jueves, 9 de julio de 2015

A fondo: riesgos psicosociales de la educación


Este artículo trata a cerca de los riesgos psicosociales en la educación, pero, ¿qué es esto de los riesgos psicosociales en la educación? ¿qué es un riesgo?

 Un riesgo es un peligro, la proximidad de un daño, estar expuesto a uno, o dicho más apropiadamente, es la contingencia de un daño o peligro, dígase la posibilidad de que este daño suceda o no suceda.
 
¿La educación entraña riesgos? En caso afirmativo valen las preguntas ¿qué tipos de riesgos? Y ¿para quién o para quienes representa riesgos?
 
Pero vayamos un poco más adelante. ¿Qué es esto de lo psicosocial? Y aquí tendremos que hacer un recorrido conceptual un poco más amplio que el anterior y tendremos que introducirnos un poco al campo de lo educativo, de la psicología social y más específicamente a la psicología social de la educación.




La psicología social es una disciplina de orientación predominantemente psicológica que insiste  en el estudio del comportamiento individual en situaciones sociales. Toma como unidad de análisis al individuo en su contexto social y sus manifestaciones comportamentales tanto hacia el grupo como dentro de él.

 

A esta disciplina le corresponde estudiar ese momento en que lo social se hace individual y lo individual se hace social, esto es, que le corresponde analizar los influjos sociales, intergrupales o interpersonales referidos a una historia concreta.

 

Con esto podemos aventurarnos a pensar en lo psicosocial como el ámbito que aborda a la conducta humana en su aspecto social, esto es, que analiza a las personas como  componentes de un grupo y a sus interrelaciones. Lo psicosocial mantiene dos elementos fundamentales, lo individual (que representa a la parte psíquica del término) y lo colectivo (que representa a lo social), la conducta humana en su aspecto social.

 

Por su parte la Psicología Social de la Educación se ocupa de la relación entre el individuo y la situación psicosociológica de la escuela. Es por tanto una disciplina que estudia la interacción y sus productos sociales en el contexto de situaciones y problemas educacionales. Su principio fundamental es que la conducta social de las personas es mejor comprendida cuando se tienen en cuenta los factores del contexto social en que tiene lugar.

 

Hasta aquí podemos ir construyendo ya el concepto de RIESGO PSICOSOCIAL al que podríamos entender entonces como los peligros o daños a los que están expuestas las personas en los distintos grupos sociales a los que pertenece.

 

Con lo que hasta aquí tenemos pensemos, por ejemplo en ¿cuáles serán los principales riesgos psicosociales de los adolescentes de esta época, de nuestra ciudad, de nuestras escuelas? Es decir, ¿cuáles son los riesgos o peligros a los que como parte de un grupo social, nuestros alumnos de secundaria, de preparatoria, nuestros hijos están expuestos?

 

Nuestra referencia social es una etapa de la vida muy característica denominada adolescencia y caracterizada por fuertes cambios físicos, psicológicos y sociales. Podemos decir que para este grupo social sus principales riesgos psicosociales pueden ser:

 

0    El uso de drogas

0    Problemas en el manejo de la sexualidad

0    No tener hábitos sistemáticos para cuidar la salud

0    Desarrollar conductas compulsivas como comer, jugar o practicar algún deporte en exceso a fin de manejar de una manera inconsciente las ansiedades y conflictos emocionales.

0    Estar expuestos a eventos negativos de la vida, como conflictos familiares, por la separación o el divorcio de los padres, la pérdida de un ser querido o la reprobación escolar.

 

Nos queda un concepto por definir, la Educación. Se nos antoja una definición en los siguientes términos, no sin pensar que más de alguno de ustedes no estará de acuerdo en su totalidad o en alguna de sus partes. ¡CORREREMOS ESE RIESGO!

 

“Proceso de formación, inculcación o asimilación cultural, moral y conductual cuya finalidad es conseguir la plenitud del hombre mediante el cultivo de los valores más genuinamente humanos”.

