El método inductivo permite ana lizar casos particulares a partir de los cuales
se extraen conclusiones de carácter general, su objetivo es el descubrir
generalizaciones y teorías partiendo de observaciones sistemáticas de la
realidad.
Para la investigación de la práctica
educativa es fundamental iniciar de este referente por permitir reflexionar de
manera sistemática en las acciones que realiza el docente en el aula.
Pero ¿Qué criterios tomar para ana lizar tal realidad?, existen algunos modelos
explicativos como el que propone Cecilia Fierro, Fortoul y Rosas, donde
recomiendan el uso de dimensiones entre estas la personal cuya perspectiva
permitirá responder a ciertos cuestionamientos tales como:
¿Qué motiva las acciones?, ¿Qué motiva
tales decisiones?, ¿Cómo definir la forma de trabajo en el aula?, ¿Qué tipo de
actividades se acostumbran realizar en las distintas áreas?, ¿Qué tipo de
razonamientos se promueven a través de las actividades de enseñanza realizadas
en clase?, entre otras.
Todo ello con el único fin de obtener
indicadores que reflejen no sólo el tipo de profesor, sus contenidos
culturales, tipos de actividad metodológica, uso o no de materiales didácticos,
formas de intervenir así como las relaciones que se establecen entre
profesor-alumno.
Asimismo hay necesidad de entender
elementos que expliquen el por que se realiza tal práctica educativa y no otra;
poder cuestionar a fondo para definir ¿qué es educativo? Tal reflexión es
difícil pues no se esta acostumbrado a ana lizar
tal actividad y mucho menos a enfrentar lo que se produce con ese hacer.
La sistematización y caracterización
de la práctica educativa permite reconocer cual es la metodología que sigue el
docente en el aula, si se sigue un orden, si hay intención, si busca un
producto en especifico, aquellas acciones educativas requieren de una
orientación intencionada, pero ¿qué es la intención educativa?
Para teóricos de la educación como
Miguel Bazdresch la práctica educativa esta constituida por actos intencionales
estos indica “(. . .) suponen un proceso de concienciación, (. . .), un proceso
de conciencia reflexiva creciente acerca del objeto de conocimiento involucrado
en la acción educativa” (Bazdresch,2000:44) de lo cual hay que entender a la
intención como a la orientación o sentido que permite guiar la acción
comprendiendo la finalidad o meta de formación de los alumnos a su vez implica
al proceso enseñanza-aprendizaje.
Por lo tanto es este punto lo que
define el rumbo de cada curso, el desarrollo, la selección del material de
apoyo, a su vez determina el sello personal del docente, cuya finalidad es
conducir contenidos lógicos, bajo programas y actividades que otorguen al
alumno apropiarse del conocimiento.
Todo ello dependerá de lo que se
realiza en el aula, de los elementos que se referencian o presentan para la
comprensión, a su vez de la habilidad y aplicación o abordaje de los temas, por
lo tanto las intenciones se mueven o varían en los diferentes niveles escolares;
por la formación profesional o experiencia del docente, siendo en este momento
cuando la intención se vuelve acción.
Por lo tanto dicha forma de proceder
remitirá a la búsqueda del actuar ideal para la significación.
Sin embargo en cada análisis que se realiza
habrá o no relación lógica entre el saber y hacer, pues inesperadamente puede
estar permeando la dimensión institucional por la constante preocupación del
docente por el tiempo, el cumplimiento del programa, la disciplina,
cumplimiento de reglamentos entre otras cosas, de tal manera que impiden ubicar
un propósito a seguir, con la consigna de beneficiar al aprendizaje.
En definitiva lo ideal para el
cumplimiento no sólo de propósitos así como de contenidos es seguir en el
análisis de la práctica y revisar la estructura metodologica que se ejecuta en
el aula, teniendo como único fin el construir al final un proyecto de
intervención que siga las estrategias ideales así como la evaluación de la
misma para asegurar la aprehensión del conocimiento favorablemente por parte de
los alumnos.
Asimismo se recomienda seguir algunos
pasos como:
1er paso: Análisis de la práctica
mediante la sistematización y caracterización.
2do paso: Descripción de la práctica,
así como de los eventos que se relacionan con la misma. Qué comprende la
lectura descriptiva del registro, la categorización e interpretación y
teorización.
3er paso: Construcción de problemas de
investigación a partir de una reflexión sobre su práctica y las dificultades
que ella presenta.
4to paso: Reconstrucción de la
práctica a través de estrategias alternativas a la de la ana lizada.
5to paso: Experimentación de la
práctica reconstruida durante el tiempo suficiente para lograr resultados.
6to paso: Discusión de resultados
a través de indicadores que especifiquen
la efectividad de la nueva práctica.
Referencias:
Mtro. Hernández, E. y Dra. Calderón,
R., 2003, Normas de Presentación de tesis
a nivel licenciatura, Guadalajara,
Jal. Universidad de Guadalajara.
Fierro, C., Fortoul y Rosas, 1999, Transformando la práctica docente,
Bazdresch, M, 2000, Transformar la
práctica, Guadalajara, Jal. Textos educar, Educación Jalisco.
Restrepo, B. 2003, Maestro investigador, escuela investigadora
e investigación de aula, cuadernos pedagógicos,
Noemí Guadalupe Rosas Contreras
Estudiante de Maestría en Ciencias
de la Educación
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