viernes, 24 de julio de 2015

A fondo: imaginación y creatividad

La doctora Lapoujade en su libro Filosofía de la imaginación propone una noción de imaginación con la que estoy de acuerdo y que nos marca el camino a seguir:

 
La imaginación es una función psíquica compleja, dinámica, estructural; cuyo trabajo consiste en producir –en sentido amplio- imágenes, puede realizarse provocado por motivaciones de diverso orden: perceptual, mnémico, racional, instintivo, pulsional, afectivo, etc.; consciente o inconsciente subjetivo u objetivo (entendido aquí como motivaciones de orden externo al sujeto, sean naturales o sociales). La actividad imaginaria puede ser voluntaria o involuntaria, casual o metódica, normal o patológica, individual o social. La historicidad le es inherente, en cuanto es una estructura procesal perteneciente a un individuo. La imaginación puede operar volcada hacia o subordinada a procesos eminentemente creativos, pulsionales, intelectuales, etc.; o en ocasiones es ella la dominante y, por ende, guía los otros procesos psíquicos que en estos momentos se convierten en subalternos.

 
La imaginación actúa en diversos niveles y contextos. En la vida de vigilia participa en preceptos, recuerdos, conceptos, lenguaje..., en el ensueño, en el sueño, en la creación artística o en la invención científica; en las creencias colectivas (mitos), en los proyectos utópicos. En rigor, no queda rincón de la actividad humana que no esté penetrado por procesos imaginativos. (1)

 

Las imágenes con las que operan el ser humano no se limitan a la reproducción de lo directamente percibido, ya que puede ver también mediante imágenes lo que no ha percibido directamente, así como puede ver algo que no existe en absoluto y algo que no existe en realidad en forma concreta. No obstante los seres humanos como seres actuantes no sólo observan y reconocen el mundo, sino que también lo modifican y lo transforman. Dicha exigencia la cumple la imaginación, dado que está inseparablemente vinculada con nuestra aptitud de modificar el mundo, de trasformar activamente la realidad y de crear algo nuevo.

 

El ser humano es productor de conceptos y categorías estéticas, sobre todo de estas últimas. Inventamos espacios y realidad imaginarias, imágenes inventadas que hacemos realidad. Somos constructores de estructuras y nuestra imaginación crea espacios, somos arquitectos de imaginarios. Proyectamos los artificios de nuestros diseños haciéndolos reales, los concretamos y los objetivamos, los significamos y los conceptualizamos, así son traducidos en categorías de realidades específicas. Por otra parte debemos suponer que todos los seres humanos contamos con las habilidades mínimas para llevar a cabo el acto creativo, y dejar de lado la falsa idea que es característica de unos cuantos privilegiados. Así, podemos decir que la creatividad es capacidad de inventar algo nuevo, de relacionar algo conocido de forma innovadora o de apartarse de los esquemas de pensamiento y conducta habituales. (2)

 

Hasta el momento se sabe muy poco sobre el origen de la creatividad y su relación con otras capacidades mentales, pero existen numerosos estudios sobre la ‘personalidad creativa’ y en este momento los estudios son cada vez más amplios.

 

Es muy probable que la creatividad, en tanto que capacidad de innovación, tenga también una influencia biológica importante en la preservación del hombre. Hablando del desarrollo de la inteligencia de los Australopitecos Salvador Moyá y Joseph Corbella, en la discusión de las primeras herramientas, mencionan que este antecesor del homo sapiens era capaz de utilizar herramientas, pero no fabricarlas, puesto que este proceso es sumamente complejo ya que para coger una piedra y empezar a tallarla hasta obtener un cuchillo, uno tiene primero que imaginar el cuchillo terminado antes de empezar a hacerlo.

 

Porque si uno no tiene el concepto de cuchillo no se puede ocurrir hacerlo. Para fabricar una herramienta se requiere de una capacidad de abstracción mucho mayor que sólo para utilizarla. (3)

 

La creatividad inicia con un problema a resolver, toda teorización o técnica o discurso humano inicia con una cuestión a resolver, con la necesidad de explicarse a sí mismo el mundo que lo rodea y tener soluciones (por lo menos provisionales), esto se traduce en un sentimiento de seguridad ante un mundo que se presenta en ocasiones hostil. Como en el caso de Arquímedes, nos damos cuenta que la sensibilidad para visualizar y evaluar las situaciones que se consideran problemáticas, así como la imaginación, son indispensables para encontrar soluciones efectivas a los problemas.

