INTRODUCCIÓN
Como
parte del interés por indagar acerca de los principios filosóficos que subyacen
en la educación secundaria, este ensayo se centra en la reflexión de los rasgos
filosóficos del Programa 2006, programa surgido de la última reforma a la
Educación Secundaria.
El
ensayo se define como un primer acercamiento en la construcción de un trabajo más
amplio que intentará responder a una inquietud mayor y que queda planteada en
el cuestionamiento que da dirección a este interés particular: ¿cuáles son los
fundamentos ontológicos, epistemológicos y antropológicos sobre los que se debe
construir la educación secundaria en México para que logre una identidad propia
y una sólida base que la sustente?
La
intención es poner la mirada...
... en los aspectos o rasgos filosóficos del Programa
2006 que actualmente se está implementando en el país. El punto de partida es
la idea de que la educación secundaria tiene sus propios propósitos y fines, y
que éstos tienen su fundamento en principios filosóficos explícitos o
implícitos; que dichos fundamentos que le dan forma, incluirían una visión del
ser humano, del campo de la educación y del conocimiento.
El
seguimiento de los rasgos filosóficos del programa podría llevarnos a distintos
capos en la reflexión filosófica de la educación. Preguntarnos por los fines y
propósitos del nivel educativo en el que se encuentra el programa que nos
ocupa, nos dirige hacia el campo de la teleología y nos plantea la pregunta del
¿para qué educar? Aunque este cuestionamiento trae aparejado otro, no menos
importante y tal vez anterior a aquel, que nos ubica en el campo de la
ontología de la educación, ¿qué es educación? ¿qué es educar? o planteado de
otra manera ¿cuál es la concepción de educación que se sostiene?
Pero
ambas respuestas indudablemente harán referencia a un sujeto educativo, ¿a quién
se educa? ¿a qué tipo de hombre se pretende educar? ¿quién y cómo es el sujeto
de la educación? y estaremos ya en el campo de la antropología filosófica, en
los rasgos antropológicos. El cual indudablemente estará conectado a la
dimensión ética de la educación.
Por
otra parte, este sujeto de la educación estará inmerso en una realidad propia,
sus capacidades intelectuales, de pensamiento ¿de qué manera se relacionan con
la realidad que vive? ¿cómo construye conocimiento? ¿cómo lo transmite? y hemos
saltado ya al campo de la epistemología.
Para
este ensayo, se trata de explorar ¿cuáles son los rasgos ontológicos, epistemológicos
y antropológicos que se pueden elucidar de los propósitos y fines del Programa
2006 de secundaria?
Se
pretende resaltar la indagación sobre los rasgos epistemológicos, esto es,
seguir la línea de la reflexión epistemológica que puede rastrearse en los
propósitos y fines de la Escuela Secundaria expresados en el programa citado, y
preguntarse si ¿se hace alguna referencia a la relación pensamiento-realidad y
qué tipo de realidad citan, o si se hace referencia a la construcción de
conocimiento?
LOS PROPÓSITOS DE LA
EDUCACIÓN SECUNDARIA
El
Plan de Estudios 2006 de la educación secundaria asienta como propósito de este
nivel:
Brindar
oportunidades formales para adquirir y desarrollar los conocimientos, las
habilidades, los valores y las competencias básicas para seguir aprendiendo a
lo largo de la vida (SEP, 2006: 5)
La
adquisición y desarrollo de estos cuatro elementos están enmarcados en la
definición de un tipo de ciudadano que se espera formar en el tránsito de los
estudiantes por la educación obligatoria y que le servirán para desenvolverse
en un mundo en constante cambio.
Dicho
propósito incluye, como puede verse, aspectos cognitivos, afectivos y sociales
cobijados por el concepto de competencia.
El
mismo documento asienta que la razón de ser de la educación secundaria es:
Asegurar
que los jóvenes logren y consoliden las competencias básicas para actuar de manera
responsable consigo mismos, con la naturaleza y con la comunidad de la que
forman parte, y que participen activamente en la construcción de una sociedad
más justa, más libre y democrática (SEP, 2006: 6)
En
este sentido se deja ver que la formación del ciudadano que se pretende, está
asentado en el desarrollo de competencias básicas como “herramientas para
aprender a lo largo de la vida” (SEP, 2006: 8), las cuales se entienden como el
conjunto y la combinación de conocimientos, destrezas, valores y aptitudes
dispuestas para la resolución de tareas concretas, en un movimiento de acción
integradora.
Así,
la educación secundaria desarrollará en sus estudiantes cinco competencias
básicas que contribuirán a la formación de ciudadanos:
1.
Competencias
para el aprendizaje permanente
2.
Competencias
para el manejo de la información
3.
Competencias
para el manejo de situaciones, organización y diseño de proyectos de vida
4.
Competencias
para la convivencia
5.
Competencias
para la vida en sociedad
RASGOS ANTROPOLÓGICOS
Las
citas anteriores dejan ver ya algunos rasgos antropológicos del Plan de
Estudios al sugerir tres dimensiones del individuo: una dimensión individual,
personal; una dimensión social, comunitaria, y una dimensión relacionada con la
naturaleza. Si bien, los tres constitutivos de lo humano, y los tres, de tipo
formativo (SEP, 2006: 5).
En
la dimensión individual o personal se concentran los aspectos del desarrollo, cognitivos
y afectivos, aunque de estos últimos no aparecen mayores referencias.
Considera
a los estudiantes como parte de un mismo grupo de edad, la adolescencia:
Una
etapa de transición hacia la adultez que transcurre dentro de un marco social y
cultural que le imprime características particulares… un proceso de crecimiento
y transformación que implica una serie de cambios fisiológicos y psicológicos
hasta alcanzar la madurez y la preparación que debe adquirir para su
integración a la sociedad (SEP, 2006: 12-13).
Pero
es también un individuo capaz de aprender, de asumir y dirigir su propio
aprendizaje, de “movilizar los diversos saberes culturales, científicos y
tecnológicos para comprender la realidad” (SEP, 2006: 11). Con habilidades
cognitivas relacionadas con el pensamiento, la reflexión, la argumentación y la
construcción de conocimientos en distintas disciplinas.
En
la dimensión social y comunitaria, los rasgos antropológicos tienen que ver con
la idea de pertenencia a una comunidad y a su participación en la construcción
de la sociedad con ciertos valores característicos como la justicia, la
libertad y la democracia. El mismo uso constante del término individuo va dando
una idea clara del fuerte enfoque social de la educación secundaria, así como la
referencia constante a la formación para el desenvolvimiento en el mundo
social.
La
concepción de lo humano, en este documento, está estrechamente relacionada con
la capacidad del adolescente para la convivencia, para el manejo de situaciones
y la vida en sociedad. Es, si se quiere, un énfasis en las dimensiones
cognitiva y afectiva para el desarrollo social del ser humano.
RASGOS ONTOLÓGICOS
Los
rasgos ontológicos del Plan 2006 para secundaria no aparecen totalmente
definidos en el documento. Si por rasgos ontológicos hacemos referencia a la
concepción de educación, nos encontramos solamente con una lista de
características generales de los que puede llamarse el proceso formativo en
este nivel educativo:
Una
educación democrática, nacional, intercultural, laica y obligatoria que
favorezca el desarrollo del individuo y de su comunidad, así como el sentido de
pertenencia a una nación multicultural y plurilingüe, y la conciencia de
solidaridad internacional de los educandos (SEP, 2006: 7).
La
educación es pues, un proceso que está estrechamente relacionado con la
dimensión social del ser humano –aunque hace una breve referencia al desarrollo
individual—, con su desempeño en el grupo social al que pertenece. Si bien se
asienta como un proceso formativo y no hay mayor referencia a qué es éste, se
puede pensar en una educación entendida como un proceso para dar forma a cierto
tipo de individuo –y con este concepto resaltamos su carácter social— que
coloca al estudiante en situación de reunir una serie de rasgos y
características ajustados a un perfil de egreso basado en el desarrollo de
competencias, por una parte individuales, pero siempre encaminados a la
comunidad, dando a la educación un fuerte carácter social.
El
mismo documento reconoce estar asentado en el Artículo Tercero Constitucional
(SEP, 2006: 5) que define a la educación con tres de los rasgos ya descritos
anteriormente –laica, democrática y nacional— y al que suma un cuarto rasgo:
científica, que estaría estrechamente relacionado con el ámbito epistemológico.
Tenemos
entonces algunos rasgos ontológicos, algunos rasgos de la concepción de educación
en el programa: formativa, democrática, nacional, científica, laica, intercultural
y obligatoria. Pero estos rasgos ¿qué tienen que ver con los rasgos
antropológicos anotados arriba, con la dimensión humana del estudiante de
secundaria? ¿cómo se entrelaza la naturaleza de la educación con la concepción
del ser humano?
