El
presente trabajo describe la idea del currículum desde perspectivas diferentes,
considerando las ideas de varios autores como Bobbit, Dewey, Stenhouse y Casarini.
Durante muchos años se ha pretendido dar respuesta a las necesidades de la
sociedad que se concretiza en el curriculum.
Cabe
señalar que no se integran todas las ideas históricas que se han dado sobre él.
La intención del trabajo pretende describir los elementos generales, su inserción
en el ámbito educativo y la descripción del curriculum como un plan de estudios
donde se concretiza el quehacer educativo.
Para el
desarrollo del trabajo se presentan seis apartados, el primero se refiere a la
Definición del Currículo, en él se desglosan las ideas que se tienen del
curriculum y su necesidad en el ámbito institucional, de tal manera el apartado
concluye con la idea del curriculum como un plan organizativo de lo que se
tiene que aprender.
El
segundo apartado se denomina: Producción humana sujeta a los contextos
históricos, con este título se da énfasis a los procesos históricos y la
necesidad que los currícula se ajusten a las necesidades sociales y sus
transformaciones, pues la idea de la educación es enseñar a los individuos ser
individuos sociales insertos en un momento histórico y de circunstancia.
Currículo
vitae y el Currículo escolar, es el tercer apartado, con este se realiza la
diferenciación entre lo que es concreto y lo que se hace para llegar a él. De
tal forma que el curriculum escolar es un plan de estudios, donde se presenta
lo que tiene que hacer el escolar para alcanzar un estado de conocimiento y
preparación para ser “un ser social”, y por otra parte el curriculum como camino
de vida, como lo concreto, que se refiere a lo que el individuo social logró
tras su paso en el ámbito educativo y haber conocido el curriculum escolar.
Con la
pregunta: ¿Por qué el Currículo? Se argumenta sobre la necesidad de conocer el curriculum,
de desarrollarlo y de las transformaciones de éste, ya que el curriculum juega
un papel importante en la educación y ésta, a su vez se refleja en la sociedad.
De ahí la necesidad de comprender al curriculum como plan de acción en una
sociedad.
El
Currículo en el contexto institucional comprende la explicación de vincular la
teoría y la realidad, como parte del curriculum, ya que el currículo es el
mediador entre la teoría y la realidad y en la escuela se encuentran individuos
que viven en un contexto y tiene diferentes ideas, por ello el curriculum se
presenta como una idea hipotética que se realiza en una institución concreta.
Por último
se abordan tres conceptos de Currículo: Formal, Real y Oculto, que aunque son realidades
existentes pocas veces se reflexiona sobre ellos. Las tres manifestaciones que
se dan entre la relación de los individuos, los procesos y las normas. Para
terminar se presenten unas pequeñas conclusiones sobre el tema del curriculum.
Definición
del Currículo
El uso
común del significado de la palabra curriculum se utiliza en forma indistinta,
sin embargo en el plano teórico no puede tener la misma connotación ya que el
significado de la palabra se usa de una forma estricta y única, no existe
diferenciación semántica, por lo que el curriculum habrá de tener una significación
que se desglosa a continuación.
Tradicionalmente
se ha definido el curriculum como un camino de vida por la connotación etimológica
de la que se deriva, curro que hace alusión a una competencia romana (Casarini,
1999). Por otra parte los jesuitas, en el siglo XVI, utilizaron el concepto
ratio studiorum, en ambos casos se alude a la secuencia que una persona desarrolló
para lograr aprendizajes.
En la
época moderna se abre una discusión con ideas contrarias y a su vez
complementarias para lograr definir el concepto de curriculum, por ejemplo
Neagley, Inlow y Jhonson (citados por Stenhose, en Casarini, 1999) aluden a la
idea de que es un plan que permite el desarrollo de conocimientos referentes a
las disciplinas que todo ser humano debe saber para incorporarse a la sociedad,
este plan se desarrolla al interior de la escuela.
El
término currículum ha sido utilizado en las últimas décadas en la teoría
educativa como marco conceptual para entender y determinar la educación y como
ámbito y fenómeno de la realidad educativa. Ha dado lugar a planteamientos
difusos y ambiguos. Como campo de estudio, es un concepto sesgado por diversas opciones
ideológico-culturales y porque abarca un amplio campo de la realidad educativa,
desde diferentes perspectivas.
