Anunciada
el pasado 18 de Junio, la Reforma Integral a la Educación Secundaria (RIES), ha
sido objeto de múltiples comentarios y pronunciamientos, la mayor de los casos
en contra.
En este
artículo se trata de ir recogiendo los pronunciamientos que desde este anuncio
se han venido haciendo en los medios impresos, tratando de rescatar los
argumentos que la apoyan y aquellos que la descalifican, al tiempo de ir
abonando comentarios y cuestionamientos que, de alguna manera, propicien la
reflexión sobre este tema.
Para hacer
un buen acercamiento a lo publicado, es necesario delimitar algunas áreas o
líneas específicas de análisis a fin de intentar mayor claridad en esta mirada,
y tal vez con ello, mayor fuerza en nuestros planteamientos. Así, abordaremos
las siguientes áreas:
1. El
diagnóstico
2. Los
propósitos
3. Las
políticas
4. La
organización curricular
5. Las
asignaturas
6. Los
docentes
Es
conveniente asentar desde el inicio la diversidad de autores que han publicado algún
tipo de comentarios acerca de la RIES: académicos, especialistas en áreas específicas
del conocimiento, políticos y, en menor grado, docentes del nivel en cuestión.
Diagnóstico.
En esto,
lo publicado parece ser unánime, la escuela secundaria no está bien y hay que hacer
algo al respecto:
§ El índice
de reprobación es el doble del de la escuela primaria y su tasa de deserción
tres veces mayor
§ En la
escuela secundaria mexicana se tienen muchas horas de clase,1450, cuando en
otros países son entre 850 y 900 horas
§ Se tiene
un currículo enciclopédico, de muchos contenidos y poca profundidad
§ Los
estudiantes no alcanzan a dominar, por encima de un nivel mínimo, competencia
básicas como la comprensión de lectura y el manejo de conceptos fundamentales
en ciencias
§ Los
resultados en evaluaciones nacionales e internacionales han sido muy bajos
§ El plan
de secundaria vigente se construyó bajo la hipótesis de que los adolescentes y
jóvenes de esa edad tienen la capacidad de integrar, por sí solos, los
conocimientos; que se les pueden dar las materias por separado y ellos las
pueden integrar
§ Existen
altos índices de violencia, consumo de alcohol y estupefacientes que afectan a
los adolescentes, haciendo necesaria una recomposición de la forma de educar en
las secundarias
Ante este
breve, pero lapidario diagnóstico, habría que pensar, por una parte, si las
altas tasas de reprobación, ausentismo y deserción que caracterizan a la
escuela secundaria se abaten solo con cambios curriculares, con nuevos enfoques
o métodos de enseñanza.
La
respuesta no es totalmente afirmativa, pareciera que ese no es el camino y que estos
problemas tienen que ver más con las condiciones de vida de los usuarios de la
escuela y que ésta puede hacer, directamente, muy poco en ese sentido. La escuela
no puede y no tiene con qué resolver la situación socioeconómica de sus estudiantes.
Si esta
reforma ha de ser integral, habrá de tomar en cuenta todos los factores y
ámbitos que han llevado a la secundaria al lugar en el que se encuentra y aún parece
no haberse analizado suficientemente: ¿qué parte de la situación actual de la
educación secundaria, que responsabilidad corresponde al cuerpo docente, cuál a
los alumnos, cuál a los padres (ambos como usuarios directos)? ¿cuál es la responsabilidad,
en esta situación, del sistema educativo, cuál es la parte que directamente le toca
al currículo vigente, cuál la parte de la sociedad? Parece imperiosa una
consulta mayor y una verdadera reforma que atienda a todos estos aspectos.
Propósitos.
Sabemos que
el propósito de la educación secundaria, según la RIES, es formar
“jóvenes
para su participación en la construcción de una sociedad democrática, integrada,
competitiva y proyectada al mundo” mediante el fortalecimiento de aspectos como:
la cobertura, permanencia, calidad, equidad, articulación como bloque de educación
básica y pertinencia.
Los
pronunciamientos a favor confirman la necesidad de abatir los indicadores de reprobación,
deserción y bajo aprovechamiento; privilegiando la enseñanza de la lengua, las
matemáticas y la ciencia y tecnología; para otros sectores la lógica y la tecnología
de la información en lugar de la física y la química.
Sin
embargo, dado que se ha hecho pública muy poca información respecto del cómo se
llevará a cabo la reforma, resulta un tanto incierta la manera en que la ésta
trabajará la permanencia, la calidad, la equidad y la pertinencia.
Políticas
En el
ámbito de la política la RIES ha despertado comentarios diversos, desde quienes
la ven solo como un proyecto transnacional que obedece exclusivamente a intereses
neoliberales, hasta posturas más moderadas que aceptando su planteamiento ponen
el acento en lo que debería ser la reforma.
Para
muchos actores políticos, la reforma no cuenta con la viabilidad institucional,
política y técnica indispensable para su puesta en marcha; tiene como propósito
satisfacer requerimientos de instancias internacionales como la OCDE, atiende a
los intereses políticos e ideológicos del régimen presidencial y no los de la
población y presenta una concepción pedagógica autoritaria que reduce a la
escuela secundaria a un taller de redacción, computación y matemáticas que
representa, según éstos, el preámbulo de una educación de maquila.
Rescatable
de esto, algunas posturas que ponen énfasis en la necesidad de una amplia consulta
a todos los que están directa e indirectamente relacionados con la educación en
el nivel básico y que resulten en un sólido consenso de lo que hay que hacer;
aquellas posturas fundamentadas en hacer propuestas que mejoren las condiciones
de vida de la población y aquellas otras que acentúan analizar la iniciativa en
un marco de 9 años, es decir, como un ciclo terminado.
