martes, 6 de octubre de 2015

A fondo: Educación secundaria, algunos antecedentes


Introducción

El ideal de la educación secundaria en México debe ser proporcionar aprendizajes significativos, funcionales, duraderos y equivalentes a toda la población adolescente del país que cumple 15 o 16 años de edad. Es evidente que este es un ideal que está lejos de ser realidad. La intención de esta investigación es contribuir a la explicación de esta distancia entre ideal y realidad. En esta intención se analiza cómo algunos procesos, ubicados en diferentes escalas de lo social, se encadenan para generar la distancia entre los ideales de equidad y pertinencia de la educación secundaria y la realidad escolar de los millones de adolescentes mexicanos. Sirva lo explicitado como una invitación a la lectura para todos los interesados en este nivel educativo.

En México la educación secundaria[1] es el ciclo de tres años que se cursa después de los seis años de educación primaria. En términos de normalidad corresponde a la cohorte de 12 a 14 años de edad. Es requisito para ingresar a la educación media superior, que a su vez es antecedente obligatorio de la educación superior[2]. Las reformas de 1993 a los artículos 3 y 31 de la Constitución y La Ley General de Educación de 1993 confieren carácter obligatorio a la educación secundaria. Hasta antes de este año no tenía este status legal.


La investigación educativa en nuestro país había prestado poca atención al nivel medio básico hasta 1990. A partir de ese año se han generado algunos estudios sobre este nivel educativo. A pesar de esto la educación secundaria es, de hecho, el nivel menos investigado.  Esta tesis intenta contribuir a la satisfacción parcial de esta carencia ya que se considera necesario que las propuestas para su transformación, en su nueva acepción de educación obligatoria, estén sustentadas en un acervo de investigación que permita un mejoramiento paulatino de la calidad de la educación de este nivel escolar. 

1. Antecedentes de la educación secundaria

En 1925 se creó por decreto presidencial el Sistema de Educación Secundaria. Según Santos (1998, 46) "con ello surgía una educación posprimaria que pretendía ofrecer una preparación general para la vida y, por tanto, se diferenciaba de los estudios especializados para obtener grados de bachiller o ingresar a la universidad".

Alvarez (1993) indica que este sentido de preparación se concibió, desde el inicio, como formación general de los adolescentes  y no como una educación fundamentalmente orientada hacia el nivel superior. De hecho, la fundación de la secundaria se presenta como una división de lo que en ese momento eran los estudios preparatorianos, que tenían un carácter esencialmente propedéutico para el ingreso a la universidad.

Saenz, promotor y funcionario de la educación secundaria pública  en esa época, señalaba que la educación secundaria implicaba escuelas diferenciadas, flexibles en sus sistemas de enseñanza y con diversas salidas hacia diferentes campos de actividad futura; destacaba que los alumnos que no podían proseguir sus estudios, debían recibir de la secundaria un conjunto de conocimientos y habilidades inmediatamente aprovechables (SEP 1975).

Al realizar una revisión histórica de la secundaria hasta 1991, Santos (1998, 68) concluye que "si bien en nuestro país la secundaria pública surge con una finalidad básicamente propedéutica, las propuestas y modificaciones que se han realizado a lo largo de los últimos 60 años han sido consistentes en buscar, con mayor o menor énfasis, la conciliación entre dicha finalidad y la preparación para enfrentar el mundo del trabajo".

El objeto de esta tesis no es la revisión histórica. Para cerrar este tema, sólo es necesario señalar que el propósito fundamental de la escuela secundaria establecido en el plan de estudios de 1993 es "contribuir a elevar la calidad de la formación de los estudiantes que han terminado la educación primaria, mediante el fortalecimiento de aquellos contenidos que responden a las necesidades básicas de aprendizaje de la población joven del país y que sólo la escuela puede ofrecer" (SEP 1993, 12). Con ello, al menos en el plano discursivo, la secundaria es considerada como parte de la educación básica y con una intención fundamental de formación general más que propedéutica.

Los argumentos oficiales para conferir status de obligatoriedad a la educación secundaria aparecen en el plan de estudios de 1993 que afirma:

"El establecimiento de la obligatoriedad de la educación secundaria responde a una necesidad nacional de primera importancia. Nuestro país transita por un profundo proceso de cambio y modernización que afecta los ámbitos principales de la vida de la población. Las actividades económicas y los procesos de trabajo evolucionan hacia niveles de productividad más altos y formas de organización más flexibles, indispensables en una economía mundial integrada y altamente competitiva. La actividad política es más intensa y plural y más eficaces los mecanismos que aseguran la vigencia de las leyes y los derechos humanos; hay una mayor participación en organismos sociales solidarios; la protección de los recursos naturales y del ambiente es un objetivo de importancia creciente para el gobierno y distintos grupos de la ciudadanía".

