A través del tiempo las
innovaciones tecnológicas se van incorporando a nuestra vida cotidiana casi imperceptiblemente,
ya que la urgencia por no quedarnos rezagados nos hace que hagamos casi necesaria
su utilización en nuestras actividades.
Aunque existe, en ocasiones
hay resistencia a su utilización, no debemos privar a nuestros alumnos de la
oportunidad de conocerlas. Dentro de la jerga informática se habla de un término
llamado “Brecha Digital” la cual de acuerdo a Serrano y Martínez (2003) está definida
como:
La separación
que existe entre las personas (comunidades, estados, países…) que utilizan las
Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como una parte rutinaria de su
vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que aunque las
tengan no saben cómo utilizarlas.
Además puede ser definida
en términos de la desigualdad de posibilidades que existen para accesar a la
información, al conocimiento y la educación mediante las TICs. La brecha
digital no se relaciona solamente con aspectos exclusivamente de carácter
tecnológico, es un reflejo de una combinación de factores socioeconómicos y en
particular de limitaciones y falta de infraestructura de telecomunicaciones e
informática.
Dentro de esta brecha
digital encontramos que en nuestro país existe un gran rezago en el rubro tecnológico,
pero desgraciadamente en otros casos se tiene la infraestructura y no es aprovechada.
En Estados Unidos de
América se está desarrollando un trabajo llamado Proyecto 2061 el cual consiste
en exposiciones de lo que todos los estudiantes debieran saber o poder
practicar en ciencias, matemáticas y tecnología para el final del segundo y
quinto grados de enseñanza elemental (tomando en cuenta el nivel preescolar),
segundo de enseñanza medía y tercero de enseñanza media superior.
Las diferencias de grado
sugieren puntos de referencia razonables para estimar el progreso que el
estudiante tiene para alcanzar las metas de la cultura científica. En el rubro
tecnológico se menciona que a diferencia de otros países desarrollados no se
toma en cuenta la tecnología como disciplina y por lo tanto no tiene un lugar definido
ni en la educación elemental, no se contempla en el plan de estudios
preparatorios, no se le relaciona con requisitos de titulación y no forma parte
del contenido de cursos científicos a ningún nivel.
A pesar de esto se está
cobrando conciencia del lugar que ocupa la tecnología en la vida cotidiana y la
relación entre ciencia, tecnología y sociedad está adquiriendo un papel central
en los programas de estudio.
Este programa pretende
intercalar la educación tecnológica en los planes de estudio, así como usar la
tecnología en la promoción del aprendizaje, y que los estudiantes estén informados
de su naturaleza, posibilidades y limitaciones. Como creación humana, la tecnología
tiene su propia historia e identidad, desligadas de las de la ciencia y las
matemáticas.
Históricamente, antecedió
a la ciencia y sólo paulatinamente ha llegado a igualarse con ella, en el
conocimiento de cómo trabaja el mundo natural. En la actualidad la tecnología
se caracteriza, cada vez más, por las relaciones de interdependencia con las
ciencias y las matemáticas. Los objetivos programáticos que se describen a continuación
sugieren cómo deberían comprender los docentes y los alumnos dichas relaciones.
En el aspecto de intervención
de los docentes se menciona que cada vez es más frecuente que la gente tenga
que decidir qué tecnologías desarrollar, cuáles usar y cómo usarlas. Parte de esa
responsabilidad es conocer el funcionamiento de la tecnología, sus
alternativas, beneficios, riesgos y limitaciones. Los intereses sociales a largo
plazo se atienden mejor cuando se examinan los asuntos clave acerca de las propuestas
para adoptar o prohibir cierta tecnología, antes de tomar una decisión final.
En el aspecto de alumnos
nos alude que cuando entran a la escuela, sin duda, los niños están bastante
familiarizados con la tecnología. Se transportan en automóvil, manejan electrodomésticos,
bicicletas, emplean utensilios de jardinería, ayudan en la cocina, manipulan
con gran habilidad la tele, etc.
Ambos aspectos nos sirven
de reflexión sí realmente buscamos una relación amistosa con la tecnología ya
que en ningún momento se busca el comparar la infraestructura que se tiene en
los jardines de niños de nuestro país con los de U.S.A., pero tampoco podemos
dejar de lado el hecho de que si contamos con los recursos debemos permitir a
nuestros alumnos conocerlas, manipularlas y utilizarlas tomando en cuenta que ellos
forman parte de una nueva generación “La Generación Net” en la que la
tecnología forma parte de su vida.
Referencias:
Proyecto 2061
(2005) La naturaleza de la tecnología. Consultado el 26 de septiembre de 2005
de http://www.project2061.org/esp/publications/bsl/online/ch3/ch3.htm
Serrano,
A., Martínez, E. (2003) La Brecha Digital: Mitos y Realidades. Consultado el 26
de septiembre de 2005 de www.labrechadigital.org
Patricia
Michel Ruelas
Maestra en Tecnología Educativa
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