 

¿Existen otras definiciones sobre educación? Por supuesto que sí. Si bien es cierto que sobre su definición existen innumerables ejemplos, también lo es que detrás de esas definiciones hay disciplinas, posturas e ideologías bien definidas. Pensemos por ejemplo en la definición que la sociología, la psicología o la antropología dan acerca de este concepto.

 

La que ustedes ven ahora es un intento de convergencia entre una postura sociológica y una postura humanista. No pretendo que sea aceptada en su totalidad, pero cada uno de ustedes puede matizarla según sus propios criterios.

 

Regresemos un poco, para ahora tratar de aclarar la idea de riesgos psicosociales en educación. Para esto tendremos que decir que en el ambiente educativo concurren una serie de elementos que lo van conformando: una organización escolar, características de los docentes, características de los alumnos, condiciones de trabajo, condiciones del plantel, materiales, etc.

 

De estos aspectos, así como de la cantidad y la calidad de las relaciones que se establecen entre las personas que en él intervienen (docentes, alumnos, administrativos, apoyos, padres de familia) se derivan específicamente los factores psicosociales que luego pueden convertirse también en factores de riesgo.

 

Los factores psicosociales en la educación son aquellos que se refieren a la interacción entre escuela, medio ambiente, rendimiento escolar, organización escolar, interrelaciones, consideraciones personales fuera de la escuela que a través de percepciones y experiencias puedan influir en el desempeño y rendimiento escolar.

 

Ahora bien, ¿cómo hacer un diagnóstico de los riesgos psicosociales que puede traer consigo la educación? Tendremos que hacer una categorización de los mismos a fin de abordarlos más convenientemente. Para eso proponemos los siguientes:

 

0    Riesgos del comportamiento individual en el aula

0    Riesgos del comportamiento grupal en el aula

0    Los conflictos escolares

0    Riesgos psicosociales personales o individuales.

 

 

 

Del comportamiento individual en el aula.

 

Un riesgo psicosocial para los docentes es el desconocimiento de las etapas evolutivas del hombre desde una perspectiva psicosocial, ya que son precisamente las variables psicosociales las que más que ninguna otra, influirán en la formación de la persona y en su comportamiento social.

 

Un ejemplo de esto, retomando la figura del ejemplo anterior, son los adolescentes, los cuales pasan por una fase de profundas transformaciones físicas, psicológicas y sociales.

 

Quien desarrolle su trabajo con los adolescentes tendrá que poner mayor atención a sus procesos educativos en el aula y fuera de ella ya que éstos afrontan una situación especial sobre el manejo de la autoridad y el ejercicio de la misma, procesos de socialización propios de su edad determinados y fuertemente influenciados por su deseo de independencia y su búsqueda de identidad, la necesidad de expresarse, el trabajo como una actividad que cada ves es más frecuente en esta etapa de la vida y posiblemente hasta conductas antisociales.

 

Otro riesgo tiene que ver con el aprendizaje social. La postura del aprendizaje social sugiere que la mayor parte del aprendizaje tiene lugar mediante intervenciones simbólicas de otros seres humanos,  principalmente por medio de la observación, la explicación, la retroalimentación o la imitación.

 

Si como se sostiene, existe un aprendizaje social en el aula dado por la imitación, por ejemplo, y si las condiciones facilitadoras de este son el afecto en la relación modelo-sujeto, la semejanza inicial entre el modelo y el sujeto (lo semejante aumenta la probabilidad de imitación) y el status del modelo; este aprendizaje por imitación representa un riesgo si no sabemos quienes son esos modelos, o aún sabiéndolo, si tales modelos son los adecuados para los fines educativos.

 

Aquí cabe pensar en las siguientes  preguntas: ¿cuáles son los modelos que aparecen y se dan en mi aula, mi escuela, el entorno educativo? ¿cómo represento yo, siendo docente o padre, este modelo? ¿qué modelo estoy presentando?