Se indica además que "seis grados de enseñanza obligatoria no son suficientes para satisfacer las necesidades de formación básica de las nueva generaciones". Se enfatiza además que "la determinación de ampliar la duración de la enseñanza obligatoria se fundamenta no sólo en su conveniencia para el país, sino también en su viabilidad" (SEP 1993, 10).
En resumen, se argumenta que la escuela primaria es insuficiente para formar al hombre moderno en su calidad de productor, ciudadano, persona, consumidor, etc. Además se enfatiza la viabilidad de la obligatoriedad de la secundaria. 

2. Antecedentes de investigación

En este contexto del desarrollo de la secundaria es importante destacar las limitaciones del acervo de investigación educativa sobre este nivel. Como ya se señaló hasta 1990 eran contados los estudios que se habían realizado sobre la educación secundaria. Fuentes (1978) realiza un análisis de la enseñanza media básica para el periodo 1970-1976. En ese estudio se analizan el desarrollo de la matrícula y sus efectos, la propuesta de dar a la enseñanza media básica un sentido ocupacional y las transformaciones académicas propuestas en 1974.

En una investigación más reciente Muñoz (1983), articulando una visión diagnóstica con una prospectiva, analiza el desarrollo de la demanda y su satisfacción, los planes de estudio de las diversas modalidades, el proceso de enseñanza aprendizaje y la vinculación de la educación secundaria con el desarrollo regional, las tecnologías de producción y los mercados de trabajo. Otros trabajos abordan problemas puntuales de la educación secundaria. Paniagua (1983) presenta las estadísticas de crecimiento y distribución de la matrícula para el periodo 1976-1982.

A partir de 1990 aparecen algunos estudios etnográficos, la mayoría enfocados a los procesos escolares dentro de las aulas. Algunos son mis propios estudios en los que he trabajado aspectos de la educación secundaria como el tiempo cotidiano en las aulas (Quiroz 1992), los obstáculos para la apropiación de los contenidos académicos (Quiroz 1991), la reprobación como condicionante de las posibilidades de convertir la obligatoriedad en una realidad (Quiroz 1994) y la relación entre el curriculum y las prácticas de enseñanza(Quiroz 1996, Quiroz 1998, Quiroz 1998a).

Otros trabajos etnográficos de aula que aparecen en la década de los noventas son: “Las estrategias de enseñanza de la escuela secundaria” (Díaz 1996), “Los saberes y concepciones de los maestros de educación secundaria” (Canedo 1998), “Las perspectivas de los alumnos de la educación secundaria” (Rodríguez 1999) “Las estrategias de sobrevivencia de los estudiantes de secundaria” (Nieva 1999) y “Concepciones y prácticas pedagógicas sobre lectura y escritura en la escuela secundaria” (Hernández 1995).

Vale destacar la tesis doctoral de Santos (1999) ya que es de las contadas investigaciones que enfocan su atención a los alumnos tomando en cuenta el sector socioeconómico al que pertenecen.

De la investigación contemporánea, es necesario destacar los estudios etnográficos de Sandoval (1996, 1998, 1998a) en virtud de su rigor analítico, su riqueza informativa, pero sobre todo, por la articulación conceptual y empírica de varias dimensiones de la realidad escolar: la normatividad, la institución, la gestión, los sujetos, las prácticas y sus interrelaciones.

En 1996 el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca convocó al seminario "Educación secundaria. Cambios y perspectivas”. Si bien, la mayoría de los artículos que conforman la memoria de este seminario no son productos de investigación en sentido estricto, vale la pena inventariarlos, ya que identifican diversos problemas de la educación secundaria. Identifican problemas relacionados con el curriculum (Bonilla 1996, Praga 1996, De la Garza 1996, Quiroz 1996) y con las modalidades y tendencias de las mismas (Santos 1996). También se analiza cada modalidad por separado:  secundaria general (Navarro 1996), secundaria técnica (Zacilly 1996) y telesecundaria (Berlanga 1996). En otro de los artículos se intenta una caracterización de los estudiantes de secundaria (Valencia 1996) y en uno más se trabaja sobre la organización y la gestión escolar (Sandoval 1996). Finalmente otro trabajo aborda la evaluación, aunque no se analiza desde dentro de la propia secundaria, sino en la perspectiva de los exámenes para ingresar al nivel medio superior (Hernández 1996).

