La educación humanista se
originó a finales de la década de 1940, con el movimiento iniciado por Kurt
Lewin, conocido como Desarrollo del Potencial Humano y la
aparición de la teoría terapéutica de Carl Rogers que ha tenido una valiosa contribución
al campo educativo, especialmente en la metodología, con su Enfoque Centrado
en la Persona, en adelante también ECP (González, 1988).
A grandes rasgos habrá que
decir que, el humanismo propone como metas de la educación la promoción para la
autorrealización mediante el estímulo de las potencialidades del individuo, asienta
que el aprendizaje es el proceso que modifica la percepción que los individuos
tienen de la realidad, derivado de la organización del yo y que este aprendizaje
debe ser significativo.
Sostiene además que, el papel
del docente es nodirectivo, es facilitador del aprendizaje al proporcionar las
condiciones para que el aprendizaje se dé en forma autónoma, en un ambiente de
respeto y confianza; y que la concepción del alumno viene dada por el concepto
de persona: todos los alumnos son diferentes, únicos, con iniciativa, con necesidades
personales de crecimiento, poseen afectos y tienen vivencias particulares.
Así, en general, se pueden
identificar como metas generales de la educación humanista, según Hernández
(1998) las tres siguientes:
·
Ayudar a desarrollar la individualidad de las personas
·
Apoyar a los alumnos para que se reconozcan como seres humanos
únicos
·
Contribuir a que los estudiantes desarrollen sus potencialidades.
Dentro de la teoría
humanista de la educación, la perspectiva más ortodoxa y clásica es la rogeriana,
mejor conocida como la Educación Centrada en la Persona (ECP) o el Estudiante.
Como forma parte del
bloque humanista, en muchas ocasiones se identifica a este enfoque con el
enfoque del Desarrollo Humano, aunque se debe tomar en cuenta que la
comprehensión del movimiento del Desarrollo Humano es mayor al del ECP, es más
amplio ya que, dado su dinamismo, el Desarrollo Humano ha ido incorporando aportaciones
de perspectivas cuyo propósito fundamental es el desarrollo de la persona, tal
es el caso de la psicología transpersonal, la logoterapia y la psicología de la
gestalt. Con todo, se sigue identificando al ECP como la representación del
Desarrollo Humano en el campo educativo.
El desarrollo humano y
la educación
En el país la influencia
de la perspectiva humanista ha tenido un fuerte desarrollo en algunas
instituciones privadas con el “Desarrollo Humano”, entendido éste como un movimiento psicológico que desde la perspectiva humanista y una fuerte apertura hacia las doctrinas cuyo propósito es el crecimiento, desarrollo y realización de las personas,
engloba a una teoría o perspectiva
teórica y un estilo de vida o
perspectiva práctica.
En este movimiento de Desarrollo
Humano (en adelante también DH) se pueden identificar algunos autores clásicos
de la historia de la psicología humanista, como Abraham Maslow, Carl Rogers, W.
Allport, Rollo May y Víctor Frankl, seguidores del enfoque existencial humanista
(Rage, 1998; Carpintero, 1996); a instituciones educativas cuyos principios educacionales
están basados en esta teoría, tal es el caso de la Universidad Iberoamericana (UIA)
y el Instituto de Estudios Superiores de Occidente (ITESO); y a Juan Lafarga,
Alberto Segrera, Gómez del Campo, Salvador Moreno, Ana María González Garza y
Rosa Larios Novelo como los autores mexicanos más representativos de este movimiento.
Sin embargo, si bien es cierto que la
columna vertebral del movimiento de DH en México y en Guadalajara, ha sido el
enfoque rogeriano; también debe considerarse la amplia apertura hacia otras
teorías, también de sesgo humanista, que han encontrado espacio en esta
perspectiva, tal es el caso de la logoterapia, la psicoterapia gestalt y la
psicología transpersonal.
Insertado en la tradición humanista,
el DH tiene su punto de partida en una “concepción de la naturaleza humana
positiva, constructiva, realista, digna de confianza y en continuo proceso de desarrollo”
(González, 1998, p. 13). En donde se considera al ser humano como único,
sensible, creativo y con tendencia al desarrollo.
Centra su atención en el estudio y
análisis de los procesos integrales de la persona, fundamentándose
epistemológicamente en el existencialismo y la fenomenología, generando así,
“una nueva concepción del hombre que defiende la libertad y la tendencia del
ser humano a desarrollarse y promoverse” (González, 1998, p. 11).
