viernes, 29 de mayo de 2015

A fondo: el concepto de curriculum

Introducción.

El presente trabajo describe la idea del currículum desde perspectivas diferentes, considerando las ideas de varios autores como Bobbit, Dewey, Stenhouse y Casarini. Durante muchos años se ha pretendido dar respuesta a las necesidades de la sociedad que se concretiza en el curriculum.

 
Cabe señalar que no se integran todas las ideas históricas que se han dado sobre él. La intención del trabajo pretende describir los elementos generales, su inserción en el ámbito educativo y la descripción del curriculum como un plan de estudios donde se concretiza el quehacer educativo.
 
Para el desarrollo del trabajo se presentan seis apartados, el primero se refiere a la Definición del Currículo, en él se desglosan las ideas que se tienen del curriculum y su necesidad en el ámbito institucional, de tal manera el apartado concluye con la idea del curriculum como un plan organizativo de lo que se tiene que aprender.

 


El segundo apartado se denomina: Producción humana sujeta a los contextos históricos, con este título se da énfasis a los procesos históricos y la necesidad que los currícula se ajusten a las necesidades sociales y sus transformaciones, pues la idea de la educación es enseñar a los individuos ser individuos sociales insertos en un momento histórico y de circunstancia.

 

Currículo vitae y el Currículo escolar, es el tercer apartado, con este se realiza la diferenciación entre lo que es concreto y lo que se hace para llegar a él. De tal forma que el curriculum escolar es un plan de estudios, donde se presenta lo que tiene que hacer el escolar para alcanzar un estado de conocimiento y preparación para ser “un ser social”, y por otra parte el curriculum como camino de vida, como lo concreto, que se refiere a lo que el individuo social logró tras su paso en el ámbito educativo y haber conocido el curriculum escolar.

 

Con la pregunta: ¿Por qué el Currículo? Se argumenta sobre la necesidad de conocer el curriculum, de desarrollarlo y de las transformaciones de éste, ya que el curriculum juega un papel importante en la educación y ésta, a su vez se refleja en la sociedad. De ahí la necesidad de comprender al curriculum como plan de acción en una sociedad.

 

El Currículo en el contexto institucional comprende la explicación de vincular la teoría y la realidad, como parte del curriculum, ya que el currículo es el mediador entre la teoría y la realidad y en la escuela se encuentran individuos que viven en un contexto y tiene diferentes ideas, por ello el curriculum se presenta como una idea hipotética que se realiza en una institución concreta.

 

Por último se abordan tres conceptos de Currículo: Formal, Real y Oculto, que aunque son realidades existentes pocas veces se reflexiona sobre ellos. Las tres manifestaciones que se dan entre la relación de los individuos, los procesos y las normas. Para terminar se presenten unas pequeñas conclusiones sobre el tema del curriculum.

 

Definición del Currículo

El uso común del significado de la palabra curriculum se utiliza en forma indistinta, sin embargo en el plano teórico no puede tener la misma connotación ya que el significado de la palabra se usa de una forma estricta y única, no existe diferenciación semántica, por lo que el curriculum habrá de tener una significación que se desglosa a continuación.

 

Tradicionalmente se ha definido el curriculum como un camino de vida por la connotación etimológica de la que se deriva, curro que hace alusión a una competencia romana (Casarini, 1999). Por otra parte los jesuitas, en el siglo XVI, utilizaron el concepto ratio studiorum, en ambos casos se alude a la secuencia que una persona desarrolló para lograr aprendizajes.

 

En la época moderna se abre una discusión con ideas contrarias y a su vez complementarias para lograr definir el concepto de curriculum, por ejemplo Neagley, Inlow y Jhonson (citados por Stenhose, en Casarini, 1999) aluden a la idea de que es un plan que permite el desarrollo de conocimientos referentes a las disciplinas que todo ser humano debe saber para incorporarse a la sociedad, este plan se desarrolla al interior de la escuela.

 

El término currículum ha sido utilizado en las últimas décadas en la teoría educativa como marco conceptual para entender y determinar la educación y como ámbito y fenómeno de la realidad educativa. Ha dado lugar a planteamientos difusos y ambiguos. Como campo de estudio, es un concepto sesgado por diversas opciones ideológico-culturales y porque abarca un amplio campo de la realidad educativa, desde diferentes perspectivas.

 

Por su lado, Casarini (1999, p. 18) identifica cuatro caminos distintos que las teorías curriculares pueden seguir: como suma de exigencias académicas o estructura organizada de conocimiento, como base de experiencias de aprendizaje, como sistema tecnológico de producción, como reconstrucción del conocimiento y propuesta de acción: el puente entre la teoría y la práctica.

 

Esta idea se ha plasmado en los diferentes enfoques, por lo que el curriculum es un instrumento para que se lleve a cabo la formación, ya sea que se considera como camino especifico de trayectoria, estudios realizados por los individuos o bien que se considere como una herramienta que permite que los centros escolares tengan conocimiento de lo que se tiene que hacer durante los procesos de aprendizaje que se dan la interior del aula. En ambos sentidos el curriculum no deja de ser un plan de acción o prescripciones de lo que se tiene que hacer para la formación de los nuevos ciudadanos.

 

Producción humana sujeta a los contextos históricos

El curriculum como instrumento de planeación para los procesos educativos se elabora dentro de un contexto histórico determinado, la sociedad cambiante provocó la transformación de las ideas sobre el curriculum, desde el siglo XVI y hasta el siglo XX se tuvo una idea de tipo humanista, con las transformaciones sociales las concepciones sobre el tema cambió.

 

Díaz Barriga (2003) asegura que la concepción curricular puede ser vista como una parte de la teoría educativa que responde a las necesidades generadas por la industrialización. De esta manera, concepciones como, educar para impulsar todas las potencialidades de la naturaleza humana, “dotar al hombre de la mayor perfección posible”, lograr esa dimensión integral: “de qué sirve que aprenda aritmética, si pierde el placer por lo estético” –se preguntará Herbart (1992)–, son reemplazadas por “educar al ciudadano”, “educar para la democracia” y “educar para el empleo”; esto es, educar para resolver los problemas de la sociedad.

 

Las necesidades de la sociedad condujeron a establecer las metas a las que se quieren llegar a través del currículo, de tal forma que se considera como una herramienta social normativa. Lo que se ve reflejado en lo que Dewey afirmaba de la escuela: “además de contribuir al desarrollo del mundo productivo, que la escuela contribuyera a formar ciudadanos en una perspectiva democrática y la justicia social”. (Furlan, 1996 p. 92)

 

En la actualidad, un problema en México es que las perspectivas de curriculum se encuentran desfasadas en cada nivel educativo de educación básica, por un lado el nivel de preescolar trata de desarrollar competencias, mientras que en el nivel de secundaria aún se trabaja con desarrollo de habilidades (próximo a cambiar). De tal manera que hablar de un curriculum en México nos lleva a imaginar que cada nivel está encaminado a resolver diferentes problemas. Por ello es que podemos afirmar que ésta es la diferencia fundamental entre los exámenes académicos que se formulan en el sector educativo y la prueba de habilidades y destrezas para la vida que ha desarrollado la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

 

Currículum vitae y el Currículo escolar

Las concepciones del término curriculum son variadas, a lo largo de la historia del estudio del curriculum se han manifestado diferentes aseveraciones, sin embargo existe una relación entre dos ideas sobre el curriculum: el curriculum vital y el curriculum como plan de vida.

 

Para Dewey y Bobit (Citados en Furlan, 1996) a quienes se les considera los padres de la teoría curricular moderna, percibían el curriculum como un instrumento de transformación, en este sentido para Furlan el curriculum es lo que se va a realizar, mientras que el curriculum vitae es lo que ya se realizó (1996, p. 98) de tal manera que es práctica realizada, experiencias y no únicamente de estudios, sino un plan de promoción de experiencias y de aprendizajes que se dan en el ámbito escolar. Casarini (1999) asegura que el curriculum desde la perspectiva del plan de estudios tiene dos funciones: prever las acciones escolares y las intenciones del servicio de las escuelas, así como ayudar a orientar la práctica pedagógica.

