martes, 26 de mayo de 2015

A fondo: el aprendizaje por descubrimiento de Jerome Bruner


Jerome Bruner subraya la importancia del descubrimiento como estrategia de aprendizaje; al igual que Piaget, afirma que lo que aprenden los alumnos por si mismos es más significativo que lo aprendido como resultado de lo hecho por otros; de ahí propuso que “al ayudar a los estudiantes a descubrir el contexto y la información, en el marco de un campo de estudio, los maestros pueden ayudarlos a recordar y aplicar lo aprendido” (Henson y Eller, 2000; p. 247).

 

En consecuencia, un tema en el marco conceptual de Bruner es que el aprendizaje es un proceso activo en el que los educandos construyen nuevas ideas o conceptos basados en el conocimiento pasado y presente, proceso que implica un desafío a la inteligencia del aprendiz impulsándolo a resolver problemas y a lograr transferencia de lo aprendido.

 

El desarrollo cognitivo, o desarrollo intelectual, transita por tres etapas de maduración, las que Bruner denomina como modos psicológicos de conocer: modo enativo, modo icónico y modo simbólico, que se corresponden con las etapas del desarrollo en las cuales se pasa primero por la acción, luego por la imagen y finalmente por el lenguaje. Estas etapas son acumulativas, de tal forma que cada etapa que es superada perdura toda la vida como forma de aprendizaje (Paradigmas de aprendizaje, 2004)

 

Por la importancia del papel del profesor en el proceso de descubrimiento, deberá tratar y entusiasmar a los estudiantes en descubrir principios por sí mismos. Profesor y educandos deben comprometerse en un diálogo activo – como la enseñanza socrática– donde la tarea del instructor es “traducir” la información para que sea aprendida en un formato apropiado del estado de entendimiento del educando. En consecuencia, el currículo debería organizarse en forma de “espiral” que permita que el aprendiz continuamente construya sobre lo que ha aprendido previamente (Sang, 2004).

 

Los principios de Bruner para ser aplicados en el aula son:

 

a)    La instrucción debe abarcar a las experiencias y los contextos que hacen a los estudiantes deseosos de aprender (presteza)

b)    La instrucción debe ser estructurada de forma tal que puede ser fácilmente aprehendida por el educando (organización en espiral)

c)    La instrucción debe ser diseñada para facilitar la extrapolación y para llenar las brechas (ir más de la información ofrecida).

 

 

Aportes a la psicología cognitiva desde la neurolingüística y la neurociencia

El desarrollo de las ciencias cognitivas en los últimos años han reforzado las propuestas de Piaget y Bruner; el estudio interdiscplinario del cerebro humano revela importantes aspectos del proceso de aprendizaje en las aulas. Dos aspectos ilustran las teorías expuestas: primero se expone brevemente un ejemplo de cómo el desarrollo de las destrezas lingüísticas se relaciona estrechamente con el desarrollo cognoscitivo en los niños y, enseguida, algunos datos relevantes del funcionamiento cerebral y su relación con el aprendizaje.

 

En su artículo relativo a los infantes bilingües, Jáuregui (1997) ilustra la estrecha relación que existe entre el desarrollo cerebral y el aprendizaje. Basa sus observaciones en estudios hechos tanto a adultos como a niños que han aprendido uno o dos idiomas. Las personas que aprendieron dos idiomas durante su infancia poseen una sola región cerebral que se encarga de almacenar e interpretar ambas lenguas. Sin embargo, en el caso de las personas que aprendieron un idioma nativo cuando eran niños, y más adelante estudiaron un segundo idioma cuando ya eran adultas, existen dos áreas cerebrales distintas que se ocupan de almacenar e interpretar cada una de estas lenguas.

 

De estas diferencias se podrían explicar el hecho de que los adultos sufran muchas más dificultades que los niños a la hora de aprender idiomas nuevos. Durante la infancia una sola región cerebral es capaz de ocuparse de dos idiomas al mismo tiempo, lo que facilita su aprendizaje. Sin embargo, conforme pasan los años, la región encargada de interpretar el idioma nativo no es capaz de adaptarse a una nueva lengua, y el cerebro se ve obligado a dedicar otra región de su estructura al aprendizaje de un segundo idioma. Por este motivo, el esfuerzo mental que se requiere es mucho mayor en el caso de los adultos que en el de los niños (Jáuregui, 1997).

