miércoles, 5 de agosto de 2015

A fondo: la reproducción social a través de la violencia simbólica en la escuela


Introducción

La sociedad es una organización que siempre ha intentado mantener las relaciones sociales estables, para ello ha producido algunos aparatos que le ayudan a mantener estas relaciones en el marco de un sistema. Louis Althusser, por ejemplo, manifiesta, que en el sistema capitalista, el Estado ha implementado ciertos aparatos ideológicos para mantener el orden, dichos aparatos abarcan lo religioso, lo escolar, lo familiar, lo jurídico, lo político, entre otros (1). Los aparatos del estado, según su función, se dividen en dos tipos: los aparatos ideológicos y los aparatos de represión. En este breve trabajo nos enfocaremos exclusivamente a un aparato ideológico: el escolar.

 

La escuela como aparato ideologico

La escuela es el aparato ideológico represivo que funciona mediante una violencia, no de tipo físico. La escuela es una realidad que presenta la forma de institución precisa y especializada de ideología dominante (2). Lo anterior se debe a que los aparatos ideológicos dominantes buscan el mismo resultado: “la reproducción de las relaciones de producción, es decir, de las relaciones capitalistas de explotación” (3).

 

Si entendemos que la escuela es un aparato ideológico dominante del sistema capitalista, la pregunta es ¿cómo es posible que así sea? La respuesta a esta primera pregunta es muy fácil, pues es a través de aprendizaje de saberes prácticos durante la inculcación masiva de la ideología dominante. Entonces surge otra pregunta más radical y que será el eje de nuestro trabajo: ¿Cómo se lleva a cabo esta inculcación de saberes prácticos que provoca la permanencia de la ideología dominante?

 

La alienación en la escuela

En primera instancia consideramos que la alienación es la primer causa por la que la reproducción de las ideologías dominantes se mantienen vigentes en una sociedad que se desenvuelve en un marco de tipo capitalista.

 

La alienación es vista como una representación imaginaria de sus condiciones de existencia, dadas a través de las relaciones sociales, que se inculcan en la escuela por medio de las representaciones simbólicas, de tal manera que estas representaciones simbólicas son de tipo violento, pues “todo poder que logra imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade fuerza propia, es decir, propiamente simbólicas, a esas relaciones de fuerza” (4), y es por medio de estas significaciones adquiridas en la escuela como se manifiesta la continuidad de la ideología.

 

Esta alienación en la escuela está fundamentada en una acción pedagógica que logra la imposición de los símbolos de una arbitrariedad cultural (5), que está destinada a reproducir la propia cultura a través de la relación de comunicación.

 

La violencia simbólica se produce ya que su efecto no se presenta con toda la verdad, esto es, existe una verdad a medias, por lo que se hacen y se inculcan los aprendizajes, de tal manera que quien recibe la información o inculcación no visualiza objetivamente el hecho de ser violencia o alienación dominante, sino que solo logra inferir que este proceso es una educación para llegar a establecer un futuro económico estable en la sociedad que lo lleva a un status alienado, sin tomar conciencia de lo que se está llevando a cabo con él.

 

La tarea de la escuela en la reproducción ideologica dominante

La escuela inculca, a través de las diversas metodologías de la enseñanza, los saberes prácticos que implícitamente traerán el mensaje simbólico de la represión y por lo tanto de la reproducción de la cultura en la que se desenvuelven.

 

Los niños que fueron inculcados en los primeros años de su vida están listos para que cuando llegue la edad de ser aceptados en el sistema económico (16 a 21 años) como población activa, ya tiene impregnada la alienación de funcionar como el sistema mismo lo ha preparado. Quien logra pasar la primera escala del sistema económico, llega a ser un pequeño burgués o pretende ser un pequeño burgués de la clase privilegiada, pero su legitimidad en esta clase no es real, pues él ha sido alienado para creerlo así.

 

Existe una tercer etapa, donde se convierte en un intelectual, y por ende, tiene la posibilidad de conocer, la verdad de estas relaciones de poder de violencia simbólica que se ha ejercido sobre él, pero ya es demasiado tarde para cambiar su pensamiento, pues ahora se convierte en el reproductor de las ideas de la ideología dominante misma, esto es, que él es una agente directo de la explotación, cuando el sistema ha logrado esta inserción del intelectual en su aparato ideologizante, la violencia simbólica de la alienación habrán cumplido su función, pues con ello proporciona un nuevo instrumento, mejor preparado que le ayudará para mantener su sistema ideológico dominante (6).