 

De esta manera el curriculum se puede considerar como las experiencias vividas por los estudiantes con respecto a lo que sus maestros planean enseñarles, formen o no parte del plan de estudios. Mientras que el curriculum vitae es el resultado de las prácticas realizadas durante el proceso educativo de una persona.

 

En cuanto a algunas semejanzas entre el curriculum vitae y el curriculum escolar se puede mencionar que hacen referencia a un curro o camino por el que transitan por un lado un individuo (curriculum vitae) por el otro la sociedad misma a través de las instituciones educativas (Casarini, 1999).

 

Por qué el Currículo

La educación en una sociedad juega un papel de suma importancia, a través de ella el individuo socializa los componentes que lo hacen insertarse en el mundo social. En este sentido el curriculum es el contenido de lo que la sociedad requiere enseñar a sus habitantes. Furlan (1996) habla sobre la polémica entre los pragmáticos y los pensadores y científicos norteamericanos.

 

Dewey (citado por Furlan, 1996) considera la necesidad de reorganizar la cultura a través de la incorporación de disciplinas que ayudaran al desarrollo productivo y a la formación de los ciudadanos, lo cual se puede realizar solo por medio de la elaboración del curriculum.

 

Por otra parte Bobbit representante de los pensadores y científicos norteamericanos (citado por Furlan, 1996) considera que el propósito principal de la educación se centra en la incorporación eficaz de los alumnos a su medio de vida. Ambos, Dewey y Bobbit consideran al curriculum como parte esencial para la reorganización de la actividad educativa de una sociedad. Cada uno manifiesta características diferentes por un lado Bobbit (Furlan, 1996) considera “la necesidad de que la escuela sea favorecedora de la producción de aprendizajes útiles en función de las características de los medios en los cuales los egresados se insertan”; Dewey “considera la escuela como una promotora de experiencias de cultura democrática” (p. 94).

 

En ambos casos la escuela y el curriculum son las constantes, lo que se diferencia es la forma y el contenido, por un lado Dewey trata al curriculum como el proyecto que hace al individuo ser ciudadano tras algunas experiencias y aprendizajes, mientras que Bobbit lo trata como lo que tiene que hacer el individuo para favorecer el desarrollo de la misma sociedad.

 

En la sociedad mexicana se han insertado ambas ideas, caso concreto y como ejemplo el caso de la secundaria sus planes y programas se han modificado con el tiempo, se cambian áreas por asignaturas, es decir en el sentido de Dewey, la clasificación por disciplinas, con la intención de hacer del mexicano un mexicano; por otro lado se han cambiado las habilidades por las competencias en el caso de lo que se tiene que hacer los objetivos que se deben lograr, quizá a la manera de Bobbit.

 

El Currículo en el contexto institucional

El currículo es el mediador entre la teoría y la realidad de la enseñanza, ese plan de acción específico que desarrolla el profesor con sus alumnos en el aula, es una pauta ordenadora del proceso de enseñanza. Cada teoría, cada modelo pedagógico genera una propuesta del currículo diferente. Si un profesor no explicita la concepción pedagógica con la que está diseñando su enseñanza, es probable que este reproduciendo, sin saberlo, el modelo pedagógico tradicional, mezclándolo seguramente con elementos intuitivos de manera ecléctica.

 

El currículo no es un plan de estudios, ni un esquema distributivo de disciplinas y contenidos según grados, intensidades, niveles y tres requisitos para aromatizar la enseñanza de los profesores. El currículo es más bien un curso de acción, “un objeto de acción simbólico significativo para maestros y alumnos, encarnado en palabras, imágenes, sonidos, juegos o lo que fuere... “(Stenhouse, citado por Casarini, 1999), es un proceso educativo, una secuencia de procedimientos hipotéticos (bajo cierto enfoque epistemológico y ciertos criterios de enseñanza) que solo pueden comprenderse y comprobarse en una clase. En este sentido, el currículo es siempre hipotético, cada vez necesita ser comprobado en su contenido, en su factibilidad, no en el hecho de repetir conceptos sino de desarrollar procesos de construcción de los mismos por parte de profesores y estudiantes.

