La educación centrada en
la persona
Como una extensión de su
Enfoque Centrado en la Persona en la psicoterapia, Carl Rogers ha propuesto lo
que se podría llamar la pedagogía rogeriana, es decir, las aplicaciones de su enfoque
al campo de la educación y que son la base para la perspectiva del Desarrollo
Humano.
La concepción de la
educación en el ECP va más allá de la instrucción intelectual o transmisión de información
y conocimientos que normalmente suceden en las aulas, entendida en su sentido más
amplio (González, 1991, p. 57), “está orientada hacia el desarrollo integral y
armónico de la persona humana y, por ello, debe abarcar todos los aspectos de
la vida del ser humano: el físico, el afectivo emotivo, el espiritual, el
moral, el intelectual y el social”. Es, si se quiere, formar al hombre en su
integridad.
A lo largo de la construcción
de su enfoque psicoterapéutico Rogers desarrolló tres conceptos (Quitmann, 1989,
p. 140): “Primero se habló de pacientes, más tarde de clientes y finalmente de ayudantes
(facilitador), y la forma de conversación era primero no directiva, más tarde
centrada en el cliente y finalmente centrada en la persona. Rogers vió cada vez
más claro que él no había entrado en un nuevo método, sino otra filosofía de la
vida y de la relación” que llevada al campo de la educación lo llevaría a una
nueva filosofía de la educación y de la relación, principalmente entre los dos
actores de lo educativo: maestro y alumno.
La aplicación del enfoque
rogeriano parte de la descripción de lo que, según las propias observaciones de
Rogers (1980), ha sido la educación tradicional:
·
El maestro es el poseedor del conocimiento, el estudiante es el
recipiente
·
El maestro es el que tiene el poder, el estudiante el que obedece
·
El autoritarismo es la política aceptada en el salón de clase
·
La confianza está reducida al mínimo
·
Se gobierna mejor a los sujetos (estudiantes) manteniéndolos en un
estado de miedo intermitente o constante
·
La democracia y sus valores son ignorados y burlados en la
práctica
·
En el sistema educativo no hay lugar para la persona completa,
solo para lo intelectual.
Su punto de vista sobre lo
que debería ser la educación se concentra en la siguiente cita del mismo Rogers
(1991, p. 12): “Se confía en los jóvenes y se pone de manifiesto que en un clima
auténticamente humano –que el profesor puede iniciar-- el adolescente puede sentirse
respetado, puede elegir con responsabilidad, puede experimentar el entusiasmo
de aprender y puede adquirir la base para vivir como un ciudadano realmente
sensato, bien informado, competente en cuanto a su saber y capacidad y seguro
para encarar el futuro”.
Por lo tanto, un aprendizaje centrado
en la persona tendría algunas condiciones (Rogers,
1980), a saber:
·
El
educador o facilitador es seguro de sí mismo y experimenta una confianza básica
en la capacidad de los demás para pensar por sí mismos, para aprender por sí
mismos
·
El
facilitador --el maestro en este caso--comparte con los demás (estudiantes,
padres y comunidad) la responsabilidad del proceso de aprendizaje
·
El
facilitador provee recursos de aprendizaje, provenientes tanto del propio
interior y de su propia experiencia como de libros o materiales o experiencias
de la comunidad
·
El
estudiante desarrolla su propio programa de aprendizaje, solo o en colaboración
con otros
·
Se
provee de un clima facilitador del aprendizaje
·
El
énfasis está puesto, principalmente, en promover el proceso continuo del
aprendizaje
·
La
disciplina necesaria para lograr las metas del estudiante es una autodisciplina
·
La
evaluación de la cantidad y de la significatividad del aprendizaje del
estudiante es hecha principalmente por el mismo estudiante
·
En
este clima promotor del crecimiento, el aprendizaje es más profundo, avanza más
rápido y penetra más en la vida y en la conducta del estudiante en comparación
con el aprendizaje adquirido en el salón de clases tradicional.
La educación centrada en la persona
habría de entenderse entonces como un proceso dinámico en el que el estudiante
mismo participa de manera activa en sus aprendizajes y en su propio desarrollo
integral. Tendría a la base, esta idea de educación, la confianza en el ser
humano y en su capacidad natural para desarrollarse y realizarse.
De acuerdo con esto, los objetivos de
este método centrado en el estudiante o la persona
(González, 1991, p. 62), son que ellos
mismos:
1.
“Sean
capaces de tener iniciativas propias para la acción
2.
Puedan
elegir y autodirigirse en forma inteligente
3.
Aprendan
críticamente y logren desarrollar su capacidad evaluativo ante las
contribuciones de otros
4.
Adquieran
los conocimientos necesarios para la resolución de los conflictos y sean
capaces de adaptarse con flexibilidad e inteligencia a situaciones
problemáticas nuevas
5.