 

Todos sabemos que la filosofía y la ciencia inician por la preocupación de encontrar soluciones, la observación y la reflexión de los individuos permiten analizar los problemas, en conjunto con el ingenio y la imaginación, las soluciones afloran ante la sorpresa de lo cotidiano, de tal modo que se pueden generar situaciones y soluciones que antes no se habían tenido. Es el acto creativo que ha permitido evolucionar a nuestra especie en cuanto a tecnología se refiere.

 

Entonces nos damos cuenta que para cualquier persona que pretenda solucionar cualquier problema, no basta con la observación, debe existir sensibilidad para apreciar la situación, del mismo modo la curiosidad y la motivación son aspectos importantes y sobre todo la imaginación productora (creadora). La imaginación es un proceso mental dinámico que además de facilitar la generación de imágenes y deformarlas, implica un mecanismo de fluidez para pasar de imagen mental a otra. Es la fluidez la que permite al creador generar uno tras otro diferentes cuadros mentales; la imaginación los combina y los deforma. (4)

 

La fluidez: Es un estado mental dinámico que se presenta alrededor de una idea o situación básica y va relacionando otras ideas o situaciones, como una excursión mental; la fluidez en cierta forma se relaciona con otros estados cognoscitivos, si no es que se puede considerar como sinónimo tal como la asociación libre y la fantasía guiada. (5)

 

También en la creatividad se puede crecer, este elemento llamado fluidez, asociación libre o fantasía guiada es lo que permite visualizar lo que alguien que no ha “entrenado” su creatividad no lo vería. Podemos distinguir cuatro tipos de fluidez (6):

 

La fluidez verbal es la habilidad para producir palabras, frases o conceptos para expresar verbalmente ideas. La fluidez asociativa, que es la habilidad que se relaciona con la búsqueda de analogías y relaciones, tal como lo hace la imaginación productora explicada por Kant, también encontramos esta fluidez asociativa en el método psicoanalítico descubierto por Sigmund Freud como guía para la cura de neurosis. Ahora bien: el hipnotismo había servido para llevar a la memoria consciente del sujeto los datos por él olvidados. Tenía, pues, que ser sustituido por otra técnica. En esta necesidad comencé a poner en práctica el método de la asociación libre, consistente en comprometer al sujeto a prescindir de toda reflexión consciente y abandonarse, en un estado de serena concentración, al curso de sus ocurrencias espontáneas (involuntarias).

 

Tales ocurrencias las debía comunicar. al médico, aun cuando en su fuero interno surgieran objeciones de peso contra tal comunicación; por ejemplo, las de tratarse de algo desagradable, desapartado, nimio o impertinente. La elección de la asociación libre como medio auxiliar para la investigación de lo consciente olvidado parece tan extraña, que no estará de más justificarla expresamente. En tal elección hubo de guiarme la esperanza de que la llamada asociación libre no tuviera, en realidad, nada de libre, por cuanto una vez sojuzgados todos los propósitos mentales, habría de surgir una determinación de las ocurrencias por el material inconsciente. Tal esperanza ha sido justificada por los hechos.

 

Persiguiendo así la asociación libre dentro de la observación de la «regla analítica fundamental» antes expuesta, se obtenía un rico material de ocurrencias que podía ponernos sobre la pista de lo olvidado por el enfermo. Dicho material no aportaba los elementos olvidados mismos, pero sí tan claras y abundantes alusiones a ellos, que el médico podía ya adivinarlos (reconstruirlos) con el auxilio de ciertos complementos y determinadas interpretaciones. Así, pues, la libre asociación y el arte interpretativo lograban el mismo resultado que antes el hipnotismo. (7)

 

Las asociaciones libres se dan por un proceso exploratorio, libremente imaginativo, sin que se efectúe un examen cuidadoso y crítico de lo que se está haciendo. “A través de la libre asociación es como la mente, sin modos deliberados o conscientes, sin prevenciones, de pensamiento, de idea, de sentimiento a sentimiento; es el proceso más espontáneo, primitivo, natural y creados del pensamiento”. (8)

 