 

La tarea del maestro en la ideología dominante

Nuestra tercera pregunta es ¿quién lleva acabo todo este proceso de ideologización dominante en la escuela en una sociedad capitalista? La respuesta es obvia, complicada pero obvia: el maestro. Al igual que Althusser pido disculpas a los maestros que luchan contra toda adversidad para tomar conciencia de esta situación, pero la mayoría de los maestros juegan el papel de ideologizadores sin siquiera saberlo. Estos otorgan a los alumnos los saberes prácticos de cada materia reproduciendo los contenidos que mantienen a la cultura dominante.

 

La acción pedagógica, entendida “objetivamente como una violencia simbólica, en un primer sentido, en la medida en que las relaciones de fuerza entre los grupos o las clases que constituyen una formación social son el fundamento del poder arbitrario que es la condición de la instauración de una relación de comunicación pedagógica o ser, de la imposición y de la inculcación de una arbitrariedad cultural según un modelo arbitrario de imposición y de inculcación” (7), esto es la educación ejercida en la escuela se da a través de las significaciones que el maestro da a sus contenidos, pero como son miembros de esta cultura no pretenden más que reproducir lo que a ellos les han inculcado, establecen relaciones violentas simbólicas, buscan la disciplina a como de lugar ya sea ideología o represiva (castigos), dando lugar a los esquemas que se presentan en la sociedad “si cometes una falta hay que satisfacer el delito por medio de la pena correspondiente”.

 

La acción pedagógica debemos entenderla como un instrumento de transubstanciación de las relaciones de fuerza acordes con la realidad social dando legitimidad a la dominación en el sistema capitalista.

 

Sinópsis

Resumiendo, en el sistema capitalista, el Estado ha implementado ciertos aparatos ideológicos que según su función, se dividen en dos tipos: los aparatos ideológicos y los aparatos de represión, la escuela es el aparato ideológico represivo que funciona mediante una violencia, es una realidad precisa y especializada de ideología dominante que a través de aprendizaje de saberes prácticos impone la ideología dominante por medio de la alienación que se da por las representaciones simbólicas logrando la continuidad de la ideología, los maestros otorgan a los alumnos los saberes prácticos de cada materia reproduciendo los contenidos que mantienen a la cultura dominante a través de la acción pedagógica que es un instrumento de transubstanciación de las relaciones de fuerza acordes con la realidad social dando legitimidad a la dominación en el sistema capitalista.

 

A manera de conclusion

Después de lo anterior nos queda una sola pregunta ¿qué vamos a hacer para reconocer estos fundamentos de legitimidad de la dominación pedagógica y transformarla para convertirla en una acción pedagógica crítica de la realidad? Nuevamente la respuesta es sencilla, tomar conciencia de lo que acontece en nuestro quehacer de maestros.

 

La toma de conciencia debe consistir en la doble acción de la reflexión, es decir conocer y actuar, para transformar el entorno educativo y lograr una transformación de los alumnos en sus pensamientos críticos y además el maestro debe convertirse en un sujeto pensante y crítico de su acción pedagógica en un sistema capitalista, quizá es lo que tendríamos que hacer en nuestro Sistema Educativo Mexicano, ¿no lo cree así maestro lector?

 

 

Notas:

1 ALTHUSSER, Louis, LA FILOSOFÍA COMO ARMA DE LA REVOLUCIÓN, Cuadernos de Pasado y presente, siglo XXI, México 1986, p. 110.

2 Idem. P. 116

3 Idem. P. 117.

4 BOURDIEU, Pierre y PASSERON, Jean-Claude, LA REPRODUCCIÓN, Ed. Laila, España, 1981, p. 44.

5 Idem. P. 45.

6 Op. Cit. ALTHUSSER, Louis. P. 118.

7 Op. Cit. LA REPRODUCCIÓN, p. 46.

 

 

B i b l i o g r a f i a .

ALTHUSSER, Louis, La filosofía como arma de la revolución. Cuadernos de pasado y presente, Ed. siglo XXI, México, 1986

BOURDIEU, Pierre y Jean- Claude Passeron. La reproducción. Edit. Laila. España 1981.

 

 

 

 

 

Gabriel Osnaya Vargas

Maestro en Ciencias de la Educación

Maestro en Administración de Instituciones Educativas

Doctor en Educación

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