Durante la década de los noventas también aparecen otros estudios sobre temas diversos. Guevara (1992), dentro de un estudio sobre el sistema educativo nacional, dedica una apartado a la educación secundaria y proporciona alguna información sobre matrícula, eficiencia terminal y planes de estudio. Mayorga (1998) analiza los libros de texto de historia de México de la educación secundaria en términos de la correspondencia entre el enfoque explícito del programa de estudio y los enfoques implícitos de los libros. Santos (1998) hace una revisión histórica minuciosa de la secundaria desde su fundación en 1923 hasta 1993. Zubillaga (1998) analiza las perspectivas y acciones de los alumnos ante la disciplina escolar. Mayorga (1998a) estudia el servicio de orientación educativa al interior de los planteles.

Este inventario de las investigaciones realizadas en México funcionará a lo largo de la tesis de diferentes maneras. En algunos casos serán referentes informativos para los temas que se trabajan. En otros, sobre todo en el caso de los estudios etnográficos de aula, serán parte constitutiva y esencial del desarrollo del análisis. 

3. Objetivos generales

Los antecedentes de investigación inventariados sugieren una prospectiva optimista sobre la acumulación del acervo de conocimiento sobre este nivel, sobre todo a partir de la atención que ha recibido en la década de los noventas. Es necesario, sin embargo, pensar en formas de análisis más integrales que articulen diferentes dimensiones de la educación desde perspectivas teóricas y metodológicas variadas. Esta idea adquiere mayor dimensión si se considera que de 1992 a la fecha se han propuesto e implementado cambios en la educación secundaria en diferentes ámbitos: obligatoriedad, federalización, cambios de planes, programas de estudio y libros de texto, elaboración de libros para los maestros, etc. 
Esta tesis se propone responder a la necesidad de articular diferentes dimensiones y perspectivas. Se intenta presentar una revisión de lo que se consideran algunos de los problemas fundamentales de la secundaria. Para establecer los objetivos generales que organizan el estudio, se ubicaron dos campos de problemas fundamentales: los problemas de equidad y los problemas de pertinencia. Estos campos temáticos no son abordados exhaustivamente. El acervo de estudios existente permite en algunos casos respuestas más o menos acabadas, en otros respuestas parciales y en algunos más sólo posibilita la formulación de nuevas interrogantes y la identificación de vacíos.

3.1 Equidad en la escuela secundaria

Los problemas de equidad constituyen el primer núcleo temático que orienta el análisis de esta tesis.  La búsqueda de equidad es una de las preocupaciones centrales en la política educativa que se plasma en las últimas décadas en una ampliación de la cobertura de los servicios de educación básica (SEP 1996). 

La equidad de la educación ha sido, también, uno de los temas más reiterados en los discursos de la reforma de la educación básica de 1993. Su expresión más reciente aparece en el Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000 (SEP 1996), en el que  se establece que la equidad es uno de los propósitos fundamentales del mismo. Es también tema central de toda la legislación educativa desde el artículo tercero constitucional hasta la Ley General de Educación de 1993. En el capítulo III de la Ley, según análisis realizado por el SNTE, la equidad se expresa con variadas referencias: definición del concepto, atención a la demanda, promoción y optimización de la oferta, programas compensatorios, educación subsidiaria y convenios de coordinación (SNTE 1994).

A pesar de ello, el carácter obligatorio conferido a la secundaria a partir de 1993 expresa una aspiración que está lejos de ser realidad. La distancia entre la aspiración de cobertura universal y la realidad de acceso desigual expresan la existencia de problemas de equidad. En este estudio la interrogante central apunta a explorar el papel que este nivel educativo juega con relación a la equidad de la educación básica y a identificar los elementos que configuran las  causas de la inequidad.   

Cariola (1995, 46) entiende "la equidad en educación como el grado de reducción de las diferencias de oportunidad entre las posiciones sociales de una generación a la siguiente. Las oportunidades están relacionadas con los logros de aprendizaje y con la pertinencia educativa, así como con los criterios sociales para la estratificación social que no dependen del sistema educativo. La meta de la equidad del sistema educativo será lograda cuando los niveles de aprendizaje sean pertinentes y equivalentes, independientemente de la posición social de los estudiantes. Este sería el indicador de la reducción de la distancia social entre las generaciones." 

Se trata de una reformulación que pone en cuestión el concepto de equidad que se restringe a la igualdad de acceso y permanencia en la escuela. Esta definición de la equidad es un concepto integral que enfatiza la pertinencia y la equivalencia de calidad de los aprendizajes realizados (Cariola y otros 1994, 23). El concepto de pertinencia se desarrollará en el siguiente apartado de esta introducción.