 

Se descubre que hay una zona del cerebro humano relacionada con funciones lingüísticas básicas: el área de Broca; descubrimiento que ha vuelto a poner de manifiesto que el cerebro es un órgano moldeable cuya organización es variable dependiendo del aprendizaje y de las experiencias de cada individuo. Ésta es la primera vez que se han conseguido pruebas claras que demuestran la división del cerebro en diversas áreas lingüísticas con imágenes de resonancia magnética.

 

Aunada a toda una serie de implicaciones de este descubrimiento, los científicos están demostrando con más claridad que el lenguaje es algo que debe aprenderse necesariamente en los primeros años de la vida. Un niño que no ha sido expuesto a un universo lingüístico en su infancia siempre padecerá una enorme desventaja que le impedirá aprender a hablar de una forma normal. Es evidente, según los expertos, que el cerebro es un órgano programado para grabar uno o más lenguajes de la especie humana, pero también es evidente que esta programación debe llevarse a cabo en la primera etapa de la vida (Jáuregui, 1997).

 

Ruiz (1996) analiza los enfoques de la neurociencia que confirmaron la especialización de los hemisferios cerebrales: la capacidad de hablar, escribir, leer y razonar con números, es fundamentalmente una responsabilidad del hemisferio izquierdo; mientras que la habilidad para percibir y orientarse en el espacio, trabajar con tareas geométricas, elaborar mapas conceptuales y rotar mentalmente formas o figuras, son ejecutadas predominantemente por el hemisferio derecho.

 

MacLean (Citado por Ruiz, 1996) presenta un modelo del cerebro formado por tres elementos interrelacionados, estos son: el cerebro reptiliano, el sistema límbico y la neocorteza; ellos controlan la vida instintiva, emocional e intelectual, respectivamente. En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no-verbales, de aceptación o rechazo. Aquí se organizan y procesan las funciones que tienen que ver con el hacer y el actuar, lo cual incluye: las rutinas, los valores, los hábitos, la territorialidad, el espacio vital, condicionamiento, adicciones, rituales, ritmos, imitaciones, inhibiciones y seguridad.

 

En síntesis, este cerebro se caracteriza por la acción. El segundo cerebro está representado por el sistema límbico, cuya función principal es la de controlar la vida emotiva, lo cual incluye los sentimientos, el sexo, la regulación endocrina, el dolor y el placer. Anatómicamente está formado por los bulbos olfatorios, el tálamo (placer-dolor), las amígdalas (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el núcleo hipotalámico (cuidado de los otros, características de los mamíferos), el hipocampo (memoria de largo plazo), el área septal (sexualidad) y la pituitaria (directora del sistema bioquímico del organismo). El tercer cerebro está constitutivo por la neocorteza, la cual está conformada por los dos hemisferios en donde se llevan a efecto los procesos intelectuales superiores. De allí que la neocorteza se la identifique, también, como el cerebro que rige la vida intelectual.

 

Herrmann (Citado por Ruiz, 1996), propuso el modelo del cerebro total, formado por cuatro cuadrantes, que determinan estilos diferentes de procesamiento de información en los individuos, aun cuando se admite que el cerebro funciona como una totalidad integrada. Basado en los estudios previos sobre la dominancia cerebral y en la teoría del cerebro triuno; así como en los resultados de sus propias investigaciones, ha replanteado el problema de la dominancia cerebral, proponiendo la teoría del cerebro total que se expresa en un modelo que integra la neocorteza (hemisferios derecho e izquierdo) con el sistema límbico. Concibe esta integración como una totalidad orgánica dividida en cuatro áreas o cuadrantes, a partir de cuyas interacciones se puede lograr un estudio más amplio y completo de la operatividad del cerebro y sus implicaciones para la creatividad y el aprendizaje.

 

De los aprendizajes que emergen de la separación hemisférica del cerebro, es que existen dos modalidades de pensamiento: una verbal y otra no-verbal, representadas por los hemisferios cerebrales izquierdo y derecho respectivamente. Sin embargo, los sistemas educativos de la mayoría de las sociedades occidentales tienden a privilegiar el desarrollo del hemisferio izquierdo. Esta tendencia puede ser claramente observada cuando se constata que las áreas curriculares que tienen mayor énfasis en la escuela elemental son las de: lectura, escritura y aritmética; dejando de esta manera la otra mitad de la potencialidad del individuo con una posibilidad de desarrollo bastante limitada, por decir lo menos.