 

Las expectativas del profesor representan otro factor de riesgo. ¿Qué son estas expectativas? Las creencias sobre las capacidades y el rendimiento académico de los alumnos, creencias que pueden repercutir en el rendimiento escolar (a lo que se llama Influencia de Expectativas). Así, los alumnos tienden a comportarse según lo que de ellos se espera.

 

Existe un modelo sobre las expectativas del profesor desarrollado por Cooper, que consta de seis elementos que a continuación enumero:

 

0    Los profesores desarrollan  diferentes expectativas.

0    Los profesores tienen un mayor interés por controlar a los estudiantes de los que poseen bajas expectativas que aquellos de los que tienen altas expectativas.

0    Mientras que enfatizan el control de aquellos de los que poseen bajas expectativas, los profesores se preocupan por elogiar los esfuerzos de aquellos alumnos de los que tienen altas expectativas, pero ese control no irá dirigido además al rendimiento del estudiante, sino solamente a su conducta.

0    De esta forma, los alumnos que suscitan bajas expectativas en sus profesores recibirán de éstos menos elogios por su rendimiento que los que suscitan expectativas altas, con lo que disminuirá este rendimiento y por ello, a su vez, aumentarán los intentos de los profesores por controlarlos de un modo más efectivo.

0    Los estudiantes de bajas expectativas perciben que no controlan la situación, se sienten más “peones” que “reyes”, y exhiben una motivación escolar más baja que los estudiantes de expectativas altas. Además, los estudiantes de expectativas bajas se esforzarán menos por rendir bien académicamente que los de expectativas altas.

0    Finalmente, las predicciones que sobre su rendimiento y sobre su autoestima tienen los estudiantes, que son también función de las predicciones del profesor, influyen en su rendimiento.

 

Otro riesgo es la atribución de juicios académicos, lo que comúnmente llamaríamos la clasificación de los alumnos. Un ejemplo de lo que se ha dicho. Es natural que los profesores, después de cierto tiempo de contacto con sus alumnos, tienda a clasificarlos en buenos, regulares, malos, etc., Esta atribución de juicios académicos proviene, por regla general, de los desempeño del alumno, pero también pueden influir las actitudes preconcebidas del profesor. Esto es, que puede tener la predisposición a considerar a las jovencitas como capaces de un mejor rendimiento que los chicos, a los de clases más altas superiores a los de las clases bajas, etc.

 

Aquí hablamos, para explicar un poco el ejemplo anterior, de cuatro mecanismos psicosociales utilizados por el docente:

 

0    El cilma de atención, esto es, el apoyo emocional y la simpatía que acompañan generalmente a las relaciones del profesor con los alumnos de quienes espera un buen desempeño académico.

0    La tendencia a estimular y elogiar más a los alumnos cuya expectativa de un buen desempeño es elevada.

0    El suministro, aunque este no sea intencional, de mayores estíumulos (inputs).

0    La estimulación dispensada al estudiante considerado mejor es superior a la que se da al considerado menos capaz, lo que lleva al profesor a esperar, por ejemplo durante la clase, más tiempo por las respuestas del primero.

 

Sin embargo, habrá que resaltar que la tendencia de los profesores a favor de los mejores estudiantes es, en gran parte, inconsciente. Es preciso un gran esfuerzo de introspección y autoevaluación constantes a fin de que tal tendencia se reduzca al mínimo.

 

Un último riesgo sobre el comportamiento individual en el aula, es lo que se ha llamado la atribución causal (Nisbett y Jones) ¿Qué es esto?

 

Cuando observamos las acciones de otros tendemos a hacer atribuciones de disposición (tendemos a considerar a la otra persona como responsable de lo que hace) y cuando evaluamos nuestras propias acciones tendemos a hacer atribuciones de disposición (es decir, tendemos a responsabilizar a los factores externos.