Sepan
utilizar sus experiencias en forma libre y creadora
6.
Sean
capaces de cooperar eficazmente con los demás en las diversas actividades que emprendan
7.
Trabajen
no por la aprobación y el reconocimiento social, sino para lograr sus propios
objetivos socializados”
Uno de los elementos fundamentales del
enfoque es el aprendizaje significativo, que Rogers (1991) describe, como el tipo
de aprendizaje que tiene el carácter de una implicación personal, es de iniciativa
propia, hace que cambie la conducta, es evaluado por el propio estudiante pues
él sabe si responde a su necesidad y cuya esencia es la significación. A esta
caracterización González (1991, p 71) apunta: “este aprendizaje consiste en asimilar
uno mismo lo aprendido, hacerlo propio… cuando el aprendizaje tiene significado
para la persona, se integra a ella, por lo tanto, no se olvida y puede aplicarse
prácticamente en la vida diaria”.
Respecto del aprendizaje significativo
Quitmann (1989, pp. 155-156) anota: “La potenciación de un aprendizaje significativo
depende de determinadas cualidades condicionadas por la actitud, que existen en
la relación personal entre el ayudante (facilitador) y el que aprende”, a las que
llama actitudes pedagógicas fundamentales y que son reflejo de las actitudes
terapeúticas fundamentales en el ECP, estas actitudes pedagógicas son: ser
real, escuchar empático y, valoración, preocupación, confianza y respeto. Según
González (1991, p. 74) los objetivos de este tipo de aprendizaje desde el ECP,
con unas pequeñas variaciones a los objetivos propios del enfoque como ella
misma lo ha dicho, son:
1.
“Ayudar
al individuo a convertirse en persona capaz de tener iniciativas propias y de
ser responsables de sus acciones
2.
Facilitar
la independencia y autonomía de la persona. Que ésta desarrolle la capacidad de
elegir, tomar decisiones y de autodirigirse inteligentemente
3.
Que
la persona aprenda a aprender
4.
Que
los individuos aprendan a buscar nuevas soluciones a los problemas de su vida
diaria, utilizando sus experiencias en forma libre y creadora
5.
Que
las personas sean capaces de adaptarse flexible e inteligentemente a situaciones
y problemas nuevos
6.
Que
los individuos aprendan a vivir en armonía y colaboren con los demás en forma
eficaz
7.
Que
las personas desarrollen un juicio crítico que les permita evaluar objetivamente
las contribuciones de los demás
8.
Que
todos trabajen no con el fin de lograr la aprobación de los demás, sino en términos
de sus propios objetivos socializados”
Este tipo de aprendizaje, según
comentarios de González (1991) estaría caracterizado por:
·
Ser
asimilado en el plano del ser
·
Integrarse
a los conocimientos previos del estudiante
·
Ser
aplicable a la vida
·
Estar
motivado por intereses personales
·
Ser
integral y penetrante
·
Evaluarse
por el mismo que aprende
Por otra parte, para facilitar el
aprendizaje de los estudiantes el ECP propone tres cualidades (Rogers 1991):
1.
Autenticidad
en el facilitador del aprendizaje, esto es, que tiene conciencia de sus experiencias,
que es capaz de vivirlas y comunicarlas
2.
Aprecio,
aceptación y confianza, por la que se acepta al estudiante como una persona independiente
3.
Comprensión
empática, cuando el facilitador tiene la capacidad de comprender desde adentro
las reacciones del estudiante, cuando percibe sensiblemente el proceso de aprendizaje
del alumno.
Así por ejemplo, un facilitador que se
muestra auténtico, conoce, acepta y expresa sus propios sentimientos, ofrece
encuentros personales a sus alumnos, los respeta como a iguales, tiene un buen
sentido del humor y se muestra confiable, perceptivo y sensible.
Cualidades que, finalmente, refuerza
con tres métodos, que a decir de Rogers (1991) construyen la libertad:
1.
Que
el alumno se enfrente con aquellos problemas que permite como reales
2.
Que
el maestro proporcione recursos para que el aprendizaje sea vivencial y
adecuado a las necesidades de los estudiantes
3.
Que
se haga uso de contratos, recurso que da seguridad y responsabilidad al
estudiante dentro de una atmósfera de libertad.
En el cuadro de abajo se representan,
de manera gráfica, los conceptos fundamentales del Enfoque Centrado en la
Persona en su aplicación al campo educativo.
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Internacionales del Enfoque Centrado en la Persona, recuperado el 22 de junio
de 2004 de la http://www.uia.mx/aiecp/espanol.htm
Rafael
Mora Vázquez
Maestro
en Desarrollo Humano y
Ciencias de la Educación
Doctor en Educación
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