Como todos
los cambios propuestos en el país, la reforma no ha escapado a la politización
y se ha convertido en un escenario en el que se han vertido innumerables
ataques; compartimos aquella idea de que en términos generales está bien planteada
y que es muy necesaria, pero que se ha politizado.
Organización
Curricular
La mayor
parte de los pronunciamientos en contra de la RIES han venido gracias a que ha
sido la organización curricular lo que más se ha difundido en los medios. Las
críticas más fuertes están en términos de un retroceso curricular a una
estructura ya utilizada en la década de los setenta y al supuesto de que, según
la RIES, los cambios de organización en algunas materias servirán para inculcar
un mayor interés de los alumnos en sus clases y facilitará el trabajo de los docentes,
con lo que se pretende mejorar la eficiencia terminal de los estudiantes y de alguna
forma evitar que deserten, pero ¿es el plan de estudios el causante de la alta deserción,
ausentismo y reprobación en la escuela secundaria?
Nuestro
punto es que se ha criticado mucho el empobrecimiento de contenidos, pero no se
ha puesto suficiente atención a las capacidades de los alumnos, en la significatividad
de la escuela secundaria, de sus contenidos (significatividad en términos del
sentido social e individual de asistir a la secundaria), en su utilidad para la
vida.
¿Acaso
enriqueciendo el programa aseguramos su apropiación? Los alumnos, ¿pueden
realmente aprender lo que “deben” aprender según los programas? ¿qué deben aprender?
¿qué pueden aprender?
Nos parece
que aquellos cuestionamientos que ponen en duda las ventajas que tiene estudiar
geografía, historia, biología, química o física en un solo bloque, al margen de
su importancia en el plan de estudios, no tienen tanto sustento y es un acierto
de la reforma, pues de alguna manera se venía notando la dispersión que provoca
en los alumnos atender una asignatura durante unas pocas horas en la semana lo
que conlleva poca profundidad en su estudio.
Asignaturas
Lamentablemente
la RIES se ha politizado y ha llegado por vía de una de las asignaturas que ha
creado polémica y con justa razón. A es socavar la identidad nacional, sino
darle profundidad al estudio de la historia, el reordenamiento de los
contenidos propuestos por la reforma para esta asignatura ha proporcionado material
suficiente para llevar a la RIES al campo de la política, del debate, del
señalamiento y de la descalificación.
El
supuesto empobrecimiento de la historia que se enseñaría en la escuela secundaria
ha sido un buen punto de discusión, sin embargo los especialistas, los más,
académicos de ese campo de estudio y no especialistas en educación básica, en
la docencia en secundaria o en formación de adolescentes, han descalificado
rotundamente la reforma en cuanto compete a esta asignatura. El argumento: la
importancia de conocer las raíces del pueblo mexicano, de dar conciencia social
e identidad.
Por otra
parte, aunque menos referidas, otras asignaturas también han recibido críticas.
Es el caso de la geografía, de la que también se ha dicho se caracteriza por
una visión fragmentada, enciclopédica, memorística y poco relacionada con la
vida cotidiana de los estudiantes; o la formación cívica y ética que venía
siendo una oportunidad de acercar la escuela con la vida, un espacio en el que
los adolescentes vieran reflejados algunos de sus problemas, ¿por qué hasta el
tercer año cuando ya pasaron una etapa tan difícil como la pubertad?, en todo
caso ¿no convendría más, en términos de aprovechamiento, atención, profundidad
y dedicación, un curso intensivo, de un ciclo escolar, de lengua extranjera o
apreciación artística?
Docentes
La mayor
crítica ha sido su exclusión en el proceso de construcción de la reforma, no fueron
consultados. Pero aún hay más, la reforma no considera el mejoramiento de las condiciones
laborales y salariales de los docentes, así como tampoco la manera en que los
capacitará para llevar a cabo todos los cambios que propone. Lo único que se ha
dicho es que, según la propuesta de reforma, mientras menos alumnos tengan
habrá mayor dedicación y profundidad en las aulas.
Sin
embargo, resalta el hecho de que si la reforma no pone en el centro al docente,
será imposible la calidad y el cambio en la enseñanza, pues son ellos los
actores principales del acto educativo: ¿Quiénes son los expertos en educación
secundaria?
¿Quienes
diariamente están en las aulas no son acaso los expertos de lo que ahí sucede?
En el
proceso de reforma han estado, según la SEP, los expertos en la teoría
educativa, en política educativa, en las áreas específicas de cada asignatura,
parece que aún falta la presencia de los “expertos en la experiencia de educar
en las aulas de las escuelas secundarias. Habrá que enfatizar que ninguna
reforma funcionará si no se toma en cuenta la capacitación de los profesores,
su compromiso y convicción, pues finalmente serán ellos quienes la operen.
Para
finalizar
Estamos conscientes
de la gran necesidad de reformar la educación secundaria, de lo imperioso de
enfatizar la adquisición de competencias en los estudiantes más allá de los contenidos
vacíos, sin significado e irrelevantes en la
vida presente de los adolescentes y su vida
futura; pero también debemos de ser
conscientes de que un futuro deseable para
nuestra escuela y para quienes de ella egresan
tal como lo propone la reforma parece ser un
futuro no posible.
Para quienes están
dentro de las escuelas o involucrados en ellas es necesario conocer el panorama
que tenemos y haber leído y analizado el proyecto de reforma; éste se encuentra
en su sexta versión, pero ¿quién lo conoce en su totalidad?
Dr. Rafael Mora Vázquez
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