Según esta autora, en la intención de conseguir mayor equidad, una estrategia frecuentemente empleada se ha orientado a bajar los estándares de aprendizaje de los estudiantes de las clases menos privilegiadas socialmente. Con ello "los estudiantes más pobres pueden mejorar sus oportunidades de obtener una certificación cuando los estándares son bajos, pero a fin de cuentas se reduce la equidad dentro del sistema, lo que se puede argumentar con la idea de que para las oportunidades de vida importa más el conocimiento que la certificación, lo cual es casi una certeza, ya que en el largo plazo, las certificaciones se devalúan" (Cariola 1995, 50).

Si bien este concepto de equidad establece como meta final la equivalencia en la calidad de los aprendizajes, no excluye como elementos integrantes la equidad en el acceso y la permanencia y la pertinencia de lo que se enseña en la escuela. Se puede argumentar que la equidad en el acceso y la permanencia y la pertinencia de lo que se enseña son condiciones indispensables pero insuficientes para lograr la equidad del sistema educativo.

La equidad en el acceso, la permanencia y los aprendizajes tiene que considerar la heterogeneidad de condiciones y de puntos de partida de los alumnos. "La equidad del sistema se relaciona a la necesidad de atender requerimientos diferenciados de los alumnos para obtener resultados equivalentes entre alumnos heterogéneos" (Cariola y otros 1994, 23). Ello implica que las respuestas del sistema tienen que ser diferenciadas y compatibles con las condiciones, necesidades e intereses de los alumnos en todos los aspectos que refieren a la equidad.

De acuerdo a lo planteado y a manera de síntesis, se puede afirmar que un concepto integral de equidad tiene que hacer referencia, cuando menos, a cuatro aspectos esenciales:

1. Equidad en el acceso a la escuela
2. Equidad en la permanencia en la misma
3. Equidad en cuanto a la pertinencia de lo que se enseña
4. Equidad con relación a la calidad de los aprendizajes

En esta investigación, en el capítulo 1, se trabaja en la perspectiva  de  la  oportunidad  de  acceso  y permanencia. La escala analítica [3] en que se ubica este problema es el subsistema de educación secundaria. Algunas de las preguntas que se derivan de este cruce entre el concepto de equidad y esta escala analítica son las siguientes:

¿Cuáles son las tendencias en los cuatro últimos sexenios de gobierno de la satisfacción de la demanda y qué significan en términos del problema de equidad?, ¿qué factores se conjugan para producir estas tendencias en la satisfacción de la demanda?

¿Cuál es la eficiencia terminal del ciclo y su significado con relación a la equidad?, ¿qué factores confluyen para generar la eficiencia existente?

En el capítulo 2 la equidad aparece referida a la pertinencia del curriculum en diferentes planos: los contenidos a enseñar, los enfoques explícitos e implícitos de enseñanza, las actividades propuestas y  la orientación de las estrategias de evaluación. Una franja de lo institucional, que en el capítulo respectivo se denomina proceso curricular, define la escala analítica en que se realiza esta revisión.

En el capítulo 3 la equidad también refiere a la pertinencia, aunque su tema central es lo que significan las prácticas de enseñanza  como  condiciones  de posibilidad del aprendizaje. En el mismo, por la carencia de evidencia empírica suficiente, no es posible responder la pregunta sobre la equivalencia de los aprendizajes de los alumnos, pero sí se problematiza el tema en torno a lo que significa la experiencia escolar de los alumnos como posibilidad del aprendizaje. La escala analítica en que se analiza este tema es la vida cotidiana escolar, misma que se conceptualiza en el capítulo respectivo.

3.2 La pertinencia de la escuela secundaria

La pertinencia es otro concepto que orienta esta tesis. Corresponde a lo que algunos autores plantean con el concepto de relevancia. Cariola postula la existencia de dos dimensiones. La primera es social y hace referencia al ajuste a los requerimientos globales de la sociedad actual y futura. La segunda es la relevancia individual y es definida como "un requerimiento que tiene que ver con las demandas de adecuación del nivel a las demandas por calidad de los aprendizajes y respuesta a los intereses y expectativas de los jóvenes..." (Cariola y otros 1994, 165).

Aunque es una disquisición semántica sin importancia prefiero el concepto de pertinencia[4]. En México el Programa para el Desarrollo Educativo 1995-200 adopta este concepto cuando señala que "la educación es una vía hacia una mejor manera de vivir. No puede estar desvinculada de las necesidades e intereses del educando, sino que ha de ser pertinente a sus condiciones y aspiraciones y servir al mantenimiento y superación de las comunidades y de la sociedad en general. La búsqueda de pertinencia en todos los tipos, niveles y modalidades de la educación es un propósito general del Programa" (SEP 1996, 13). Son evidentes las referencias tanto al educando como a la sociedad en general.