Metodológicamente es un enfoque
holista y subjetivo. Como se ha dicho en el párrafo anterior, la perspectiva
del Desarrollo Humano (DH) se fundamenta en el existencialismo, base filosófica
de la psicología humanista-existencial, en cuanto comparte buena parte de sus
credos filosóficos y antropológicos, en su visión del ser humano y hasta en sus
cuestionamientos básicos (Rage,1988; Carpintero, 1996), lo que acusa influencias
directas del pensamiento de los grandes filósofos existencialistas y que
también son base para la psicología de la tercera fuerza.
Este enfoque, “enfatiza los intereses
y las preocupaciones filosóficas de lo que significa ser realmente humano”
(González, 1998, p. 36), un ser viviente en constante cambio y con la capacidad
de ser consciente de ello, que posee medios de autocomprensión, para modificar
su autoconcepto, actitudes y comportamiento, si se le proporciona un clima
favorable:
Contemplado
como un movimiento eminentemente educativo, el desarrollo humano se fundamenta
en las corrientes de pensamiento fenomenológica, humanista y existencialista,
de la que se desprende su ser y quehacer. Entre sus características distintivas
se encuentra la apertura al cambio, al diálogo, a la experiencia y al encuentro
consigo mismo, con el tú, con el nosotros y los otros, y con la naturaleza (González,
1997, p.2).
Es, si se quiere, un modelo educativo
que consiste en un proceso ascendente y constante de transformación, un medio a
través del cual se facilita y promueve la realización integral del infinito
potencial humano (González, 1992).
En su concepción de ser humano, se
enfatiza la tendencia hacia el desarrollo, que frecuentemente se denomina, en
el lenguaje propio de otro de los autores humanistas más reconocidos: Abraham Maslow,
tendencia actualizadora, y que es innata al ser humano. El Enfoque Centrado en
la Persona (ECP), una de las principales aportaciones del humanismo y la más
difundida en términos de educación, tiene su base, según González (1991) y
Moreno (1983), en los siguientes principios:
·
La
persona es valiosa por sí misma
·
La
naturaleza humana es constructiva y digna de confianza, posee una tendencia
hacia el desarrollo integral
·
La
motivación básica es la autorrealización
·
Una
persona saludable vive funcionalmente como un organismo total, integrado
·
El
aprendizaje significativo debe ser descubierto en la propia existencia
·
Se
puede confiar en la persona y en su curiosidad y deseo de aprender innatos.
Consecuente con los principios más fundamentales
del humanismo, la educación es concebida dentro de la perspectiva del
Desarrollo Humano (DH) como un proceso dinámico de aprendizaje significativo,
en donde el estudiante es el principal elemento y cuyo logro máximo es su
autorrealización (Maslow, 1988; 1990) en todas las esferas de la personalidad;
es además, un medio favorecedor del desarrollo de la tendencia actualizante que
cada persona posee y que debería ser potenciada atendiendo las necesidades
personales de cada alumno al proporcionarles opciones válidas de autoconocimiento,
crecimiento y decisión personal (Hernández, 1988).
Uno de los supuestos teóricos más
importantes del humanismo en general y del enfoque de Desarrollo Humano en particular,
es la introducción del concepto persona en la educación, que vendrá a
modificar no solamente la práctica educativa, sino la concepción misma de sus
actores, haciendo énfasis en los objetivos de la educación, resaltando más el
papel del alumno, su aprendizaje, que al docente, la enseñanza y la manera de
realizar la acción educativa.
Para el enfoque del DH, la enseñanza,
si es posible hablar de ella, es el logro máximo de la autorrealización, en
donde se propone que el alumno desarrolle una conciencia ética, altruista y social,
y cuya meta es la promoción de la autorrealización (Maslow, 1988). Es decir,
que la persona logre lo mejor de lo que es capaz. Objetivo que en alguno de sus
puntos se comparte con los fines de la Orientación Educativa.
Rogers, en su educación centrada en la
persona, a veces llamada también educación democrática centrada en la persona,
confiere la mayor responsabilidad al alumno y la caracteriza sobre la base de
cuatro principios (Hernández, 1988):
1.
La
persona es capaz de responsabilizarse y de controlarse a sí misma en su
aprendizaje
2.
El
contexto educativo debe crear las condiciones favorables para facilitar y
liberar las capacidades de aprendizaje existentes en cada individuo; el alumno
aprende a través de sus propias experiencias y es muy difícil enseñar a otra
persona directamente (solo se le puede facilitar el aprendizaje)
3.
En
la educación se debe adoptar una perspectiva globalizante de lo intelectual, lo
afectivo y lo interpersonal
4.
El
objetivo central de la educación debe ser crear alumnos con iniciativa y autodeterminación,
que sepan colaborar solidariamente con sus semejantes sin que por ello dejen de
desarrollar su individualidad.
