicamente a la inteligencia,
así como de crear pruebas para su medición
3.
La última fase se llama “Pluralización y Jerarquización”, misma
que concibe la inteligencia como una capacidad general, única para formar
conceptos y resolver problemas.
Gardner
(1993) expresa que en su forma más enérgica, la teoría de las inteligencias
múltiples plantea un conjunto pequeño de potenciales intelectuales humanos, que
todo individuo puede tener debido precisamente a su naturaleza humana. La herencia,
el adiestramiento temprano o la interacción constante de ambos factores, permite
que algunas personas desarrollen ciertas inteligencias en mayor medida que
otros individuos; sin embargo, todo ser humano normal debiera desarrollar cada
una de las inteligencias en cierta medida, aun cuando su oportunidad para
hacerlo sea mínima.
Señala
que “en el curso normal de los sucesos, las inteligencias interactúan y se edifican
desde el principio de la vida” (p. 328); con el tiempo son movilizadas para servir
a los diferentes papeles y funciones sociales; destacando que son las diversas culturas
y sectores de la sociedad quienes le dan diferentes énfasis a las
inteligencias.
Al
respecto, este autor menciona, que no todas las personas nacen con el mismo
potencial pero sí con mucho, la razón es genética; sin embargo, el ambiente,
las oportunidades y las motivaciones son las que contribuyen en mayor medida
(Anónimo,
2004); así Gardner defiende que se puede aprender a potenciar todas las inteligencias.
Desde la visión
de Gardner (1997) todos los individuos son capaces de conocer el mundo de siete
modos diferentes, a través de las siete inteligencias humanas, las cuales se
representan por el lenguaje, el pensamiento musical, el análisis lógico –
matemático, la representación espacial, el uso del cuerpo para resolver problemas
o hacer cosas, la relación interpersonal e intrapersonal. Donde los seres
humanos se diferencian, es en la intensidad de estas inteligencias, lo que se
denomina perfil de inteligencias, y en las formas en que se recurre a ellas y
se las combina para llevar a cabo diferentes labores, para solucionar problemas
diversos y progresar en distintos ámbitos, lo cual deriva de acuerdo a Gardner
(citado por López, 2004), en que lo fundamental de su teoría, es reconocer la
existencia de siete inteligencias diferentes e independientes que pueden interactuar
y potenciarse recíprocamente.
Pretendiendo
un acercamiento al conocimiento específico de cada una de las inteligencias es
que se abordan a continuación:
Inteligencia lingüística es
aquella que se refiere a la capacidad relacionada con la lectura, escritura, expresión
verbal y la habilidad de escuchar; incluye la sensibilidad para dar significado
los sonidos y las palabras, mediante su ritmo y sus pausas. Hernández (2004)
señala que esta inteligencia incluye la oratoria y la capacidad para la
interpretación de la gestualidad y el estado de ánimo del otro en la
comunicación.
Inteligencia musical es la capacidad para
percibir, apreciar y producir las formas musicales considerando el tono, ritmo
y timbre de la música. Se expresa mediante la ejecución de instrumentos, la
composición, la dirección orquestal o la apreciación musical.
Inteligencia lógico –
matemática es
la capacidad referida al razonamiento abstracto, al uso de los números en forma
eficiente y a la resolución de problema lógicos. Gardner (1997) disiente en que
esta inteligencia tenga predominio sobre las demás; ya que desde su punto de
vista, es una más de un conjunto, “una habilidad preparada poderosamente para
manejar determinadas clases de problemas, pero en ningún sentido superior, o en
peligro de abrumar, a las otras” (p. 210).
Inteligencia espacial es la capacidad requerida
para ubicarse, orientarse y desplazarse en el espacio; permitiendo crear
modelos del entorno viso – espacial y realizar transformaciones.
Inteligencia corporal utiliza el cuerpo
como medio de expresión de ideas y sentimientos; incluye habilidades físicas
tales como coordinación, equilibrio, destreza, fuerza flexibilidad y velocidad,
a la par de las capacidades perceptivas y táctiles.
Las inteligencias personales son la interpersonal e intrapersonal. La primera se
refiera a la capacidad para comprender a los demás, estableciendo
relaciones de empatía, actuando en situaciones sociales, para
percibir y discriminar emociones, motivaciones o
intenciones; se relaciona con los fenómenos interpersonales como
la organización y el liderazgo.