Schmelkes (1998, 65) argumenta que "cuando hablamos de la relación entre la educación y las necesidades sociales, nos estamos refiriendo a un asunto complejo: el de la relevancia de la educación". Tratando de analizar esta complejidad la autora indica que: "al establecer la relación entre educación y necesidades sociales nos estamos refiriendo a cuatro problemáticas, distintas entre ellas desde el punto de vista de sus implicaciones para las reformas educativas:

-La  satisfacción  de las  necesidades sociales del alumno hoy.
-Ofrecer en forma eficaz los elementos que permiten satisfacer necesidades sociales del alumno en el futuro (un futuro, por cierto, que comienza en el grado escolar siguiente y se prolonga a lo largo de toda la vida).
-La satisfacción de las necesidades sociales relacionadas con la educación de la sociedad hoy.
-La contribución a la construcción de los requerimientos para la satisfacción de necesidades sociales de la sociedad en el futuro".

Con este concepto se tiene un panorama en que la pertinencia es el entramado de la dimensión social y la temporal. La división entre lo social y lo individual se complejiza con su referencia al presente y al futuro. Traduciendo sintéticamente los conceptos de Schmelkes, se tendrían cuatro aspectos de la pertinencia: 1. necesidades individuales de hoy; 2. necesidades individuales  del  futuro;  3. necesidades sociales de hoy; y 4. necesidades sociales del futuro. 

Schmelkes (1998), en un intento por dotar de contenido estos aspectos, elabora una lista de prioridades sobre las necesidades individuales que clasifica en dos dimensiones: competencias sociales y habilidades cognitivas. Según esta autora las necesidades individuales que tienen que ser satisfechas por la escuela básica tienen que generar el desarrollo de: 1. competencia para la comunicación, 2. competencia para la comprensión de la diversidad y respeto a la misma, 3. competencia para la resolución de problemas, 4. competencia para el trabajo en equipo, 5. competencia para el ejercicio de la democracia y 6. competencia para la autovaloración. Refiriéndose a las habilidades cognitivas que la escuela debe promover para contribuir a la satisfacción de las necesidades individuales de los alumnos, esta autora formula el siguiente inventario: 1. habilidad para la búsqueda y selección de información, 2. habilidad de razonamiento, 3. desarrollo del pensamiento científico, 4. habilidad para la reflexión sobre el aprendizaje y el pensamiento propios y 5. habilidad para el autoaprendizaje durante toda la vida.

En torno a las necesidades sociales, Schmelkes también elabora un inventario para el debate. Establece tres funciones atribuidas tradicionalmente a la educación: 1. contribución a la equidad social, 2. socialización y 3. calificación de la fuerza de trabajo. Al mismo tiempo señala que a estas funciones habría que agregar otras “necesidades sociales novedosas o propias de nuestra época que se plantean como nuevos retos al sistema educativo” (Schmelkes 1998, 69). Con relación a éstas señala las siguientes: 1. cuidado del medio ambiente, 2. consumo, 3. tiempo libre, 4. identidad nacional  y valoración de la diversidad cultural, 5. democracia como forma de vida, 6. derechos humanos, 7. actitud crítica orientada a la resolución de problemas y 8. resistencia a las estructuras viciadas que implican comportamientos corruptos y criminales.

Es posible que a lo planteado por esta autora se pudieran agregar otros tópicos, sin embargo, al nivel de abstracción de los enunciados se puede pensar en un alto grado de consenso académico respecto a sus planteamientos. Un buen ejemplo de la posibilidad de consensos a este nivel de abstracción se presenta en el estudio de Errázuriz y otros (1994) sobre las demandas sociales a la educación media. En el mismo se examinan las demandas a la educación media en Chile de algunos actores sociales estratégicos: empresarios, trabajadores, profesores, estudiantes, padres de familia, representantes de los ámbitos gremiales, políticos y religiosos. Esta investigación concluye que existe gran coincidencia entre las demandas de los actores provenientes de diferentes campos sociales y entre éstas y el discurso técnico informado (Errázuriz y otros 1994, iv).  

El problema del consenso es diferente cuando se diseñan curricula concretos. En este caso la definición de las necesidades (individuales, sociales, presentes, futuras) es compleja ya que diferentes actores que participan en el diseño pueden priorizar y otorgar pesos diferenciales a diversos aspectos, en la transición entre los enunciados de las necesidades y el manejo de elementos curriculares específicos: selección y organización de contenidos, libros de texto, etc.

Con relación a esta complejidad el concepto de pertinencia puede ubicarse en diferentes perspectivas y en esta vía cumplir diferentes funciones. Su uso más reiterado es como "deber ser" en el diseño curricular. Hasta aquí la pertinencia es sólo un discurso que identifica necesidades sociales y funciona como referencia para proponer objetivos, seleccionar contenidos, etc. Es un concepto que sirve para pensar propositivamente en la educación pero que no informa sobre los efectos reales de procesos educativos concretos.

