jueves, 5 de noviembre de 2015

Del Archivero: el lenguaje docente y la enseñanza


Para un profesor el uso del lenguaje es una cuestión cardinal ya que no existe ningún proceso didáctico que no haga referencia al idioma: cuando se planea la docencia, se transmiten conocimientos y se evalúa el aprendizaje del alumno; utilizamos como recurso indispensable los procesos idiomáticos y de la adecuada utilización que se haga, depende el éxito de las tareas.

El idioma se puede analizar desde dos perspectivas: como objeto de conocimiento y como medio de enseñanza. Cuando hablamos de enseñanza de idiomas nos referimos a la didáctica del español, y atañe al profesor de lengua propiamente; de igual manera se habla de la enseñanza de la literatura, aspecto que se particulariza en el maestro de literatura. Hasta aquí podríamos concluir que a muchos docentes no les interesa estudiar el idioma como objeto de aprendizaje y eso los excluye del manejo apropiado de la lengua. Sin embargo, sabemos que el lenguaje es el medio de comunicación de la enseñanza, lo que significa que el docente debe dominar la competencia comunicativa para enseñar con eficiencia: el idioma es el medio de todos los medios de enseñanza.


En la enseñanza de la lengua y la literatura se maneja la presencia simultánea del idioma como objeto de conocimiento y como medio de asimilación, mientras que en la enseñanza de las demás disciplinas la lengua es, junto con su función comunicativa, objeto implícito de asimilación y proceso de asimilación específico de cada asignatura. Por ejemplo, cuando un profesor de biología pide a sus alumnos que lean un texto sobre un contenido temático de la materia que imparte, que elaboren una síntesis y la presenten ante sus compañeros de clase, el estudiante de manera explícita o directa está aprendiendo un contenido curricular, pero de manera implícita está asimilando un contenido idiomático, al leer, seguir un proceso para sintetizar y exponer sus conclusiones ante el grupo.

Podemos decir, entonces, que cuando un alumno lee, procesa información, elabora textos, sintetiza, escribe, argumenta, describe, debate, etcétera, como proceso de asimilación en cualquier asignatura, está utilizando procesos idiomáticos. El maestro de cualquier materia debe hacer consciente la estrecha relación que existe entre la enseñanza y el idioma y sistematizarla en cada clase.

El desarrollo de habilidades del lenguaje del maestro condiciona (en buena medida) el desarrollo de la enseñanza. Un profesor que (además del dominio de su asignatura) es competente para hablar, escribir, leer y escuchar, garantiza una enseñanza de calidad.

Enseñar no solo es transmitir conocimientos, aunque efectivamente es lo esencial, prioritario, o la primer etapa; a la enseñanza le corresponde, también, el desarrollo de habilidades de pensamiento, el fomento del trabajo independiente, el desarrollo de hábitos, actitudes y valores. Esto se logra utilizando un lenguaje docente adecuado, para presentar contenidos, dirigir el proceso educativo, estimular y regular la comunicación de sus alumnos.

Para determinar que es competente, el lenguaje del profesor debe abarcar cuatro niveles:

Lenguaje especializado. El profesor de cualquier asignatura debe manejar el lenguaje especializado de la materia que imparte; este es el núcleo de su lenguaje, y por lo tanto tiene la obligación de estar capacitado y actualizado; su tarea primordial será transmitirle a los alumnos los conocimientos de esta área.

Lenguaje didáctico. Es el segundo nivel del lenguaje docente. El maestro de las diferentes asignaturas deberá tener una intención pedagógica para darle a sus conocimientos científicos una estructura y tratamiento didáctico, de acuerdo con el nivel educativo a quien va dirigida la enseñanza. No es lo mismo, por ejemplo, impartir una conferencia acerca de las categorías gramaticales para especialistas en el área, que para alumnos de educación superior o para estudiantes del nivel primario; aunque es el mismo conocimiento, se le debe dar un tratamiento diferente para que el público lo pueda asimilar. Este nivel está determinado por los objetivos y contenidos de la materia establecidos en el programa de estudios.

Lenguaje estético. Es el tercer nivel del lenguaje docente. El profesor debe utilizar con sus alumnos un lenguaje bello, agradable, correcto y sencillo, tanto para hablar como para escribir.

Lenguaje usual. El último nivel del lenguaje docente es el usual, familiar o corriente, y también es de suma importancia para lograr la relación pedagógica social, que permita un mayor acercamiento y una mayor comunicación entre el profesor y el alumno, para el logro de los objetivos propuestos.

Estos cuatro niveles constituyen el lenguaje docente, y en este orden quiero enfatizar que para un profesor lo más importante es el lenguaje científico del área que domina y la transmisión del mismo será su principal tarea, pero, para lograrlo, necesita de los otros niveles, sin los cuales tampoco podría cumplir esta tarea primordial.

El lenguaje docente es, en cierto sentido, un lenguaje artístico, una síntesis específica del lenguaje científico, lenguaje didáctico y lenguaje usual. El lenguaje y tono de voz del educador son expresión de su personalidad, de su maestría pedagógica; de esto podemos deducir que junto a su función cognitiva y comunicativa, el lenguaje posee una función estética, no solo en el sentido de hablar bellamente y sin errores fonéticos, sino que debe ser expresión de la ciencia y del valor humano.

"La concentración intelectual y la atención pueden beneficiarse por la ayuda de instrumentalidades como medios auxiliares, pero solo se logran cabalmente a través de la comunicación personal y directa del profesor con el alumno... Cuando el maestro logra la comunicación directa y efectiva, con o sin ayuda de instrumental, puede determinar que los alumnos desarrollen intereses, propósito de aprender, esfuerzo de conocimiento y verdadero prurito inquisitivo" (Dr. Luis Garibay Gutiérrez)





Herminia Ruvalcaba Flores

Maestra normalista y Máster en Educación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario