miércoles, 27 de mayo de 2015

A fondo: teoría de las inteligencias múltiples

La teoría de inteligencias múltiples, se construye en el contexto de la historia general del concepto de inteligencia, que ha transitado básicamente por tres fases secuenciales:
 
1.    La denominada “Teoría de las Leyes”, en la cual se refiere la existencia de la inteligencia con un lenguaje informal, en donde se distingue como brillantes o sagaces a unos individuos sobre de otros

2.    La reconocida por el “Enfoque Psicosométrico Común”, en la cual se dieron las primicias por definir técnica y científicamente a la inteligencia, así como de crear pruebas para su medición

3.    La última fase se llama “Pluralización y Jerarquización”, misma que concibe la inteligencia como una capacidad general, única para formar conceptos y resolver problemas.
 
Gardner (1993) expresa que en su forma más enérgica, la teoría de las inteligencias múltiples plantea un conjunto pequeño de potenciales intelectuales humanos, que todo individuo puede tener debido precisamente a su naturaleza humana. La herencia, el adiestramiento temprano o la interacción constante de ambos factores, permite que algunas personas desarrollen ciertas inteligencias en mayor medida que otros individuos; sin embargo, todo ser humano normal debiera desarrollar cada una de las inteligencias en cierta medida, aun cuando su oportunidad para hacerlo sea mínima.

 


Señala que “en el curso normal de los sucesos, las inteligencias interactúan y se edifican desde el principio de la vida” (p. 328); con el tiempo son movilizadas para servir a los diferentes papeles y funciones sociales; destacando que son las diversas culturas y sectores de la sociedad quienes le dan diferentes énfasis a las inteligencias.

 

Al respecto, este autor menciona, que no todas las personas nacen con el mismo potencial pero sí con mucho, la razón es genética; sin embargo, el ambiente, las oportunidades y las motivaciones son las que contribuyen en mayor medida

(Anónimo, 2004); así Gardner defiende que se puede aprender a potenciar todas las inteligencias.

 

Desde la visión de Gardner (1997) todos los individuos son capaces de conocer el mundo de siete modos diferentes, a través de las siete inteligencias humanas, las cuales se representan por el lenguaje, el pensamiento musical, el análisis lógico – matemático, la representación espacial, el uso del cuerpo para resolver problemas o hacer cosas, la relación interpersonal e intrapersonal. Donde los seres humanos se diferencian, es en la intensidad de estas inteligencias, lo que se denomina perfil de inteligencias, y en las formas en que se recurre a ellas y se las combina para llevar a cabo diferentes labores, para solucionar problemas diversos y progresar en distintos ámbitos, lo cual deriva de acuerdo a Gardner (citado por López, 2004), en que lo fundamental de su teoría, es reconocer la existencia de siete inteligencias diferentes e independientes que pueden interactuar y potenciarse recíprocamente.

 

Pretendiendo un acercamiento al conocimiento específico de cada una de las inteligencias es que se abordan a continuación:

 

Inteligencia lingüística es aquella que se refiere a la capacidad relacionada con la lectura, escritura, expresión verbal y la habilidad de escuchar; incluye la sensibilidad para dar significado los sonidos y las palabras, mediante su ritmo y sus pausas. Hernández (2004) señala que esta inteligencia incluye la oratoria y la capacidad para la interpretación de la gestualidad y el estado de ánimo del otro en la comunicación.

 

Inteligencia musical es la capacidad para percibir, apreciar y producir las formas musicales considerando el tono, ritmo y timbre de la música. Se expresa mediante la ejecución de instrumentos, la composición, la dirección orquestal o la apreciación musical.

 

Inteligencia lógico – matemática es la capacidad referida al razonamiento abstracto, al uso de los números en forma eficiente y a la resolución de problema lógicos. Gardner (1997) disiente en que esta inteligencia tenga predominio sobre las demás; ya que desde su punto de vista, es una más de un conjunto, “una habilidad preparada poderosamente para manejar determinadas clases de problemas, pero en ningún sentido superior, o en peligro de abrumar, a las otras” (p. 210).

 

Inteligencia espacial es la capacidad requerida para ubicarse, orientarse y desplazarse en el espacio; permitiendo crear modelos del entorno viso – espacial y realizar transformaciones.