La mayoría de los especialistas hacen referencia a la consideración de la pertinencia para el diseño curricular. En la visión de Tyler (1973), pionero de la teorización y el diseño del curriculum,  por ejemplo, lleva a la consideración de la sociedad contemporánea y los alumnos como fuentes  para la elaboración del curriculum.

En Taba (1976, 346), autora obligada en este campo,  conduce al tema de las prioridades en el contenido del curriculum, o al problema de la validez y significatividad del contenido, o a la consideración de la compatibilidad con las realidades sociales (p. 358) o a la idea de adaptación a las necesidades e intereses de los estudiantes.

Si ubicamos el concepto de pertinencia en la perspectiva del análisis de curricula su función cambia. En este caso su función ya no es propositiva. Permite, en cambio, identificar cuáles son los criterios y consideraciones de pertinencia que los diseñadores del curriculum emplearon para el establecimiento de objetivos, la selección de contenidos, la elaboración de libros de texto, etc. En este caso el analista ya no propone lo que él considera pertinente sino que identifica las concepciones de pertinencia de los diseñadores del curriculum en sus diferentes momentos. En el capítulo 2, en el que se analiza el curriculum de la escuela secundaria se asume esta postura ante el concepto de pertinencia.

El concepto de pertinencia también puede ubicarse en una perspectiva que permita una aproximación empírica a procesos escolares concretos. En este sentido la pertinencia individual se puede caracterizar en términos de la funcionalidad o significación de lo que realmente se enseña en la escuela para la vida de cada estudiante. En este sentido la pertinencia se vuelve más un campo de indagación empírica que un concepto propositivo. También abre perspectivas hacia el análisis de otras relaciones conceptuales.

Esta perspectiva hace evidente la necesidad de establecer una relación con el concepto de apropiación de saber. Sólo tiene pertinencia "real" aquello que es apropiado como saber.  En términos de Heller, la apropiación implica un acrecentamiento del saber cotidiano del hombre particular. Esta apropiación es requisito para su funcionalidad y/o significación en la vida presente o futura de los estudiantes.

Esta relación remite a un señalamiento de Heller sobre el acrecentamiento del saber cotidiano. Señala que "del saber cotidiano, de la experiencia acumulada, el particular se apropia sólo de lo que le es necesario o puede serle necesario para mantener y estructurar su vida en la época y en el ambiente determinado. Tenemos, por tanto, no un pragmatismo en general, sino un pragmatismo personal, cuya materia está dada por el saber cotidiano preformado o por el conocimiento personal adquirido sobre esta base" (Heller 1977, 334). 

En esta lógica el estudiante se apropia, de la oferta de contenidos que le presentan el curriculum y los maestros, sólo de lo que le es necesario o puede serle necesario. De hecho entre la oferta de contenido y la posibilidad de apropiación hay un juicio subjetivo de pertinencia. Sólo intento apropiarme aquello que juzgo funcional y/o significativo para mi propia vida cotidiana, es decir, de lo que califico consciente o inconscientemente como pertinente para mi vida.

Esta visión también conduce a pensar en la pertinencia en términos de la heterogeneidad. Al menos, como posibilidad, lo que es pertinente para algunos sujetos particulares no necesariamente lo es para todos los demás.  Aunque también es posible que aparezcan tendencias de lo que es pertinente para la mayoría. En este plano se puede pensar que los diferentes contenidos escolares tienen distintos niveles o grados de pertinencia, que dependen de la distancia que los mismos tienen con las necesidades e intereses de los alumnos, que siempre será el punto de partida para el desenlace final de la existencia o inexistencia de la pertinencia.

Los argumentos anteriores coinciden con la perspectiva sociocultural sobre el curriculum desarrollada en España. Vila y Alvarez (1997, 179) en su análisis sobre la relación entre contexto cultural y contexto escolar señalan que:

“ello implica que los niños y las niñas aprenden cosas diferentes en sus contextos informales o, en otras palabras “llevan” a la escuela cosas distintas, lo cual implica que en la escuela deben aprender también cosas distintas si queremos que todos ellos desarrollen unas capacidades semejantes y, sobre todo, deberán realizar sus aprendizajes desde modos de hacer diferentes en la medida que su experiencia informal también es diferente. Esta afirmación requiere una breve reflexión sobre cómo aprenden los niños. A veces, tendemos a pensar que un buen material didáctico o una actividad bien organizada y programada tiene por sí misma una virtud mágica que garantiza el desarrollo infantil y nos resistimos a creer que su mera realización, si no tiene un valor funcional para quien la hace, sirve para muy poco. Si pensamos en nosotros mismos, rápidamente reconoceremos que aquello que no nos interesa difícilmente se convierte en un foco de aprendizaje”.