Mientras que la
inteligencia intrapersonal permite el conocimiento y la comprensión del
individuo sobre sí mismo, valorando sus propias potencialidades; siendo dueño
de sus emociones y estados de ánimo, obteniendo así claridad sobre las razones
que lo llevan a reaccionar de una forma determinada y a lograr un comportamiento
que resulte adecuado a sus necesidades, metas y habilidades personales.
Gardner (1997) conceptualiza
y asocia las siete formas de inteligencias de la siguiente manera: las
“relacionadas con objetos”, son la espacial, la lógico-matemática y la
corporal, mismas que están sujetas al control que físicamente ejercen la
estructura y las funciones de los objetos particulares con los que establecen
contacto las personas. Las formas de inteligencia “libres de objetos” son el lenguaje
y la música, las cuales no requieren ser diseñadas o canalizadas por el mundo
físico dado que pueden desarrollarse a partir de sus propias estructuras.
Por último, las formas
de inteligencia personales, muestran un conjunto de restricciones poderosas y
competidoras que entran en contacto con el mundo del “yo”, así como su
representación y sus interpretaciones en las diferentes culturas que reflejan
una serie de factores históricos e individualizantes.
Gran relevancia tiene,
que cada cultura impulsa un énfasis en determinadas inteligencias; por ejemplo
a la lingüística y a la lógico – matemática. Gardner (citado por Guerra, 2004)
menciona que se debe de considerar tanto el mundo interno del individuo como el
externo y su experiencia en el mundo que lo rodea; en este sentido existen puntos
clave en el desarrollo de las inteligencias múltiples, los cuales se refieren a
experiencias cristalizantes y paralizantes, referidas a situaciones ocurridas
en cualquier instante de la vida, que han marcado la manera de ser de una habilidad
que se desconocía poseer. Los contextos en que se desarrollan los sujetos, influyen
en el predominio de los tipos de aprendizajes; debido a ello la inteligencia es
contextualizada.
Algunas de las influencias
que impulsan o bien retardan el desarrollo de las inteligencias son: acceso a
recursos o mentores; factores histórico – culturales, geográficos, familiares y
situacionales.
Cultura,
educación e Inteligencias Múltiples
La
cultura es un telón de fondo, un escenario complejo, que a la par se convierte
en el medio, a través del cual sus productos, valores, símbolos y sistemas,
promueven el desarrollo personal del individuo, lo delinea en su tendencia
socializante.
La
educación, con sus componentes particulares, es un hecho cultural por
excelencia, el cual es “un área óptima en que se pueden observar las inteligencias
en acción” (Gardner, 1993, p. 380).
¿Hasta dónde
la multidimensionalidad del individuo reafirma su calidad de unicidad? ¿Responde
la educación y los educadores con sus prácticas pedagógicas, a la necesidad multidimensional
del individuo, o por el contrario pretenden alienarlo en la homogeneidad? ¿El currículo
fomenta el enfoque multidimensional del aprendizaje?; las respuestas a los
anteriores cuestionamientos, variarán de acuerdo a la cultura y sociedad en que
tenga lugar el proceso educacional y consecuentemente el aprendizaje.
Se reconoce
que los componentes en un “encuentro educacional” (Gardner, 1993) que a su vez
dan rostro a un andamiaje estructural educativo son los agentes transmisores,
clase o clases de inteligencias involucradas y la cultura en que ocurre la
transmisión del conocimiento.
Luego
entonces, cada uno de estos componentes, dependiendo del contexto sociocultural
jugarán un rol diferenciador, en donde precisamente se identificará, como lo
expresaba el autor referido, las inteligencias en acción.
A esta
explicación del interrelacionamiento de los componentes educativos, ha de
sumarse un comentario ejemplificador y vivencial que muestre también cómo a
medida que las sociedades aumentan su complejidad, las tareas se vuelven más
intrincadas y multifacéticas, ocurriendo el aprendizaje en contextos alejados
del sitio físico de la práctica, en instituciones creadas ex profeso,
denominadas escuelas. De tal manera que reconociendo la existencia de al menos
tres tipos de sociedades y su aprendizaje, Gardner (1993) habla de:
1.