 

No tu hiciste esto y eres responsable, debiste de hacerlo previsto...no yo lo hice porque me vi presionado por... no tenía alternativa, por un lado estaba esto, por el otro aquello

 

De lo dicho deducimos que el observador de una acción tiende a hacer atribuciones de disposición; el autor de la acción tiende a hacer atribuciones de situación. ¿Cuál será el riesgo para los maestros frente a sus alumnos? Parece ser que en  esta relación maestro-alumno, el maestro toma el papel de observador del comportamiento y rendimiento del alumno.

 

Si regresamos a lo de la atribución de juicios académicos (buenos, malos, inteligentes, menos inteligentes, etc.) notaremos que existe una fuerte tendencia a visualizar a los mejores alumnos como más responsables, tanto por el éxito como por el fracaso; y a los peores como más responsables por el fracaso, atribuyendo sus éxitos eventuales a fracasos externos. Un tanto injusto ¿no?.

 

Del comportamiento grupal en el aula.

 

Hasta tal punto son importantes los aspectos físicos en la determinación de la conducta, que incluso las relaciones de las personas con su medio físico interactúan y se solapan con las propias relaciones interpersonales.

 

Abordemos el siguiente cuestionamiento: ¿Cuál es la configuración ambiental de mi escuela, de mi salón de clase, en su ambiente físico, humano o social? ¿Qué riesgos psicosociales representan? Hablamos de

 

0    Características materiales, espaciales: aulas, formas, tamaños, distribución de los pupitres y su influencia sobre muchos aspectos del comportamiento escolar, su simbolismo y el lugar que ocupan que parecen influir en la percepción del status de los alumnos, sus pautas de participación, las actividades de liderazgo y las reacciones afectivas de los alumnos.. El tamaño de la escuela y su influencia en los niveles de participación de los estudiantes en actividades escolares, los grados de satisfacción, la intensidad de las relaciones personales, la cohesión grupal y el mismo rendimiento académico.

0    Las variables ambientales que influyen en el comportamiento del alumno y del grupo: territorialidad (espacios propios para los sujetos), el espacio personal (área que rodea al individuo).

0    El ambiente personal de los grupos: tamaño, características de los miembros del grupo como: edad, sexo, clase social, aptitudes, rasgos de personalidad; densidad de los grupos.

0    En resumen, todo profesor debe conocer los efectos que tienen los distintos componentes del ambiente escolar sobre la conducta social de los alumnos y sobre la conducta grupal del grupo-clase para que éstos no se conviertan en factores de riesgo.

 

La cohesión grupal o el grado en que los miembros de un grupo desean permanecer en él. Aunque el contexto social del aula consta de procesos formales que se observan fácilmente desde afuera, ya que están determinados por los roles que se actúan y por las normas; y de procesos informales como las simpatías y antipatías de los miembros del grupo, sus características individuales o su forma de ser. Son estos últimos, los procesos informales, los más importantes y los más influyentes en la conducta escolar tanto de los individuos como del grupo.

 

Si la mera presencia de otras personas ya influye en el comportamiento de la gente, ¿cuánto más no será influida la conducta de un individuo por las otras personas dentro de un grupo?

 

Ahora bien, los grupos influyen poderosamente en sus miembros, pero el nivel o grado de influencia va a depender de las características de cada grupo: de su tamaño, de su estructura, pero fundamentalmente de dos factores que de alguna manera incluyen a todos los demás: la cohesión grupal y el tipo de dirección o liderazgo.

 

Los riesgos psicosociales parecerán más claros si tenemos en cuenta que los miembros de grupos cohesivos, en nuestro caso un grupo escolar, la escuela misma, los alumnos, rendirán más, ofrecerán menos problemas al profesor y a sus compañeros y serán menos conflictivos que los que pertenecen a grupos menos cohesivos.

 

Por consiguiente, todo profesor debería ser capaz de conocer la cohesión grupal existente en su clase, así como la existencia de subgrupos y su nivel de integración y de relación con el resto del grupo; y por otra parte utilizar todos sus recursos para incrementar tal cohesión.