En esta argumentación, al igual que en la construida sobre la base de la relación entre saber escolar y saber cotidiano, las condiciones de posibilidad del aprendizaje toman como punto de partida al alumno en dos planos. En primer lugar se considera el interés o la significación de lo que se enseña en la escuela como premisa para el logro de aprendizajes. En segundo lugar se hace referencia a la heterogeneidad de esta posibilidad con relación a la diversidad de bagajes culturales que los niños llevan a la escuela.

Si se asumen las argumentaciones precedentes se vuelve indispensable la investigación empírica de realidades singulares, ya que la pertinencia deja de ser el juicio que los diseñadores de curriculum atribuyen a los contenidos seleccionados, para convertirse en el efecto real de la operación del curriculum en términos de lo que Erickson y Shultz (1992) conceptualizan como la experiencia de los estudiantes con el curriculum.

Los estudios etnográficos de aula de la escuela secundaria realizados en el país permiten juicios hipotéticos de lo que significan para los alumnos los diferentes contenidos escolares en el momento de la enseñanza. Esto es posible porque los maestros implícitamente confieren sentidos públicos a sus estrategias de enseñanza, que para los alumnos implican demandas de acción con los contenidos: memorizar ciertos datos, seguir un procedimiento, contestar un cuestionario, etc. Cada estudiante selecciona su propio curso de acción con los contenidos para responder a las demandas de los maestros. En tanto que las acciones, en términos de Schutz (1974), siempre tienen un sentido para los actores, es posible, en algunos casos, identificar los sentidos que los alumnos confieren a sus acciones e inferir su significado como condición de posibilidad del aprendizaje.

Un supuesto razonable es que entre los sentidos públicos de la enseñanza y la posibilidad de apropiación siempre hay un juicio subjetivo del estudiante sobre la pertinencia. Cada alumno atribuye un valor de pertinencia al contenido ofertado y actúa en relación a los sentidos públicos que los maestros proponen para su enseñanza. Mediante la observación de aula es posible indagar sobre lo que los alumnos hacen con el contenido ofertado y desde esta constatación de hechos es posible inferir las condiciones de posibilidad para el logro de aprendizajes. No es posible hacer afirmaciones sobre  aprendizajes específicos, tarea reservada para otras perspectivas de investigación. Lo que sí se puede es formular juicios sobre la valoración de pertinencia que los alumnos otorgan a cada contenido específico, a partir de lo que hacen con el mismo en el momento de enseñanza y con lo que expresan en entrevistas sobre este tópico. Con esta orientación, en el capítulo 3, se desarrolla con mayor profundidad la conceptualización que aquí sólo sé esboza y se presentan interpretaciones analíticas de lo que las prácticas de enseñanza específicas significan como una de las condiciones de posibilidad del aprendizaje.  

Aunque el concepto de pertinencia (o relevancia), en su sentido original, casi ha desaparecido no quisiera abandonarlo. La reformulación realizada me servirá  para plantear una hipótesis orientadora de este estudio. Si la pertinencia queda planteada como el juicio subjetivo de los estudiantes sobre la funcionalidad y/o significación de los conocimientos ofertados para su vida y además se establece que este juicio media entre el contenido y las posibilidades de apropiación, se puede afirmar que la pertinencia (juicio subjetivo) del contenido para la mayoría de los estudiantes es requisito esencial para generar condiciones de posibilidad favorables para que se presenten aprendizajes significativos.

Con esta hipótesis como orientación se abren algunas preguntas de investigación a las que se intenta dar respuesta en los capítulos 2 y 3. La primera interrogante apunta hacia la identificación de las prácticas de enseñanza en términos de lo que significan como condiciones de posibilidad para el aprendizaje. La segunda pregunta se relaciona con la configuración de esas condiciones de posibilidad del aprendizaje a partir de los elementos constitutivos de las prácticas de enseñanza.

La exploración de estas interrogantes se realizará considerando dos escalas analíticas íntimamente relacionadas el curriculum y las prácticas de enseñanza. El análisis curricular que se realiza tiene como orientación fundamental la referencia a su desenlace como prácticas de enseñanza. De esta manera el problema se ubica esencialmente en la caracterización de las prácticas de enseñanza, en términos de sus condicionantes (incluido el curriculum), pero sobre todo de su significado como condición de posibilidad del aprendizaje.