 

Inteligencia corporal utiliza el cuerpo como medio de expresión de ideas y sentimientos; incluye habilidades físicas tales como coordinación, equilibrio, destreza, fuerza flexibilidad y velocidad, a la par de las capacidades perceptivas y táctiles.

 

Las inteligencias personales son la interpersonal e intrapersonal. La primera se refiera a la capacidad para comprender a los demás, estableciendo relaciones de empatía, actuando en situaciones sociales, para percibir y discriminar emociones, motivaciones o intenciones; se relaciona con los fenómenos interpersonales como la organización y el liderazgo.

 

Mientras que la inteligencia intrapersonal permite el conocimiento y la comprensión del individuo sobre sí mismo, valorando sus propias potencialidades; siendo dueño de sus emociones y estados de ánimo, obteniendo así claridad sobre las razones que lo llevan a reaccionar de una forma determinada y a lograr un comportamiento que resulte adecuado a sus necesidades, metas y habilidades personales.

 

Gardner (1997) conceptualiza y asocia las siete formas de inteligencias de la siguiente manera: las “relacionadas con objetos”, son la espacial, la lógico-matemática y la corporal, mismas que están sujetas al control que físicamente ejercen la estructura y las funciones de los objetos particulares con los que establecen contacto las personas. Las formas de inteligencia “libres de objetos” son el lenguaje y la música, las cuales no requieren ser diseñadas o canalizadas por el mundo físico dado que pueden desarrollarse a partir de sus propias estructuras.

 

Por último, las formas de inteligencia personales, muestran un conjunto de restricciones poderosas y competidoras que entran en contacto con el mundo del “yo”, así como su representación y sus interpretaciones en las diferentes culturas que reflejan una serie de factores históricos e individualizantes.

 

Gran relevancia tiene, que cada cultura impulsa un énfasis en determinadas inteligencias; por ejemplo a la lingüística y a la lógico – matemática. Gardner (citado por Guerra, 2004) menciona que se debe de considerar tanto el mundo interno del individuo como el externo y su experiencia en el mundo que lo rodea; en este sentido existen puntos clave en el desarrollo de las inteligencias múltiples, los cuales se refieren a experiencias cristalizantes y paralizantes, referidas a situaciones ocurridas en cualquier instante de la vida, que han marcado la manera de ser de una habilidad que se desconocía poseer. Los contextos en que se desarrollan los sujetos, influyen en el predominio de los tipos de aprendizajes; debido a ello la inteligencia es contextualizada.

 

Algunas de las influencias que impulsan o bien retardan el desarrollo de las inteligencias son: acceso a recursos o mentores; factores histórico – culturales, geográficos, familiares y situacionales.

 

Cultura, educación e Inteligencias Múltiples

La cultura es un telón de fondo, un escenario complejo, que a la par se convierte en el medio, a través del cual sus productos, valores, símbolos y sistemas, promueven el desarrollo personal del individuo, lo delinea en su tendencia socializante.

 

La educación, con sus componentes particulares, es un hecho cultural por excelencia, el cual es “un área óptima en que se pueden observar las inteligencias en acción” (Gardner, 1993, p. 380).

 

¿Hasta dónde la multidimensionalidad del individuo reafirma su calidad de unicidad? ¿Responde la educación y los educadores con sus prácticas pedagógicas, a la necesidad multidimensional del individuo, o por el contrario pretenden alienarlo en la homogeneidad? ¿El currículo fomenta el enfoque multidimensional del aprendizaje?; las respuestas a los anteriores cuestionamientos, variarán de acuerdo a la cultura y sociedad en que tenga lugar el proceso educacional y consecuentemente el aprendizaje.

 

Se reconoce que los componentes en un “encuentro educacional” (Gardner, 1993) que a su vez dan rostro a un andamiaje estructural educativo son los agentes transmisores, clase o clases de inteligencias involucradas y la cultura en que ocurre la transmisión del conocimiento.

 

Luego entonces, cada uno de estos componentes, dependiendo del contexto sociocultural jugarán un rol diferenciador, en donde precisamente se identificará, como lo expresaba el autor referido, las inteligencias en acción.

 

A esta explicación del interrelacionamiento de los componentes educativos, ha de sumarse un comentario ejemplificador y vivencial que muestre también cómo a medida que las sociedades aumentan su complejidad, las tareas se vuelven más intrincadas y multifacéticas, ocurriendo el aprendizaje en contextos alejados del sitio físico de la práctica, en instituciones creadas ex profeso, denominadas escuelas. De tal manera que reconociendo la existencia de al menos tres tipos de sociedades y su aprendizaje, Gardner (1993) habla de:

 

1.    La “sociedad no alfabetizada” característica de los pueblos yugoeslavos en la cual el aprendizaje ocurre en el sitio y las inteligencias que se fomentan e impulsan son la lingüística, musical, espacial, corporal e interpersonal

2.    La sociedad del “alfabetismo en la escuela religiosa tradicional”, propia de los pueblos corán-musulmán, hindúes y hebreos, misma que se realiza en edificios separados o dentro de un edificio religioso y en las cuales tienen preponderancia la inteligencia lingüística, intepersonal, lógico-matemática

3.    Finalmente la sociedad de la “escuela secular moderna”, identificada con los pueblos anglosajones-nórdicos (Europa y Estados Unidos) y orientales (Japón), cuyo aprendizaje de la educación básica, es realizable tanto en edificios separados, o bien lograr parte de él, desde las casas; haciéndose en ellos hincapié al logro de inteligencias lógico-matemática, interpersonales y lingüística, aunque esta última en menor medida.

 

Lo concerniente a la “escuela secular moderna” parece dar los elementos al proceso educativo en México, en donde también la realidad del encuentro educacional de nivel primaria y secundaria, privilegia las mismas inteligencias, aunque con una variante en su número y orden, en todo caso se expresa así: lingüística y lógicomatemática.

 

Al analizar los planes y programas vigentes de la educación básica mexicana, se encuentra que señalan como primicia, la enseñanza del español y las matemáticas por considerarlas como las asignaturas que se constituyen en las herramientas que permiten al educando acceder a otros conocimientos.

 

En forma específica, el Plan y programas de estudios vigente de secundaria (SEP, 1993) establece que la prioridad tanto en primaria como en secundaria, es fortalecer los conocimientos y habilidades de carácter básico, entre los cuales ocupan un primer plano los relacionados con el dominio del español y las matemáticas.

 

En cuanto al español, se hace énfasis en el desarrollo de las competencias de expresión oral y escrita, así como entender, valorar y seleccionar material de lectura, en sus diferentes funciones informativas, prácticas y literarias. En relación con las matemáticas, la propuesta consiste en su aplicación en el planteamiento y resolución de problemas.

 

En este sentido, las escuelas y el sistema educativo actual enfocan la educación de los niños y jóvenes al desarrollo de las inteligencias lingüística y la lógico – matemática; tal pareciera como lo menciona Hernández (2004), que las inteligencias múltiples no existen para el modelo educativo actual.

 

Sin duda, la teoría de las inteligencias múltiples, se suma a otras teorías del aprendizaje como: constructivismo, conductismo, neurociencia, aprendizaje basado en el desarrollo del cerebro, estilos de aprendizaje, teoría del control, aprendizaje observacional, comunidades de práctica y cognoscitivismo de Vigostsky; dentro de las cuales profesor, alumno y contexto juegan papeles iguales o diferentes.

 

 

Referencias:

Anónimo (2004). Howard Gardner. Teoría de las Inteligencias Múltiples. Tomado de la red el 23 de septiembre del 2004. Disponible en: http://artesliberales.bc.inter.edu/jmalave/WEB/teoria s.htm

Gardner, H. (1993). Estructuras de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica.

Gardner, H. (1997). La mente no escolarizada. Cómo piensan los niños y cómo deberían enseñar las escuelas. México: D, F.: SEP – Cooperación Española.

Guerra, M V. (2004). Desarrollo y Estímulo de Inteligencias Múltiples. Tomado de la red el 26 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos14/proyfina/proyfina.shtml

Hernández, T. (2004). Enseñar en las inteligencias múltiples. Tomado de la red el 26 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.100cia.com/divulgacion/ensenar_en_las_inteligencias_m_ltiples_462.html

López, P. R. (2004). Muchas inteligencias, muchas maneras de vivir. Tomado de la red el 23 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.nuevamirada.cl/inteligencias.htm

SEP (1993). Plan y programas de estudio 1993. Educación Básica. Secundaria. México, D. F.: SEP.

 

 

Gabriel Osnaya Vargas

Maestría en Ciencias de la Educación

Maestría en Administraciónde Instituciones Educativas

Docente de Secundaria

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