Nunca he entendido
por qué en las escuelas desaprovechamos tanto los pocos recursos que tenemos. A
veces por razones que escapan al más simple sentido común.
Desde hace unos años
se ha despertado la euforia por las computadoras en las escuelas –la mía no ha
podido escapar-- como instrumento de
apoyo para la tarea educativa. En mi estado programas van y programas vienen en
donde la dotación de computadoras es el eje central, aunque algunos de ellos
parecen más escaparates para justificar tal o cual cosa o para hacer resaltar a
tal o cual personaje o empresa. Les cuento.
Mi pobre escuela
apenas tiene 20 máquinas, cuando otras tienen 40 y no solo una sala de cómputo,
sino hasta dos –desigualdad que no alcanzo a comprender--. No todavía.
De las 20 máquinas la
mitad nos fueron dadas por un programa estatal de apoyo a las asignaturas
relacionadas con las ciencias. A estos equipos no podemos dar mantenimiento o
ponerles programas o aplicaciones –los famosos software— ajenos a estas asignaturas. Así que solo
prestan una pequeña parte del servicio que podrían prestar a la escuela.
Imagínense, si de por
sí debemos poner a dos alumnos en cada equipo, cuando se trata de otras
asignaturas son cuatro. ¿De qué sirven estos equipos que solo se pueden
utilizar con exclusividad de ciertos programas dejando a un lado el potencial
de servicios que pueden ofrecer? ¿no sería una mejor inversión si las usamos
para cubrir las necesidades de los usuarios
--maestros, alumnos, escuelas---
que de los programas institucionales? Es un verdadero desperdicio de
recursos.
En fin, tenemos 20
equipos, todos con algunos programas comunes para matemáticas, biología, física
y química ---porque los adquiridos con
los recursos propios de la escuela si pueden ser usados ampliamente-- y 10 a los que no podemos agregar nada más a
lo que ya tienen, que no es mucho. Así que si eres maestro de Historia,
Geografía, Artísticas, Inglés, Cívica y Ética o Español, sólo puedes usar la
mitad de las máquinas o si traes tu propio programa en disco compacto --cuidando sumamente el asunto de la
piratería que en esta escuela, como en todas, se cuida extremadamente--,
esperar a que a estas diez les sirva el lector de discos, porque aunque
tengamos las máquinas, no hay programa de actualización o mantenimiento para
ellas. ¡Ni qué decirles si una de estas se descompone!
El Maestro Roberto
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