A
primera vista pareciera que se trata de una naturaleza social de la educación para
un ser humano eminente y predominantemente social, y que la dimensión
individual mantiene un vínculo de tutela de aquella, que la dimensión
individual está comprendida en la social, como un sector de ella. Desde esta
perspectiva, la dimensión social estaría ejerciendo un fuerte dominio
institucional sobre lo individual. Cabría aquí cuestionarse sobre la autonomía
de lo individual en el sentido del ser humano como persona y no solo como parte
de una sociedad.
RASGOS EPISTEMOLÓGICOS
La
concepción de lo humano y de lo ontológico en el Programa 2006 y su referencia
ineludible al Artículo Tercero Constitucional pueden dejarnos ver algunos de
sus rasgos epistemológicos. Esto es que, estas tres referencias involucran ya
los rasgos epistemológicos que estamos buscando.
Un
primer elemento es la idea de que a través del proceso formativo que supone la
educación secundaria los individuos se apropian y utilizan el conocimiento; que
mediante el tránsito por la escuela secundaria, adquieren conocimientos,
desarrollan habilidades y construyen valores y actitudes (SEP, 2006: 8). El
conocimiento es pues una apropiación hecha por el estudiante para ser aplicado
en su vida comunitaria, social; pero un conocimiento de procedencia en el
progreso científico (Artículo Tercero).
Esta
idea de apropiación se asocia a la concepción de lo humano que se observa en el
documento, hemos dicho, un individuo capaz de aprender, de asumir y dirigir su
propio aprendizaje, capaz de de movilizar los saberes culturales, científicos y
tecnológicos para comprender la realidad; un individuo con habilidades
cognitivas (pensamiento, reflexión, argumentación).
En
este sentido, aunque no se tiene una definición ni un acercamiento a la
concepción de la realidad –de la cual se dice está en avance continuo y con
acelerados cambios demográficos, sociales, económicos y políticos (SEP, 2006:7)—
el programa supone una relación entre ella y el pensamiento de los estudiantes
de secundaria, al menos de la capacidad de éstos para comprenderla.
El
segundo elemento se desprende de las competencias, asiento para la formación
del individuo. Si éstas como hemos dicho, se entienden como el conjunto y la
combinación de conocimientos, destrezas, valores y aptitudes dispuestas para la
resolución de tareas concretas, en un movimiento de acción integradora de
componentes personales, sociales y de conductas –y siendo las unidades básicas
de formación— seguirán una construcción propia, serán un tipo de conocimiento
integrador de varios ámbitos de la persona que alcancen su quehacer cotidiano y
conjunten al mismo tiempo saberes y ejecución.
De
esta manera, los saberes escolares que se proponen en el programa
desarrollarían las competencias básicas para que los estudiantes logren
acciones responsables en tres ámbitos de la vida: consigo mismos, con la
naturaleza y con su comunidad. Dejando la tarea de construir dichos saberes a
los propios estudiantes.
UNA BREVE CONCLUSIÓN
El
programa 2006 de educación secundaria en sus propósitos y fines refleja algunos
rasgos de carácter filosófico que van determinando los modelos ontológico,
antropológico y epistemológico. Aunque se nota un mayor énfasis en la dimensión
social del individuo que pretende formar y que aparecen más claramente en su
perfil de egreso y en las competencias que se quieren desarrollar en ellos.
Los
rasgos epistemológicos, derivados de la visión ontológica y antropológica,
acusan un tipo de conocimiento que asocia a los saberes con la ejecución de
acciones encaminadas a la vida social de los estudiantes de secundaria y a la
capacidad de los propios alumnos para construirlos y utilizarlos en situaciones
específicas de la realidad.
Queda
aún abierto el camino para reflexiones más profundas de las implicaciones de
los contenidos de dicho programa en el campo de la reflexión filosófica.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
HOUSSAYE,
J. (2003). Educación y filosofía.
Enfoques contemporáneos. Eudeba, Buenos Aires.
INSTITUTO
DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS (2003). Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. Consultada el 10 de Agosto de
2006 en info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/
MARIS,
S. (2001). La filosofía de la educación.
Estado de la cuestión y líneas esenciales. CIAFIC, Buenos Aires.
SECRETARÍA
DE EDUCACIÓN PÚBLICA (2006). Plan de
estudios 2006. Educación Básica. Secundaria. México: 2006.
YURÉN,
M. (1994). La filosofía de la educación
en México. Principios, fines y valores. Trillas, México D.F.
Rafael Mora Vázquez
Doctor en Educación
No hay comentarios:
Publicar un comentario