Por su
lado, Casarini (1999, p. 18) identifica cuatro caminos distintos que las
teorías curriculares pueden seguir: como suma de exigencias académicas o
estructura organizada de conocimiento, como base de experiencias de aprendizaje,
como sistema tecnológico de producción, como reconstrucción del conocimiento y
propuesta de acción: el puente entre la teoría y la práctica.
Esta idea
se ha plasmado en los diferentes enfoques, por lo que el curriculum es un instrumento
para que se lleve a cabo la formación, ya sea que se considera como camino especifico
de trayectoria, estudios realizados por los individuos o bien que se considere
como una herramienta que permite que los centros escolares tengan conocimiento
de lo que se tiene que hacer durante los procesos de aprendizaje que se dan la
interior del aula. En ambos sentidos el curriculum no deja de ser un plan de
acción o prescripciones de lo que se tiene que hacer para la formación de los
nuevos ciudadanos.
Producción
humana sujeta a los contextos históricos
El
curriculum como instrumento de planeación para los procesos educativos se
elabora dentro de un contexto histórico determinado, la sociedad cambiante
provocó la transformación de las ideas sobre el curriculum, desde el siglo XVI
y hasta el siglo XX se tuvo una idea de tipo humanista, con las transformaciones
sociales las concepciones sobre el tema cambió.
Díaz
Barriga (2003) asegura que la concepción curricular puede ser vista como una
parte de la teoría educativa que responde a las necesidades generadas por la
industrialización. De esta manera, concepciones como, educar para impulsar todas
las potencialidades de la naturaleza humana, “dotar al hombre de la mayor perfección
posible”, lograr esa dimensión integral: “de qué sirve que aprenda aritmética,
si pierde el placer por lo estético” –se preguntará Herbart (1992)–, son
reemplazadas por “educar al ciudadano”, “educar para la democracia” y “educar
para el empleo”; esto es, educar para resolver los problemas de la sociedad.
Las
necesidades de la sociedad condujeron a establecer las metas a las que se
quieren llegar a través del currículo, de tal forma que se considera como una
herramienta social normativa. Lo que se ve reflejado en lo que Dewey afirmaba
de la escuela: “además de contribuir al desarrollo del mundo productivo, que la
escuela contribuyera a formar ciudadanos en una perspectiva democrática y la
justicia social”. (Furlan, 1996 p. 92)
En la
actualidad, un problema en México es que las perspectivas de curriculum se encuentran
desfasadas en cada nivel educativo de educación básica, por un lado el nivel de
preescolar trata de desarrollar competencias, mientras que en el nivel de
secundaria aún se trabaja con desarrollo de habilidades (próximo a cambiar). De
tal manera que hablar de un curriculum en México nos lleva a imaginar que cada
nivel está encaminado a resolver diferentes problemas. Por ello es que podemos
afirmar que ésta es la diferencia fundamental entre los exámenes académicos que
se formulan en el sector educativo y la prueba de habilidades y destrezas para
la vida que ha desarrollado la Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económico (OCDE).
Currículum
vitae y el Currículo escolar
Las
concepciones del término curriculum son variadas, a lo largo de la historia del
estudio del curriculum se han manifestado diferentes aseveraciones, sin embargo
existe una relación entre dos ideas sobre el curriculum: el curriculum vital y
el curriculum como plan de vida.
Para
Dewey y Bobit (Citados en Furlan, 1996) a quienes se les considera los padres
de la teoría curricular moderna, percibían el curriculum como un instrumento de
transformación, en este sentido para Furlan el curriculum es lo que se va a realizar,
mientras que el curriculum vitae es lo que ya se realizó (1996, p. 98) de tal
manera que es práctica realizada, experiencias y no únicamente de estudios,
sino un plan de promoción de experiencias y de aprendizajes que se dan en el ámbito
escolar. Casarini (1999) asegura que el curriculum desde la perspectiva del
plan de estudios tiene dos funciones: prever las acciones escolares y las intenciones
del servicio de las escuelas, así como ayudar a orientar la práctica pedagógica.
