viernes, 23 de octubre de 2015

Del Archivero: ética ambiental


El ser humano está en una encrucijada: por un lado tiene la necesidad de hacer uso de los recursos que le proporciona el medio ambiente, con el objeto de seguir manteniendo sus patrones de consumo o incluso incrementarlos, pero por otro lado debe cuidar el medio ambiente, de lo contrario nos encaminamos invariablemente a la autodestrucción. Parece una cuestión simple de resolver, sin embargo la idea de poner un límite al desarrollo es casi impensable en nuestro sistema económico.

Las empresas no están dispuestas a invertir en programas de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías que disminuyan la contaminación, porque incrementarían sus costos de producción, en consecuencia aumentaría el precio de los productos considerablemente y las personas no estarían dispuestas a pagarlo.

La población mundial es de gran escala (6,572,321,464 habitantes en el planeta)[1] y está en constante aumento. Esta razón es suficiente para que la producción mundial de bienes y servicios no disminuya la producción de alimentos, la consecuencia serían más hambrunas de las que hay en este momento. Cabe comentar que, de hecho, no hay recursos naturales suficientes para la gran población mundial. Un equilibrio ambiental requiere necesariamente una población humana menor, lo que implica otro gran debate.

Otro dato que es necesario abordar es que existen bienes que contaminan en gran escala, dichos bienes son necesarios para el desempeño de las actividades diarias, sobre todo en los países industrializados. La gran contaminación de estos bienes y servicios provocan que la ciencia junto con la tecnología enfrenten grandes dificultades para sustituirlos, debido al elevado costo en gastos de investigación, pero además el desarrollo de nuevas tecnologías para sustituir a la energía tradicional propiciaría el colapso de compañías que han basado su éxito en la utilización del petróleo...


... A esto debemos aunar la crisis energética que se avecina y que ya tiene sus inicios. La sociedad moderna ha basado su desarrollo en la energía de origen fósil, es decir en el petróleo, pero este recurso está muy próximo a terminarse. Por ejemplo México, la economía de nuestro país ha estado cifrada durante varias décadas en la producción de petróleo, sin embargo los analistas afirman que la duración de las reservas en nuestro país es de 20 años, según los más optimistas, en otros análisis solamente mencionan diez años.

Siguiendo con la idea arriba mencionada, los dirigentes de las grandes compañías junto con personajes políticos tienen intereses económicos, una forma para maximizar sus beneficios económicos y su posición de poder en el mundo no es precisamente la elaboración de políticas o acciones destinadas a la protección del medio ambiente o la regulación de la explotación de los recursos naturales. En este rubro se podría insertar perfectamente los acontecimientos generados en la invasión a Irak. Todos conocemos la acusación sin fundamento que Estados Unidos ejerció contra Irak diciendo que tenían armas de destrucción masiva. Cuando detrás estaba el interés por el control de la reserva petrolera más grande del planeta.

Por otra parte, la esencia del capitalismo es la producción. El sistema capitalista continuará produciendo. En otras palabras, no hay modo de pensar que llegará un momento en que el desarrollo tenga un freno bajo este sistema económico-social.

“nuestra civilización ha llegado o está por alcanzar un punto en el cual se están tornando crecientemente insustentables los actuales niveles de consumo de su población. Estamos así enfrentados, como únicas salidas posibles, a dos opciones: una reducción de la población o una reducción del consumo”.[2] Pero actualmente el consumo no se puede reducir a menos que se reduzca la población o las personas reduzcan sensiblemente su consumo; esto es complicado pues el consumo, en la mayoría de los casos, está aparejado con el nivel de vida del individuo.[3]

La necesidad de un replanteamiento de una postura hacia la naturaleza es fundamental en estos tiempos. Es necesario y urgente implementar una conciencia de respeto a la naturaleza y de integración del ser humano al sistema universal del que somos parte.

El problema principal de la ética ambiental es cómo lograr hacer conciencia en los seres humanos sobre la relación del hombre con la naturaleza. La relación es de reciprocidad, situación que no se cumple porque nosotros recibimos y explotamos de la naturaleza todo lo posible y más aún, y esta explotación está basada en el valor instrumental que le damos a casi todo.

Los seres humanos hemos abusado de la naturaleza y hemos roto la homeostasis ecológica. En los últimos años hemos sido testigos de los cambios climáticos: el fenómeno del niño, las constantes inundaciones, las sequías que se alargan, los huracanes en zonas que no sufrían de ello, las nevadas fuera de tiempo, los frentes fríos prolongados y de mayor alcance, el derretimiento de los polos, el aumento del nivel del mar, el aumento de la temperatura global, las migraciones de especies marinas y terrestres, la desaparición de especies, la reaparición de virus que se pensaban erradicados, etc.

Para este siglo que apenas comienza, la ética ambiental tiene mucho trabajo por delante. Es necesario buscar en el pensamiento las soluciones concretas necesarias para poder hacer frente a estos desafíos. Las necesidades humanas innecesarias tienen que ser olvidadas por el bien futuro de la vida en el planeta. Las supuestas necesidades de consumo, que el sistema ha impuesto, han mermado considerablemente la capacidad del planeta de regenerarse.

La sociedad mundial está comenzando a atravesar puntos coyunturales para el bien de mañana. La solución está en la adecuada educación y conciencia de cada persona sobre la vida como un todo. Es imperativo dejar de dar un valor instrumental a las cosas y comenzar a tomar en cuenta el valor intrínseco de la naturaleza.




Mtro. Omar Reyes



[1] Según International Program Center, U. S. Boreal of Sensus. The total population of the world projected to 01/26/07.
[2] Antonio Elizalde Hevia. La bioética y la dimensión humana en el desarrollo sustentable. Valores y Redes de Solidaridad. (en línea) Instituto Nacional de Ecología.
[3] En la historia hay cuatro elementos básicos que han reducido sensiblemente la población humana: 1. La misma capacidad destructiva del ser humano. 2. Las pandemias. 3. Las hambrunas. 4. Los desastres ambientales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario