Este artículo
trata a cerca de los riesgos psicosociales en la educación, pero, ¿qué es esto
de los riesgos psicosociales en la educación? ¿qué es un riesgo?
Un riesgo es un
peligro, la proximidad de un daño, estar expuesto a uno, o dicho más
apropiadamente, es la contingencia de un daño o peligro, dígase la posibilidad
de que este daño suceda o no suceda.
¿La educación
entraña riesgos? En caso afirmativo valen las preguntas ¿qué tipos de riesgos?
Y ¿para quién o para quienes representa riesgos?
Pero vayamos un poco
más adelante....
¿Qué es esto de lo psicosocial?
Y aquí tendremos que hacer un recorrido conceptual un poco más amplio que el
anterior y tendremos que introducirnos un poco al campo de lo educativo, de la
psicología social y más específicamente a la psicología social de la educación.
La psicología social es una disciplina de
orientación predominantemente psicológica que insiste en el estudio del comportamiento individual
en situaciones sociales. Toma como unidad de análisis al individuo en su
contexto social y sus manifestaciones comportamentales tanto hacia el grupo
como dentro de él.
A esta
disciplina le corresponde estudiar ese momento en que lo social se hace
individual y lo individual se hace social, esto es, que le corresponde ana lizar los influjos sociales, intergrupales o
interpersonales referidos a una historia concreta.
Con esto podemos
aventurarnos a pensar en lo psicosocial
como el ámbito que aborda a la conducta humana
en su aspecto social, esto es, que ana liza
a las personas como componentes de un
grupo y a sus interrelaciones. Lo psicosocial mantiene dos elementos
fundamentales, lo individual (que representa a la parte psíquica del término) y
lo colectivo (que representa a lo social), la conducta humana en su aspecto social.
Por su parte la Psicología Social de la Educación se
ocupa de la relación entre el individuo y la situación psicosociológica de la
escuela. Es por tanto una disciplina que estudia la interacción y sus productos
sociales en el contexto de situaciones y problemas educacionales. Su principio
fundamental es que la conducta social de las personas es mejor comprendida
cuando se tienen en cuenta los factores del contexto social en que tiene lugar.
Hasta aquí podemos ir
construyendo ya el concepto de riesgo
psicosocial al que podríamos
entender entonces como los peligros o daños a los que están expuestas las
personas en los distintos grupos sociales a los que pertenece.
Con lo que
hasta aquí tenemos pensemos, por ejemplo en ¿cuáles serán los principales
riesgos psicosociales de los adolescentes de esta época, de nuestra ciudad, de
nuestras escuelas? Es decir, ¿cuáles son los riesgos o peligros a los que como
parte de un grupo social, nuestros alumnos de secundaria, de preparatoria,
nuestros hijos están expuestos?
Nuestra referencia
social es una etapa de la vida muy característica denominada adolescencia y caracterizada por
fuertes cambios físicos, psicológicos y sociales. Podemos decir que para este
grupo social sus principales riesgos psicosociales pueden ser:
0
El uso de drogas
0
Problemas en el manejo de la
sexualidad
0
No tener hábitos
sistemáticos para cuidar la salud
0
Desarrollar conductas
compulsivas como comer, jugar o practicar algún deporte en exceso a fin de
manejar de una manera inconsciente las ansiedades y conflictos emocionales.
0
Estar expuestos a eventos
negativos de la vida, como conflictos familiares, por la separación o el
divorcio de los padres, la pérdida de un ser querido o la reprobación escolar.
Nos queda un concepto
por definir, la Educación. Se nos
antoja una definición en los siguientes términos, no sin pensar que más de
alguno de ustedes no estará de acuerdo en su totalidad o en alguna de sus
partes. ¡CORREREMOS ESE RIESGO!
“Proceso de formación, inculcación o asimilación
cultural, moral y conductual cuya finalidad es conseguir la plenitud del hombre
mediante el cultivo de los valores más genuinamente humanos”.
¿Existen otras
definiciones sobre educación? Por supuesto que sí. Si bien es cierto que sobre
su definición existen innumerables ejemplos, también lo es que detrás de esas
definiciones hay disciplinas, posturas e ideologías bien definidas. Pensemos
por ejemplo en la definición que la sociología, la psicología o la antropología
dan acerca de este concepto.
La que ustedes ven
ahora es un intento de convergencia entre una postura sociológica y una postura
humanista. No pretendo que sea aceptada en su totalidad, pero cada uno de
ustedes puede matizarla según sus propios criterios.
Regresemos un poco, para
ahora tratar de aclarar la idea de riesgos psicosociales en educación. Para
esto tendremos que decir que en el ambiente educativo concurren una serie de
elementos que lo van conformando: una organización escolar, características de
los docentes, características de los alumnos, condiciones de trabajo,
condiciones del plantel, materiales, etc.
De estos aspectos,
así como de la cantidad y la calidad de las relaciones que se establecen entre
las personas que en él intervienen (docentes, alumnos, administrativos, apoyos,
padres de familia) se derivan específicamente los factores psicosociales que
luego pueden convertirse también en factores de riesgo.
Los factores
psicosociales en la educación son aquellos que se refieren a la interacción
entre escuela, medio ambiente, rendimiento escolar, organización escolar,
interrelaciones, consideraciones personales fuera de la escuela que a través de
percepciones y experiencias puedan influir en el desempeño y rendimiento
escolar.
Ahora bien, ¿cómo
hacer un diagnóstico de los riesgos psicosociales que puede traer consigo la
educación? Tendremos que hacer una categorización de los mismos a fin de
abordarlos más convenientemente. Para eso proponemos los siguientes:
0
Riesgos del comportamiento
individual en el aula
0
Riesgos del comportamiento
grupal en el aula
0
Los conflictos escolares
0
Riesgos psicosociales
personales o individuales.
Del comportamiento individual en el aula.
Un riesgo psicosocial
para los docentes es el desconocimiento
de las etapas evolutivas del hombre
desde una perspectiva psicosocial, ya que son precisamente las variables
psicosociales las que más que ninguna otra, influirán en la formación de la
persona y en su comportamiento social.
Un ejemplo de esto,
retomando la figura del ejemplo anterior, son los adolescentes, los cuales
pasan por una fase de profundas transformaciones físicas, psicológicas y
sociales.
Quien desarrolle su
trabajo con los adolescentes tendrá que poner mayor atención a sus procesos
educativos en el aula y fuera de ella ya que éstos afrontan una situación
especial sobre el manejo de la autoridad y el ejercicio de la misma, procesos
de socialización propios de su edad determinados y fuertemente influenciados
por su deseo de independencia y su búsqueda de identidad, la necesidad de
expresarse, el trabajo como una actividad que cada ves es más frecuente en esta
etapa de la vida y posiblemente hasta conductas antisociales.
Otro riesgo tiene que
ver con el aprendizaje social. La
postura del aprendizaje social sugiere que la mayor parte del aprendizaje tiene
lugar mediante intervenciones simbólicas de otros seres humanos, principalmente por medio de la observación,
la explicación, la retroalimentación o la imitación.
Si como se sostiene,
existe un aprendizaje social en el aula dado por la imitación, por ejemplo, y
si las condiciones facilitadoras de este son el afecto en la relación
modelo-sujeto, la semejanza inicial entre el modelo y el sujeto (lo semejante
aumenta la probabilidad de imitación) y el status del modelo; este aprendizaje
por imitación representa un riesgo si no sabemos quiénes son esos modelos, o aun
sabiéndolo, si tales modelos son los adecuados para los fines educativos.
Aquí cabe pensar en
las siguientes preguntas: ¿cuáles son
los modelos que aparecen y se dan en mi aula, mi escuela, el entorno educativo?
¿cómo represento yo, siendo docente o padre, este modelo? ¿qué modelo estoy
presentando?
Las expectativas del profesor representan
otro factor de riesgo. ¿Qué son estas expectativas? Las creencias sobre las
capacidades y el rendimiento académico de los alumnos, creencias que pueden
repercutir en el rendimiento escolar (a lo que se llama Influencia de
Expectativas). Así, los alumnos tienden a comportarse según lo que de ellos se
espera.
Existe un modelo
sobre las expectativas del profesor desarrollado por Cooper, que consta de seis
elementos que a continuación enumero:
0
Los profesores
desarrollan diferentes expectativas.
0
Los profesores tienen un
mayor interés por controlar a los estudiantes de los que poseen bajas
expectativas que aquellos de los que tienen altas expectativas.
0
Mientras que enfatizan el
control de aquellos de los que poseen bajas expectativas, los profesores se
preocupan por elogiar los esfuerzos de aquellos alumnos de los que tienen altas
expectativas, pero ese control no irá dirigido además al rendimiento del
estudiante, sino solamente a su conducta.
0
De esta forma, los alumnos
que suscitan bajas expectativas en sus profesores recibirán de éstos menos
elogios por su rendimiento que los que suscitan expectativas altas, con lo que
disminuirá este rendimiento y por ello, a su vez, aumentarán los intentos de
los profesores por controlarlos de un modo más efectivo.
0
Los estudiantes de bajas
expectativas perciben que no controlan la situación, se sienten más “peones”
que “reyes”, y exhiben una motivación escolar más baja que los estudiantes de
expectativas altas. Además, los estudiantes de expectativas bajas se esforzarán
menos por rendir bien académicamente que los de expectativas altas.
0
Finalmente, las predicciones
que sobre su rendimiento y sobre su autoestima tienen los estudiantes, que son
también función de las predicciones del profesor, influyen en su rendimiento.
Otro riesgo es la atribución de juicios académicos, lo
que comúnmente llamaríamos la clasificación de los alumnos. Un ejemplo de lo
que se ha dicho. Es natural que los profesores, después de cierto tiempo de
contacto con sus alumnos, tienda a clasificarlos en buenos, regulares, malos,
etc., Esta atribución de juicios académicos proviene, por regla general, de los
desempeño del alumno, pero también pueden influir las actitudes preconcebidas
del profesor. Esto es, que puede tener la predisposición a considerar a las
jovencitas como capaces de un mejor rendimiento que los chicos, a los de clases
más altas superiores a los de las clases bajas, etc.
Aquí hablamos, para
explicar un poco el ejemplo anterior, de cuatro mecanismos psicosociales
utilizados por el docente:
0
El clima de atención, esto
es, el apoyo emocional y la simpatía que acompañan generalmente a las
relaciones del profesor con los alumnos de quienes espera un buen desempeño
académico.
0
La tendencia a estimular y
elogiar más a los alumnos cuya expectativa de un buen desempeño es elevada.
0
El suministro, aunque este
no sea intencional, de mayores estímulos (inputs).
0
La estimulación dispensada
al estudiante considerado mejor es superior a la que se da al considerado menos
capaz, lo que lleva al profesor a esperar, por ejemplo durante la clase, más
tiempo por las respuestas del primero.
Sin embargo, habrá
que resaltar que la tendencia de los profesores a favor de los mejores
estudiantes es, en gran parte, inconsciente. Es preciso un gran esfuerzo de
introspección y autoevaluación constantes a fin de que tal tendencia se reduzca
al mínimo.
Un último riesgo
sobre el comportamiento individual en el aula, es lo que se ha llamado la atribución causal (Nisbett y Jones) ¿Qué es esto?
Cuando observamos las
acciones de otros tendemos a hacer atribuciones de disposición (tendemos a
considerar a la otra persona como responsable de lo que hace) y cuando
evaluamos nuestras propias acciones tendemos a hacer atribuciones de
disposición (es decir, tendemos a responsabilizar a los factores externos.
No
tu hiciste esto y eres responsable, debiste de hacerlo previsto...no yo lo hice
porque me vi presionado por... no tenía alternativa, por un lado estaba esto,
por el otro aquello
De lo dicho deducimos
que el observador de una acción tiende a hacer atribuciones de disposición; el
autor de la acción tiende a hacer atribuciones de situación. ¿Cuál será el
riesgo para los maestros frente a sus alumnos? Parece ser que en esta relación maestro-alumno, el maestro toma
el papel de observador del comportamiento y rendimiento del alumno.
Si regresamos a lo de
la atribución de juicios académicos (buenos, malos, inteligentes, menos
inteligentes, etc.) notaremos que existe una fuerte tendencia a visualizar a
los mejores alumnos como más responsables, tanto por el éxito como por el
fracaso; y a los peores como más responsables por el fracaso, atribuyendo sus
éxitos eventuales a fracasos externos. Un tanto injusto ¿no?.
Del comportamiento grupal en el aula.
Hasta
tal punto son importantes los aspectos
físicos en la determinación de la
conducta, que incluso las relaciones de las personas con su medio físico
interactúan y se solapan con las propias relaciones interpersonales.
Abordemos el
siguiente cuestionamiento: ¿Cuál es la configuración ambiental de mi escuela,
de mi salón de clase, en su ambiente físico, humano o social? ¿Qué riesgos
psicosociales representan? Hablamos de
0
Características
materiales, espaciales: aulas, formas, tamaños, distribución de los
pupitres y su influencia sobre muchos aspectos del comportamiento escolar, su
simbolismo y el lugar que ocupan que parecen influir en la percepción del
status de los alumnos, sus pautas de participación, las actividades de
liderazgo y las reacciones afectivas de los alumnos.. El tamaño de la escuela y
su influencia en los niveles de participación de los estudiantes en actividades
escolares, los grados de satisfacción, la intensidad de las relaciones
personales, la cohesión grupal y el mismo rendimiento académico.
0
Las variables ambientales que influyen en el comportamiento del alumno
y del grupo: territorialidad (espacios propios para los sujetos), el espacio
personal (área que rodea al individuo).
0
El ambiente personal de los grupos: tamaño, características de los
miembros del grupo como: edad, sexo, clase social, aptitudes, rasgos de
personalidad; densidad de los grupos.
0
En resumen, todo profesor
debe conocer los efectos que tienen los distintos componentes del ambiente
escolar sobre la conducta social de los alumnos y sobre la conducta grupal del
grupo-clase para que éstos no se conviertan en factores de riesgo.
La cohesión grupal o el grado en que los miembros de un grupo desean permanecer
en él. Aunque el contexto social del aula consta de procesos formales que se
observan fácilmente desde afuera, ya que están determinados por los roles que
se actúan y por las normas; y de procesos informales como las simpatías y
antipatías de los miembros del grupo, sus características individuales o su
forma de ser. Son estos últimos, los procesos informales, los más importantes y
los más influyentes en la conducta escolar tanto de los individuos como del
grupo.
Si la mera presencia
de otras personas ya influye en el comportamiento de la gente, ¿cuánto más no
será influida la conducta de un individuo por las otras personas dentro de un
grupo?
Ahora bien, los
grupos influyen poderosamente en sus miembros, pero el nivel o grado de
influencia va a depender de las características de cada grupo: de su tamaño, de
su estructura, pero fundamentalmente de dos factores que de alguna manera
incluyen a todos los demás: la cohesión grupal y el tipo de dirección o
liderazgo.
Los riesgos
psicosociales parecerán más claros si tenemos en cuenta que los miembros de
grupos cohesivos, en nuestro caso un grupo escolar, la escuela misma, los
alumnos, rendirán más, ofrecerán menos problemas al profesor y a sus compañeros
y serán menos conflictivos que los que pertenecen a grupos menos cohesivos.
Por consiguiente,
todo profesor debería ser capaz de conocer la cohesión grupal existente en su
clase, así como la existencia de subgrupos y su nivel de integración y de
relación con el resto del grupo; y por otra parte utilizar todos sus recursos
para incrementar tal cohesión.
1.
Por otra parte, gran parte
de la conducta grupal y algunas pautas de comportamiento individual como la
participación y satisfacción de los alumnos o de los hijos y la atracción hacia
el grupo o la familia se verá determinados por el tipo de liderazgo, la estructura misma dependerá del tipo de líder que
posea.
Uno de los
principales y más difíciles problemas a que tiene que enfrentarse todo profesor
y padre da familia es el ejercicio adecuado del poder, de su autoridad legítima
y de su poder de premiar o castigar. Parece claro que los profesores que desean
enseñar a sus alumnos el autocontrol, la responsabilidad y la originalidad
deben luchar a brazo partido con la cuestión de cómo el poder y el liderazgo
deben ser ejercidos en el aula.
Pero aún nos queda
una pregunta que no vamos a responder. ¿Es el profesor el único líder en los
ambientes educativos, escolares o en el aula misma?
El último riesgo a
cerca del comportamiento grupal en el aula son los conflictos escolares. No nos detendremos mucho en ellos y solo
mencionaremos que los hay debidos a factores internos como el incremento en el
número de los alumnos, las relaciones tipo superior-subordinado entre el
maestro y el alumno o el control rígido de la conducta; y debidos a factores
externos como el desempleo, el estatus futuro que no se relaciona con el
quehacer escolar, el examen que se hace a la educación sobre su relevancia,
pertinencia y su congruencia con las necesidades del medio social. Tal vez
hemos escuchado alguna vez en la voz de algún alumno o de sus propios hijos,
“¿para qué estudio si no sirve de nada, si fulano que no estudió gana más que tú?
Riesgos psicosociales personales.
Me gustaría ir
cerrando mi participación enfatizando el último punto que hemos propuesto al
principio. Los riesgos psicosociales
personales, abriendo un espacio breve pero de gran significatividad para la
siguiente reflexión:
Los riesgos
psicosociales en el ámbito educativo vienen con la estructura misma de la
educación, de sus actores, de su dinámica y acontecer diario, de las acciones e
interacciones en las aulas y en las escuelas y al final siempre llegamos al
mismo punto, el individuo, ese individuo al que llamamos alumno y del que
debemos decir enfrenta otros riesgos psicosociales aún más íntimos, más
personales. Tal vez derivados de su pertenencia a un grupo social a un grupo
escolar, al macro grupo que se denomina educación, pero al final sus propios
riesgos:
Si bien es
cierto que cuando están en la clase o en su escuela, forman parte de esos
grupos, también lo es que existe un momento en que vuelven a vivir su papel de
individualidad, su ser personas; y es aquí en donde estos factores de riesgo o
riesgos psicosociales toman mayor fuerza y son capaces de dirigir, de conducir
la vida de un individuo. Hablamos de:
0
La
deserción
0
Irrelevancia
de la educación
0
La
pobreza en sus expectativas a cerca del futuro, de su futuro.
0
Rechazo
a la escuela
0
Y
en ella o dentro de ella, el bajo rendimiento, la segregación que puede
causarle, el rechazo de sus compañeros, la etiqueta...
0
Y
tal vez el riesgo más devastador: su baja autoestima.
Tal vez alguien
pueda objetar que estoy pasando de lo psicosocial a lo meramente psicológico,
de lo social a lo individual; y tendrá un poco de razón, aunque a fin de
cuentas es un salto en el ámbito de lo teórico mientras que en la realidad, en
el devenir de la vida cotidiana es
un episodio muy frecuente en muchos de nuestros estudiantes, de nuestros hijos,
sucumbir a uno de estos riesgos.
BIBLIOGRAFIA:
ARNOLDO Rodríguez. Aplicaciones de la
Psicología Social. Edit. Trillas. México 1988
FISCHER G.N., Psicología Social.
Conceptos Fundamentales. Edit. Narcea. Madrid 1990
OVEJERO A., Psicología Social de la
Educación. Edit. Herder. Barcelona 1988
Maestro en Ciencias de la Educación
Maestro en Desarrollo Humano
Doctor en Educación
No hay comentarios:
Publicar un comentario