 

La idea de que existen dos modalidades laterizadas de pensamiento sugiere que la enseñanza afecta primariamente a uno de los dos hemisferios. Por lo tanto, el aprendizaje de cualquier área de contenido será más efectivo en la medida en que se activen ambas modalidades, mediante la presentación diversificada de dicho contenido y a través de la utilización de un currículo que estimule el desarrollo de ambos hemisferios de manera balanceada (Ruiz, 1996).

 

Análisis del concepto de inteligencias múltiples

Los paradigmas de la razón existencial del hombre, el interés sobre el descubrimiento de los aspectos influyentes de su evolución o involución, han colmado páginas enteras desde los antiguos filósofos griegos y romanos hasta la actualidad; aún y cuando los tiempos de la generación posmoderna, sus acelerados cambios tecnológicos y las innovaciones en comunicación, parecieran restarle importancia a la reflexión sobre el potencial valor del ser humano, su forma de sentir, aprender y expresarse.

 

En el individuo cohabitan diferentes dimensiones como la física, psíquica, emocional y biológica, que se interconexionan para dar rumbo a su actuar; precisamente sobre el paradigma multidimensional del ser humano y con ello, la diversidad de inteligencias que posee y puede seguir desarrollando, es que nace la teoría de Howard Gardner (1983, citado por Guerra, 2004), denominada de “Inteligencias Múltiples”.

 

Concepto de inteligencia en Gardner

De acuerdo con López (2004), Gardner es un psicólogo cognitivo, reconocido por sus estudios acerca de la inteligencia y la creatividad. Su crítica se orienta al concepto tradicional de inteligencia, en el sentido de que se le ha concebido dentro de una visión uniforme y reductiva, como un constructo unitario o un factor general; ha predominado la concepción de que la inteligencia puede ser medida en forma pura, mediante la utilización de instrumentos estandarizados; su estudio se ha llevado a cabo de manera descontextualizada y abstracta, independiente de los retos y oportunidades concretas, así como de los factores contextuales y culturales; además se le ha considerado como propiedad individual, alojada tan sólo en la mente y no en el entorno, ni en las interacciones con los demás, ni en los artefactos o en la acumulación de conocimientos.

 

A partir de dicha crítica, Gardner (citado por López, 2004), conceptualiza a una inteligencia como una capacidad situada y distribuida, que sólo puede ser apreciada en conexión con un contexto particular; toda vez que se encuentra tanto en la mente, en el cuerpo, en los medios y en el ambiente; asimismo es “un potencial biopsicológico para procesar información que se puede activar en un marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una cultura” (p. 4).

 

 

 

Referencias

Guerra, M V. (2004). Desarrollo y Estímulo de Inteligencias Múltiples. Tomado de la red el 26 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos14/proyfina/proyfina.shtml

Henson, K. T. y Eller, B. F. (2000) Psicología educativa para la enseñanza eficaz. México, D. F.: Thomson.

Jáuregui, P. (1997) NEUROCIENCIA Infantes bilingües. Las dificultades para el aprendizaje de un idioma dependen de la edad. Los científicos han demostrado de nuevo que el cerebro es un órgano moldeable. [En red] Disponible en: http://www.el-mundo.es/salud/1997/255/01514.html

López, P. R. (2004). Muchas inteligencias, muchas maneras de vivir. Tomado de la red el 23 de septiembre del 2004. Disponible en: http://www.nuevamirada.cl/inteligencias.htm

Paradigmas de aprendizaje. (2004) El aprendizaje por descubrimiento de Jerome Bruner. [En red] recuperado el 23 de septiembre de 2004. Disponible en:http://vulcano.lasalle.edu.co/~docencia/propuestos/cursoev_paradig_bruner.htm

Ruiz, B. C. (1996) Neurociencia y educación. Revista Paradigma. [En red] Disponible en: http://cidipmar.fundacite.arg.gov.ve/Doc/Paradigma96/doc4.htm

Sang B. M. (2004) Teoría y Práctica en la implementación del "constructivismo" en República Dominicana. En Monografías. Com. [En red] Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos5/construc/construc.shtml

 

 

 

 

 

 

Gabriel Osnaya Vargas

Maestría en Ciencias de la Educación

Maestría en Administración

de Instituciones Educativas

Doctorado en Educación

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