Palacios (1984) y Moreno (1983)
resumen convenientemente los principios fundamentales de la enseñanza centrada
en la persona o el estudiante en los siguientes puntos:
·
El
postulado básico es la confianza en las potencialidades del ser humano
·
El
aprendizaje y la asimilación necesitan determinadas circunstancias y
condiciones
·
Se
aprende sólo lo significativo
·
Los
contenidos del aprendizaje no deben ser amenazantes para el yo del estudiante
·
Gracias
a la práctica es como se aprende
·
El
aprendizaje participativo es más eficaz que el pasivo
·
El
aprendizaje perdurable y profundo implica a la totalidad de la persona
·
Es
muy importante la autoevaluación y la crítica
·
El
aprendizaje social más útil es el aprendizaje del proceso de aprendizaje.
Resulta claro como estos principios
habrán de modificar notablemente la caracterización y acción de sus actores, y
de alguna manera se tendrá una postura educativa distintiva, de la que surgen
conceptos como: responsabilidad, libertad, aprendizaje significativo y
facilitación de aprendizaje.
El enfoque asigna al profesor un papel
no directivo, cuya función ha de ser la de facilitar el aprendizaje del estudiante
proporcionándole las condiciones para que esta acción se de en forma autónoma,
creando una atmósfera de respeto y apoyo a la curiosidad de aquel, y valorando
la búsqueda personalizada del conocimiento. Con rasgos tales como:
·
Mostrar
una relación de respeto con sus alumnos
·
Partir
de las potencialidades y necesidades delos alumnos
·
Estar
interesado en el alumno como persona
·
Abierto
a nuevas formas de enseñanza
·
Fomentar
el cooperativismo en los alumnos
·
Mostrar
autenticidad y genuinidad
·
Ser
sensible a las percepciones y sentimientos de los alumnos
·
Evitar
posturas egocéntricas y autoritarias
·
Poner
sus conocimientos al servicio de los alumnos
Por otra parte, el alumno es entonces,
sobre esta base, una persona, digna de confianza y tendiente al desarrollo y la
autorrealización; un ser con iniciativa, con necesidades personales de crecimiento,
capaz de autodeterminarse y con la potencialidad de desarrollar actividades y solucionar
problemas creativamente (Guzmán y Hernández, 1993).
El estudiante no sólo es una persona
que participa cognitivamente en la clase, sino como un ser afectivo y con
vivencias particulares, y cuyo aprendizaje se da mediante su participación en
el proceso mismo.
También tiene una forma propia de
concebir la metodología de la acción educativa al proponer condiciones y
actitudes básicas para su realización, a saber: el contacto real con problemas
reales, la autenticidad o genuinidad en los actores, la aceptación positiva
incondicional de los mismos, la comprensión empática y la provisión de recursos
(González, 1988; Guzmán y Hernández, 1993).
Por otra parte, no debe perderse de
vista que es el aprendizaje significativo el elemento primordial del enfoque centrado
en el alumno, y el del Desarrollo Humano, el cual consiste en asimilar uno
mismo lo aprendido, esto es que, cuando el aprendizaje tiene sentido para el
estudiante, se integra a su persona, se olvida con mayor dificultad y tiene una
aplicación práctica en la vida diaria. Los factores o elementos más importantes
de este aprendizaje significativo son enunciados por González (1988, p. 71)
como:
·
Contenidos:
información, conductas o habilidades por aprender.
·
El
funcionamiento de la persona, en sus aspectos biológico, psicológico,
espiritual y social
·
Necesidades
y problemas que el individuo enfrenta en ese momento y que le son importantes
·
El
ambiente en el que se propicie el aprendizaje.
Finalmente y en un intento por resumir
los conceptos básicos del enfoque del Desarrollo Humano, que encuadran la
perspectiva teórica que habrá de sustentar esta investigación y que mantienen
una estrecha relación con el Enfoque Centrado en la Persona (que se abordará en
el siguiente apartado), habrá de decirse que puede notarse que los objetivos de
éste están en función de favorecer el desarrollo integral del estudiante, de su
crecimiento y autorrealización. Que existen elementos generales en los que ésta
descansa, como su concepción de ser humano, que es el principio rector, la
importancia de la experiencia, no en el sentido empirista, sino como
experiencia fenoménica, subjetiva; el hecho de que puede caracterizarse como
una pedagogía relacional, al enfatizar el valor de las relaciones
interpersonales de sus actores y de las actitudes tomadas por éstos; y finalmente,
por su concepción de aprendizaje significativo que da lugar a la responsabilidad
y creatividad en el alumno, y a su propia autoformación.
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Internacionales del Enfoque Centrado en la Persona, recuperado el 22 de junio
de 2004 de la http://www.uia.mx/aiecp/espanol.htm
Rafael
Mora Vázquez
Maestro
en Desarrollo Humano y
Ciencias de la Educación
Doctor en Educación
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