De esta
manera el curriculum se puede considerar como las experiencias vividas por los estudiantes
con respecto a lo que sus maestros planean enseñarles, formen o no parte del
plan de estudios. Mientras que el curriculum vitae es el resultado de las prácticas
realizadas durante el proceso educativo de una persona.
En cuanto
a algunas semejanzas entre el curriculum vitae y el curriculum escolar se puede
mencionar que hacen referencia a un curro o camino por el que transitan por un
lado un individuo (curriculum vitae) por el otro la sociedad misma a través de
las instituciones educativas (Casarini, 1999).
Por qué
el Currículo
La
educación en una sociedad juega un papel de suma importancia, a través de ella
el individuo socializa los componentes que lo hacen insertarse en el mundo
social. En este sentido el curriculum es el contenido de lo que la sociedad requiere
enseñar a sus habitantes. Furlan (1996) habla sobre la polémica entre los
pragmáticos y los pensadores y científicos norteamericanos.
Dewey
(citado por Furlan, 1996) considera la necesidad de reorganizar la cultura a
través de la incorporación de disciplinas que ayudaran al desarrollo productivo
y a la formación de los ciudadanos, lo cual se puede realizar solo por medio de
la elaboración del curriculum.
Por otra
parte Bobbit representante de los pensadores y científicos norteamericanos
(citado por Furlan, 1996) considera que el propósito principal de la educación
se centra en la incorporación eficaz de los alumnos a su medio de vida. Ambos,
Dewey y Bobbit consideran al curriculum como parte esencial para la reorganización
de la actividad educativa de una sociedad. Cada uno manifiesta características
diferentes por un lado Bobbit (Furlan, 1996) considera “la necesidad de que la
escuela sea favorecedora de la producción de aprendizajes útiles en función de
las características de los medios en los cuales los egresados se insertan”;
Dewey “considera la escuela como una promotora de experiencias de cultura
democrática” (p. 94).
En ambos
casos la escuela y el curriculum son las constantes, lo que se diferencia es la
forma y el contenido, por un lado Dewey trata al curriculum como el proyecto
que hace al individuo ser ciudadano tras algunas experiencias y aprendizajes,
mientras que Bobbit lo trata como lo que tiene que hacer el individuo para
favorecer el desarrollo de la misma sociedad.
En la
sociedad mexicana se han insertado ambas ideas, caso concreto y como ejemplo el
caso de la secundaria sus planes y programas se han modificado con el tiempo,
se cambian áreas por asignaturas, es decir en el sentido de Dewey, la clasificación
por disciplinas, con la intención de hacer del mexicano un mexicano; por otro
lado se han cambiado las habilidades por las competencias en el caso de lo que
se tiene que hacer los objetivos que se deben lograr, quizá a la manera de
Bobbit.
El
Currículo en el contexto institucional
El
currículo es el mediador entre la teoría y la realidad de la enseñanza, ese
plan de acción específico que desarrolla el profesor con sus alumnos en el aula,
es una pauta ordenadora del proceso de enseñanza. Cada teoría, cada modelo pedagógico
genera una propuesta del currículo diferente. Si un profesor no explicita la concepción
pedagógica con la que está diseñando su enseñanza, es probable que este reproduciendo,
sin saberlo, el modelo pedagógico tradicional, mezclándolo seguramente con elementos
intuitivos de manera ecléctica.
El
currículo no es un plan de estudios, ni un esquema distributivo de disciplinas
y contenidos según grados, intensidades, niveles y tres requisitos para
aromatizar la enseñanza de los profesores. El currículo es más bien un curso de
acción, “un objeto de acción simbólico significativo para maestros y alumnos,
encarnado en palabras, imágenes, sonidos, juegos o lo que fuere... “(Stenhouse,
citado por Casarini, 1999), es un proceso educativo, una secuencia de procedimientos
hipotéticos (bajo cierto enfoque epistemológico y ciertos criterios de
enseñanza) que solo pueden comprenderse y comprobarse en una clase. En este
sentido, el currículo es siempre hipotético, cada vez necesita ser comprobado
en su contenido, en su factibilidad, no en el hecho de repetir conceptos sino
de desarrollar procesos de construcción de los mismos por parte de profesores y
estudiantes.