La fluidez expresional consiste en la habilidad discursiva para decir las ideas propias, así como utilizar los medios expresivos más adecuados, desarrollar la capacidad comunicativa. Y por último la fluidez imaginativa que es el rasgo más importante para la producción de ideas y la creatividad. La fluidez imaginativa es la habilidad para producir ideas en torno a un pensamiento básico. Una prueba de esta habilidad es el proponer usos diferentes a objetos comunes, este tipo de ejercicios se emplean para promover este tipo de fluidez. (9)

 

En este momento es indiscutible que este tema nos llevaría a la discusión sobre las líneas pedagógicas que promueven la creatividad y también a criticar el sistema educativo en esta línea, pero no es fin de este trabajo, sin embargo se harán algunos comentarios a pié de página al respecto.

 

En la solución de problemas, la fluidez es primordial, sobre todo en aquéllos que requieren soluciones novedosas, tanto para su entendimiento y definición, ya que se presenta como una destilación de ideas en torno al problema. En este sentido, como señaló Einstein, nuestros conocimientos son menos importantes que la imaginación, en virtud de lo limitado de nuestros conocimientos. anteriormente que además de la fluidez, otras características muy importantes como la flexibilidad, la originalidad, la destreza de redefinición y la habilidad para sintetizar. Por flexibilidad entendemos la habilidad para ajustarse espontáneamente y con facilidad de un enfoque apreciativo a otro, como contemplar una situación desde puntos de vista alternos; al resolver problemas, la flexibilidad nos permite cambiar de un plano a otro, para ver en diferentes perspectivas.

 

Gracias a esta habilidad, Arquímedes pudo percibir una analogía entre lo que observó en la bañera y como lo emplearía en el problema de la corona. La flexibilidad aporta al individuo creador un medio para asimilar sus ideas bajo predicciones mentales. La originalidad se manifiesta como diferencial de otras formas de pensar generando nuevas ideas.

 

La destreza de redefinición es la habilidad de cambiar las funciones y formas de los objetos y utilizarlas en forma nueva. Muchas de las invenciones o ideas nuevas no son, estrictamente hablando, completamente nuevas sino rearreglos y nuevas combinaciones de información previa en la memoria del individuo. La destreza de redefinición le permite al creativo percibir una concordancia entre una idea de solución a un problema y otras ideas que resolvieron otros problemas. Se dice que algunas innovaciones no son producto del trabajo sesudo de individuos creativos sino más bien de improvisaciones, a veces desesperadas, o un mero reconocimiento accidental de dos ideas, con nada en común ante los ojos de los demás (10) evaluación de ideas y su combinación para conducir a una sola nueva y única. Arquímedes sintetizó su experiencia en la bañera en una teoría que resuelve múltiples problemas incluyendo en del Rey Hierón. Kant es un genio en esta habilidad sintetizadora, además fue capaz de explicar claramente en qué consiste la síntesis.

 

Arce identifica a la fluidez, la flexibilidad y la originalidad como funciones del pensamiento divergente o lateral, en oposición al pensamiento convergente, lógico o vertical. Según él, “el pensamiento convergente es el que evoca ideas y trata de encadenarlas para llegar a un punto ya existente y definido, si bien obscuro para el sujeto” y “el pensamiento divergente, al contrario, actúa como explorador que va a la aventura”. Como ejemplo del primero se menciona al aprendizaje escolar mientras que el segundo se vincula con la creatividad (11). El pensamiento divergente deja que la mente indague libremente lo desconocido sin ideas preconcebidas acerca de lo que se va a encontrar. (12)

 

 

Notas:

1.     Lapoujade, María Noel, Filosofía de la Imaginación, Ed. Siglo XXI, México, 1988, págs. 21 y 22.

2.     El ejemplo típico de individuo creativo lo representa Arquímedes, genio de la antigua Grecia. Según el relato histórico, el rey Hierón de Siracusa pidió a Arquímedes que encontrara la forma de determinar si la corona que recientemente le habían hecho, era totalmente de oro. Después de un tiempo, al meterse Arquímedes en una bañera llena de agua, ésta se desbordó. Con un relámpago de intuición, ideó el método para resolver el problema. Se dice que gritó: ¡Eureka!, ¡Eureka! Que significa “lo he encontrado”, y corrió desnudo por las calles. El plan que imaginó consistía en sumergir una cantidad de oro puro, cuyo peso fuera igual al de la corona, en un recipiente lleno de agua y luego medir la cantidad de agua desplazada. Después, sumergiría la corona de oro en el recipiente y compararía el peso del segundo desbordamiento con el primero. Arquímedes, en efecto encontró una diferencia en el peso del agua desbordada, lo cual indicaba que la corona no era de oro puro. De esta forma, con una combinación de casualidad y observación inteligente, Arquímedes descubrió la teoría de la gravedad específica la cual establece que “un cuerpo sumergido en un líquido recibe un empuje ascendente igual al peso del líquido desplazado”. Citado por Arce, Enrique, “La Creatividad: ¿qué es y cómo promoverla?” En Creatividad, Psicología Iberoamericana, Vol.1. No.1, Marzo 1993, Universidad Iberoamericana, México, páginas 11-20.

3.     Corbella, Moyá, et al. Sapiens, el largo camino de los homínidos hacia la inteligencia, Barcelona, Península, 2000, página 51.

4.     Arce... pág 15

5.      Arce... pág 15 Otro trabajo sobre fluidez es el de Csikszentmilhayi, Mihaly, Fluir (Flow), Barcelona, Cairos, 1996.

6.      Ya desde 1950 Guilford (1970) distingue a la fluidez como un rasgo característico del individuo creativo, la define como fertilidad de ideas. Citado por Arce...

7.     Freud, Sigmund, La interpretación de los sueños, en Obras Completas, Traducción de López-Ballesteros. Versión electrónica.

8.     (Kubil, 1958), citado por Arce

9.     En este caso podemos citar a los centros educativos que siguen el método Montessori, en los cuales permiten desarrollar la creatividad de los alumnos, a diferencia de la escuela tradicional donde se limita a los educandos a ajustar su conducta y pensamiento a normas establecidas, y obteniendo mejores puntuaciones quienes más adecuados estén a tales normas. También se puede revisar el texto de Bateman, Walter, Alumnos cuiriosos, Barcelona, Gedisa, 2000. Donde propone se adentra en la discusión de un nuevo modo de llevar la creatividad en el aula y propone técnicas específicas para su ejecución.

10.  Actualmente existe una línea pedagógica llamada pedagogía de la creatividad (Guildford, Tylor, Getzes, Jackson). Una nueva corriente, fortalecida como otras por ideas psicológicas de la actualidad, empalma con el optimismo pedagógico. La mencionada dirección no sólo reconoce que el educando ha de asumir una actitud operante y activa, así no que también una disposición descubridora. El pedagogo norteamericano J. P. Guildford en su trabajo Creativity, publicado en el American Psychologist, señala que el educando en su proceso formativo no se limitará a dar soluciones consabidas a los temas propuestos, sino a encontrar otras más o menos originales y de acuerdo con las exigencias de su propia vida. El pensamiento en general, declara el autor, puede ser convergente, si se alinea dentro de lo conocido y previsto por el maestro; o divergente, si busca inéditas respuestas eficaces y válidas. Larroyo, A., Historia General de la Pedagogía, México, Porrúa, 1984.

11.  Dewey afirmaba que los niños no llegaban a la escuela como limpias pizarras pasivas en las que los maestros pudieran escribir las lecciones de la civilización. Cuando el niño llega al aula “ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste en tomar a su cargo esta actividad y orientarla”. Cuando el niño empieza su escolaridad, lleva en sí cuatro “impulsos innatos –el de comunicar, el de construir, el de indagar y el de expresarse de forma más precisa”– que constituyen “los recursos naturales, el capital para invertir, de cuyo ejercicio depende el crecimiento activo del niño” El niño también lleva consigo intereses y actividades de su hogar y del entorno en que vive y al maestro le incumbe la tarea de utilizar esta “materia prima” orientando las actividades hacia “resultados positivos”. Citado en Perspectivas: revista trimestral de educación comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, nos 1-2, 1993, págs. 289-305. UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 1999.

12.  Cfr. Arce Op. cit. Arce, Enrique, “La creatividad: ¿qué es y cómo promoverla?”, en Creatividad, Psicología Iberoamericana, Vol. 1 No. 1 Marzo 1993, Universidad Iberoamericana, México, páginas 11-20.

 

 

Omar de Jesús Reyes Pérez

Universidad del Mar de Oaxaca

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