Si se ponen en interrelación los conceptos de equidad y pertinencia, el ideal de la educación secundaria sería que todos los adolescentes del país concluyan este ciclo escolar con logros de aprendizajes equivalentes, funcionales y significativos para su vida presente y futura. Esta premisa funciona como eje orientador de toda la tesis. Con ello los objetivos del estudio se articulan y precisan en torno a cómo diferentes procesos contribuyen a la distancia que existe entre el ideal propuesto y la realidad educativa. La satisfacción de la demanda, la eficiencia terminal, el curriculum y las prácticas de enseñanza son los procesos que se analizan. Con ello se tiene una panorámica de cómo estos procesos se encadenan para generar una reducción paulatina de la posibilidades de logro de aprendizajes significativos para toda la población adolescente del país.

4. Metodologías

Los análisis propuestos implican metodologías diversas. Aquí sólo se hace una breve enunciación. En los capítulos analíticos se describirán con detalle las perspectivas y herramientas metodológicas utilizadas.

En el capítulo 1 el enfoque es cuantitativo. Para examinar la satisfacción de la demanda y la eficiencia terminal se utilizan algunas técnicas de estadística descriptiva, de varianza y de correlación. Los indicadores se construyen a partir de las estadísticas básicas del sistema educativo nacional y del censo de población de 1990.  

En el capítulo 2 para la revisión del curriculum se emplea la hermenéutica en su versión de análisis argumentativo. Los referentes para la interpretación son la pertinencia y la significación de cada elemento curricular en términos de su desenlace como prácticas de enseñanza.

En el capítulo 3 se realiza un análisis comparando y articulando los aportes de algunas investigaciones etnográficas sobre prácticas de enseñanza en la escuela secundaria. Algunos de los estudios son mis propios trabajos de investigación, otros son tesis de maestría que dirigí y el resto son estudios realizados por otros investigadores.

5. Estructura de presentación

La presentación de esta tesis se estructura en tres capítulos. En el primero, "Subsistema de educación secundaria y equidad", se analizan las tendencias de satisfacción de la demanda y eficiencia terminal durante los cuatro últimos sexenios de gobierno. Se realiza un análisis comparando las tendencias entre los estados de la república. Una evaluación de la equidad del subsistema guía el análisis del capítulo.

En el segundo capítulo se analiza el curriculum como un proceso de fases que se encadenan en términos de continuidades y rupturas. Se intenta una caracterización de lo que cada fase curricular significa como condicionante de las prácticas de enseñanza y de condiciones de posibilidad del aprendizaje. El concepto de pertinencia, como fue formulado en páginas anteriores, orienta el análisis.

En el tercer capítulo se caracterizan las prácticas de enseñanza. Por una parte se realiza su descripción identificando diferentes estrategias de enseñanza. En segundo lugar se intenta identificar cuales son los elementos que entran en juego en su configuración. Finalmente, y esta es la orientación central del capítulo, se intenta identificar lo que cada uno de los elementos que configuran las prácticas de enseñanza significa en términos de pertinencia y de condiciones de posibilidad del aprendizaje. El enfoque para realizar este análisis es cualitativo.

En un intento por lograr una mejor articulación entre lo conceptual y lo empírico, se optó por desarrollar  los conceptos específicos con mayor profundidad en cada capítulo, buscando su cercanía con los datos que les confieren un sentido concreto. Se piensa que esta alternativa de presentación puede favorecer una mejor comprensión de los lectores.  Es por ello que en esta introducción los conceptos sólo aparecen como un artificio para plantear las preguntas más generales de la investigación y para establecer los alcances y límites del estudio.





Rafael Quiroz Estrada
Doctor en Ciencias con
Especialidad en Investigaciones Educativas



[1] Como anexo de esta tesis se plantea un glosario en el que se presentan algunos de los conceptos fundamentales de la tesis.
[2] Esta información que para los lectores mexicanos es ociosa se incluye para ofrecer contexto a los lectores de otras naciones
 [3] El concepto de escala analítica se rescata de Rockwell (1987). Según esta autora la escala es el tamaño de la unidad analítica. Implica ir más allá de la dicotomía micro-macro para poder hablar de diferentes unidades de tiempo y espacio. Cada objeto de estudio plantea el problema de la escala analítica pertinente. "En lo social existen situaciones en que los segundos son significativos. En otros casos, aun el año o el sexenio son unidades demasiado cortas para poder registrar cambios significativos". En la escala espacial el problema es similar.
[4] La palabra relevancia no existe en el diccionario español. Existe la palabra relevante que significa sobresaliente o notable (Larousse 1994). Es muy probable que el problema semántico se origine en una traducción incorrecta de la palabra inglesa relevancy que no significa relevancia, sino pertinencia.

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