 

1.            Por otra parte, gran parte de la conducta grupal y algunas pautas de comportamiento individual como la participación y satisfacción de los alumnos o de los hijos y la atracción hacia el grupo o la familia se verá determinados por el tipo de liderazgo, la estructura misma dependerá del tipo de líder que posea.

 

Uno de los principales y más difíciles problemas a que tiene que enfrentarse todo profesor y padre da familia es el ejercicio adecuado del poder, de su autoridad legítima y de su poder de premiar o castigar. Parece claro que los profesores que desean enseñar a sus alumnos el autocontrol, la responsabilidad y la originalidad deben luchar a brazo partido con la cuestión de cómo el poder y el liderazgo deben ser ejercidos en el aula.

 

Pero aún nos queda una pregunta que no vamos a responder. ¿Es el profesor el único líder en los ambientes educativos, escolares o en el aula misma?

 

El último riesgo a cerca del comportamiento grupal en el aula son los conflictos escolares. No nos detendremos mucho en ellos y solo mencionaremos que los hay debidos a factores internos como el incremento en el número de los alumnos, las relaciones tipo superior-subordinado entre el maestro y el alumno o el control rígido de la conducta; y debidos a factores externos como el desempleo, el estatus futuro que no se relaciona con el quehacer escolar, el examen que se hace a la educación sobre su relevancia, pertinencia y su congruencia con las necesidades del medio social. Tal vez hemos escuchado alguna vez en la voz de algún alumno o de sus propios hijos, “¿para qué estudio si no sirve de nada, si fulano que no estudió gana más que tú?

 

Riesgos psicosociales personales.

 

Me gustaría ir cerrando mi participación enfatizando el último punto que hemos propuesto al principio. Los riesgos psicosociales personales, abriendo un espacio breve pero de gran significatividad para la siguiente reflexión:

 

Los riesgos psicosociales en el ámbito educativo vienen con la estructura misma de la educación, de sus actores, de su dinámica y acontecer diario, de las acciones e interacciones en las aulas y en las escuelas y al final siempre llegamos al mismo punto, el individuo, ese individuo al que llamamos alumno y del que debemos decir enfrenta otros riesgos psicosociales aún más íntimos, más personales. Tal vez derivados de su pertenencia a un grupo social a un grupo escolar, al macro grupo que se denomina educación, pero al final sus propios riesgos:

 

Si bien es cierto que cuando están en la clase o en su escuela, forman parte de esos grupos, también lo es que existe un momento en que vuelven a vivir su papel de individualidad, su ser personas; y es aquí en donde estos factores de riesgo o riesgos psicosociales toman mayor fuerza y son capaces de dirigir, de conducir la vida de un individuo. Hablamos de:

 

0    La deserción

0    Irrelevancia de la educación

0    La pobreza en sus expectativas a cerca del futuro, de su futuro.

0    Rechazo a la escuela

0    Y en ella o dentro de ella, el bajo rendimiento, la segregación que puede causarle, el rechazo de sus compañeros, la etiqueta...

0    Y tal vez el riesgo más devastador: su baja autoestima.

 

 

Tal vez alguien pueda objetar que estoy pasando de lo psicosocial a lo meramente psicológico, de lo social a lo individual; y tendrá un poco de razón, aunque a fin de cuentas es un salto en el ámbito de lo teórico mientras que en la realidad, en el devenir de la vida cotidiana es un episodio muy frecuente en muchos de nuestros estudiantes, de nuestros hijos, sucumbir a uno de estos riesgos.

 

 

Bibliografía:

 

ARNOLDO Rodríguez. Aplicaciones de la Psicología Social. Edit. Trillas. México 1988

FISCHER G.N., Psicología Social. Conceptos Fundamentales. Edit. Narcea. Madrid 1990

OVEJERO A., Psicología Social de la Educación. Edit. Herder. Barcelona 1988

 

 

Rafael Mora Vázquez

Maestro en Ciencias de la Educación

Maestro en Desarrollo Humano

Doctor en Educación

 

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