 

Los conceptos de Currículo: Formal, Real y Oculto

Al interior de las escuelas o centros educativos se viven realidades diferentes y diferenciadas. En sentido diferente se observan tres tipos de curriculum, pues una cosa es lo que se pide (curriculum formal), otra lo que se hace (curriculum real) y otra muy distinta lo que se vive (curriculum oculto).

 

El curriculum formal se concibe que tiene una finalidad para una sociedad, según Casarini (1999) la legitimidad racional es lo específico de él. En el curriculum formal se encuentran lo que en México se llama los planes y programas, no solo eso sino todo el embalaje que la educación pública pretende. Sin embargo este curriculum, a pesar de que sean documentos guía, en la realidad dista mucho de que sean aplicados, por lo que la interacción de este con la práctica educativa real surge un nuevo concepto: el curriculum real o vivido.

 

El Curriculum real, en el interactúa la práctica educativa que está formada por individuos que educan y son educados, según Casarini (1999) se da la interacción entre los maestros y los alumnos, en donde se intercalan los valores de ambos, el desarrollo de habilidades, historias personales, todo ello es parte de una categoría que requiere ser analizada.

 

En cuanto al curriculum oculto, Arciniegas (1982, citado por Casarini, 1999), menciona que este curriculum se da en un microcosmos entre los docentes y los alumnos, donde se da una tensión en el desarrollo pedagógico y social.

 

Las perspectivas del currículo como proceso, como lo vivido o como lo oculto –que son diferentes-- han abierto la posibilidad de múltiples y distintos desarrollos conceptuales: las relaciones entre cultura y procesos escolares, formas de autoridad y de trabajo pedagógico, sistemas de interacción entre estudiantes y de evaluación. Es decir, el de-velar la cultura escolar desde dentro.

 

Conclusiones

Como descripción del plan de estudios el currículo ha tenido más aceptación en el medio educativo. En él se incluyen no sólo los programas de asignaturas o materias, sino también su entramado, sus relaciones y coherencia en propósitos específicos de formación académica.

 

Se habla básicamente de tres modelos actuales del currículo como plan de estudios: el modelo de objetivos conductuales, el de proceso, y el de investigación. Un modelo curricular sinónimo de plan de estudios incluye la filosofía de la institución, su misión y visión y cómo esta se va reflejando en la formación que ofrece y en la construcción misma del plan de estudios general y de los programas en particular.

 

Semejante definición del currículo no necesita esforzarse para mostrar sus características esenciales del currículo flexibles, abierto, pertinente, creador individualizado, sino que se presenta como la mejor alternativa para trabajar con alumnos que ya han iniciado su desarrollo lógico-formal, como una experiencia seccional de entender racionalmente su propia experiencia vivencial ni de fundar racionalmente su comprensión de los fenómenos naturales y sociales en la ciencia y la cultura. Mientras los niños pequeños, en especial los de primaria, requieren un currículo centrado en las nociones de actividades propias de cada etapa y de cada estadio de su desarrollo intelectual, es decir, un currículo centrado en el sujeto y sus procesos individuales; para los adolescentes, el currículo más adecuado es el que se centra en los procesos de la ciencia y la cultura, como experiencias óptimas de racionalidad que afiancen sus propios esquemas de pensamiento abstracto y de comunicación racional, ética y estética.

 

 

Referencias

Casarini, M. (1997). Teoría y diseño curricular. Monterrey, México: Ed.Trillas-UV. pp. 1-36

Díaz Barriga, Á. (2003). Currículum. Tensiones conceptuales y prácticas. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 5 (2). Consultado el 12 de enero de 2005 en: http://redie.ens.uabc.mx/vol5no2/contenidodiazbarriga.html

Furlán, A. ( 1996). Currículum e institución. (1ª edición). México. CIEEN, Morevallado. pp. 89-136

 

 

 

Gabriel Osnaya Vargas

Maestría en Ciencias de la Educación

Maestría en Administración de Instituciones Educativas

Doctorado en Educación

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