La “sociedad no alfabetizada” característica de los pueblos
yugoeslavos en la cual el aprendizaje ocurre en el sitio y las inteligencias
que se fomentan e impulsan son la lingüística, musical, espacial, corporal e
interpersonal
2.
La sociedad del “alfabetismo en la escuela religiosa tradicional”,
propia de los pueblos corán-musulmán, hindúes y hebreos, misma que se realiza
en edificios separados o dentro de un edificio religioso y en las cuales tienen
preponderancia la inteligencia lingüística, intepersonal, lógico-matemática
3.
Finalmente la sociedad de la “escuela secular moderna”, identificada
con los pueblos anglosajones-nórdicos (Europa y Estados Unidos) y orientales
(Japón), cuyo aprendizaje de la educación básica, es realizable tanto en
edificios separados, o bien lograr parte de él, desde las casas; haciéndose en
ellos hincapié al logro de inteligencias lógico-matemática, interpersonales y
lingüística, aunque esta última en menor medida.
Lo
concerniente a la “escuela secular moderna” parece dar los elementos al proceso
educativo en México, en donde también la realidad del encuentro educacional de
nivel primaria y secundaria, privilegia las mismas inteligencias, aunque con
una variante en su número y orden, en todo caso se expresa así: lingüística y
lógicomatemática.
Al
analizar los planes y programas vigentes de la educación básica mexicana, se
encuentra que señalan como primicia, la enseñanza del español y las matemáticas
por considerarlas como las asignaturas que se constituyen en las herramientas
que permiten al educando acceder a otros conocimientos.
En forma
específica, el Plan y programas de estudios vigente de secundaria (SEP, 1993) establece
que la prioridad tanto en primaria como en secundaria, es fortalecer los
conocimientos y habilidades de carácter básico, entre los cuales ocupan un
primer plano los relacionados con el dominio del español y las matemáticas.
En cuanto
al español, se hace énfasis en el desarrollo de las competencias de expresión
oral y escrita, así como entender, valorar y seleccionar material de lectura,
en sus diferentes funciones informativas, prácticas y literarias. En relación
con las matemáticas, la propuesta consiste en su aplicación en el planteamiento
y resolución de problemas.
En este
sentido, las escuelas y el sistema educativo actual enfocan la educación de los
niños y jóvenes al desarrollo de las inteligencias lingüística y la lógico –
matemática; tal pareciera como lo menciona Hernández (2004), que las inteligencias
múltiples no existen para el modelo educativo actual.
Sin duda,
la teoría de las inteligencias múltiples, se suma a otras teorías del aprendizaje
como: constructivismo, conductismo, neurociencia, aprendizaje basado en el
desarrollo del cerebro, estilos de aprendizaje, teoría del control, aprendizaje
observacional, comunidades de práctica y cognoscitivismo de Vigostsky; dentro
de las cuales profesor, alumno y contexto juegan papeles iguales o diferentes.
Referencias:
Anónimo
(2004). Howard Gardner. Teoría de las Inteligencias Múltiples. Tomado de
la red el 23 de septiembre del 2004. Disponible en: http://artesliberales.bc.inter.edu/jmalave/WEB/teoria s.htm
Gardner,
H. (1993). Estructuras de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples.
México, D. F.: Fondo de Cultura Económica.
Gardner,
H. (1997). La mente no escolarizada. Cómo piensan los niños y cómo deberían
enseñar las escuelas. México: D, F.: SEP – Cooperación Española.
Guerra, M
V. (2004). Desarrollo y Estímulo de Inteligencias Múltiples. Tomado de
la red el 26 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos14/proyfina/proyfina.shtml
Hernández,
T. (2004). Enseñar en las inteligencias múltiples. Tomado de la red el
26 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.100cia.com/divulgacion/ensenar_en_las_inteligencias_m_ltiples_462.html
López, P.
R. (2004). Muchas inteligencias, muchas maneras de vivir. Tomado de la
red el 23 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.nuevamirada.cl/inteligencias.htm
SEP
(1993). Plan y programas de estudio 1993. Educación Básica. Secundaria.
México, D. F.: SEP.
Gabriel Osnaya Vargas
Maestría en Ciencias de la Educación
Maestría en Administraciónde Instituciones Educativas
Docente de Secundaria
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