Los
conceptos de Currículo: Formal, Real y Oculto
Al
interior de las escuelas o centros educativos se viven realidades diferentes y
diferenciadas. En sentido diferente se observan tres tipos de curriculum, pues
una cosa es lo que se pide (curriculum formal), otra lo que se hace (curriculum
real) y otra muy distinta lo que se vive (curriculum oculto).
El
curriculum formal se concibe que tiene una finalidad para una sociedad, según
Casarini (1999) la legitimidad racional es lo específico de él. En el curriculum
formal se encuentran lo que en México se llama los planes y programas, no solo
eso sino todo el embalaje que la educación pública pretende. Sin embargo este
curriculum, a pesar de que sean documentos guía, en la realidad dista mucho de
que sean aplicados, por lo que la interacción de este con la práctica educativa
real surge un nuevo concepto: el curriculum real o vivido.
El
Curriculum real, en el interactúa la práctica educativa que está formada por
individuos que educan y son educados, según Casarini (1999) se da la interacción
entre los maestros y los alumnos, en donde se intercalan los valores de ambos,
el desarrollo de habilidades, historias personales, todo ello es parte de una
categoría que requiere ser analizada.
En cuanto
al curriculum oculto, Arciniegas (1982, citado por Casarini, 1999), menciona
que este curriculum se da en un microcosmos entre los docentes y los alumnos,
donde se da una tensión en el desarrollo pedagógico y social.
Las
perspectivas del currículo como proceso, como lo vivido o como lo oculto –que
son diferentes-- han abierto la posibilidad de múltiples y distintos
desarrollos conceptuales: las relaciones entre cultura y procesos escolares, formas
de autoridad y de trabajo pedagógico, sistemas de interacción entre estudiantes
y de evaluación. Es decir, el de-velar la cultura escolar desde dentro.
Conclusiones
Como
descripción del plan de estudios el currículo ha tenido más aceptación en el
medio educativo. En él se incluyen no sólo los programas de asignaturas o
materias, sino también su entramado, sus relaciones y coherencia en propósitos
específicos de formación académica.
Se habla
básicamente de tres modelos actuales del currículo como plan de estudios: el
modelo de objetivos conductuales, el de proceso, y el de investigación. Un
modelo curricular sinónimo de plan de estudios incluye la filosofía de la
institución, su misión y visión y cómo esta se va reflejando en la formación
que ofrece y en la construcción misma del plan de estudios general y de los
programas en particular.
Semejante
definición del currículo no necesita esforzarse para mostrar sus
características esenciales del currículo flexibles, abierto, pertinente,
creador individualizado, sino que se presenta como la mejor alternativa para
trabajar con alumnos que ya han iniciado su desarrollo lógico-formal, como una
experiencia seccional de entender racionalmente su propia experiencia vivencial
ni de fundar racionalmente su comprensión de los fenómenos naturales y sociales
en la ciencia y la cultura. Mientras los niños pequeños, en especial los de
primaria, requieren un currículo centrado en las nociones de actividades propias
de cada etapa y de cada estadio de su desarrollo intelectual, es decir, un currículo
centrado en el sujeto y sus procesos individuales; para los adolescentes, el
currículo más adecuado es el que se centra en los procesos de la ciencia y la
cultura, como experiencias óptimas de racionalidad que afiancen sus propios
esquemas de pensamiento abstracto y de comunicación racional, ética y estética.
Referencias
Casarini,
M. (1997). Teoría y diseño curricular. Monterrey, México: Ed.Trillas-UV.
pp. 1-36
Díaz
Barriga, Á. (2003). Currículum. Tensiones conceptuales y prácticas. Revista
Electrónica de Investigación Educativa, 5 (2). Consultado el 12 de
enero de 2005 en: http://redie.ens.uabc.mx/vol5no2/contenidodiazbarriga.html
Furlán,
A. ( 1996). Currículum e institución. (1ª edición). México. CIEEN,
Morevallado. pp. 89-136
Gabriel Osnaya Vargas
Maestría en Ciencias de la Educación
Maestría en Administración de Instituciones Educativas
Doctorado
en Educación
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