Es responsabilidad de todos y cada uno
de las personas involucradas en los procesos educativos, asumir la
responsabilidad de ser coautores del crecimiento personal, académico y cívico
de los niños que tenemos a nuestro cargo.
La sociedad demanda nuevos y mejores
ciudadanos concientes de sus derechos y obligaciones, que sepan convivir con el
resto de los seres que les rodean, que manejen medidas preventivas en apoyo a
los grandes problemas que aquejan a sus comunidades, seres responsables capaces
de enfrentar retos, de cometer aciertos y desaciertos, pero todo en aras de la
mejora continua, del bien común, y el papel que juega la escuela en este proceso
es altamente importante.
Todas las instituciones educativas
nacionales e internacionales sostienen que la sociedad debe vincular esfuerzos
compartidos relacionándose o involucrándose en los procesos educativos de sus
hijos, pero la escuela a su vez, tiene que retomar el papel que le corresponde,
reasumiéndose como el espacio que permite el desarrollo de las personas.
Dentro de uno de los módulos de los 10
Desafíos para la Educación
que presenta la UNESCO
menciona que:
… se está produciendo
un conjunto de cambios que desafían al sistema educativo: los conocimientos se
incrementan en todas las áreas; se amplia la diversidad de visiones del mundo y
temáticas que reclaman un espacio en los currículos; cambian las tecnologías y,
con ellas, las formas de comunicación y los empleos; aparecen nuevos requerimientos para la formación de un
ciudadano en condiciones de participar en la democracia; se producen cambios
significativos en la estructura y dinámica de las familias; los sistemas
educativos se expanden rápidamente e incorporan a nuevos sectores de la
población que estaban excluidos. [Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación. (2005): 6]
¿A quién le corresponde entonces,
retomar el papel que juega la escuela en este reto tan importante? Como lo
mencioné al inicio del documento, el compromiso es de todos los involucrados
dentro de la escuela, buscando espacios en donde se realicen acciones de manera
colaborativa, en la búsqueda de mejoras en los entornos laborales que
repercutan en la calidad de los aprendizajes del alumnado.
La escuela como unidad de la sociedad
ha perdido de un tiempo a la fecha, el rol de ser formadora de ciudadanos
responsables y útiles a la sociedad, parte de esto influyen los medios de
comunicación, la desintegración familiar y diversos factores que se pueden
mencionar, pero sobre todo, que el propio docente no ha querido retomar su
responsabilidad en retribuirle a la escuela el papel para el que fue
implementada.
Actualmente la sociedad supone que la
escuela es la responsable de todos los males que la aquejan, dejándole el
compromiso de corregir dichos males, así lo establece el documento antes
mencionado:
Se espera que la
educación formal sustituya a la familia en una porción cada vez mayor del
tiempo de la vida del niño y en la socialización básica; que enseñe a leer y
escribir, y el resto de los aprendizajes básicos; que eduque para la
democracia, los derechos humanos, el respeto por el medio ambiente, el consumo;
que atienda la alimentación y la salud de los niños; que enseñe idiomas e
informática; que brinde educación física y artística. [Instituto Internacional
de Planeamiento de la
Educación. (2005): 6]
Esto es compromiso de todos, y
una forma de lograrlo es utilizando una
apertura al diálogo dentro de las escuelas, que los involucrados en ella
(Directivos, Docentes, Padres de Familia y Alumnos), trabajen por el bien
común, reacomodar los esquemas conceptuales que tenemos del término gestión, para ser capaz de generar
oportunidades en donde se trabaje colaborativamente, a partir de proyectos que
impacten directamente en la
Escuela , por ejemplo: Reforestar un área cercana al edificio
escolar, hacer un proyecto del uso y cuidado del agua, etc., al vincular
esfuerzos, se abarcan todos los aspectos dentro del aprendizaje de los alumnos,
se mejoran los conocimientos, se desarrollan habilidades y competencias, se
vuelven alumnos críticos, con iniciativa para resolver problemas, con actitudes
de respeto y amor por su entorno cercano que por ende se verá reflejado en el
bien de su comunidad, de su estado y de su país.
Ya lo menciona la
Dra. Lya
Ante el reto de un contexto
diverso y cambiante, la gestión debe responder con acciones que propicien el
intercambio, la cooperación y el respeto a la diversidad, y es por eso que la
concepción de "poder" también está cambiando. (s.f. párr. 15)
Nos toca ahora decidir como parte de
nuestro trabajo como docentes, que actitud tomar ante el enorme reto que
tenemos, parte importante de esta apertura al cambio, es saber que las
autoridades civiles se están preocupando porque estos procesos se realicen, se
nos escuche y se nos apoye y tome en cuenta, para así lograr que nuestra
escuela retome el rumbo de ser una institución reconocida por ofrecer servicios
de calidad y que promueve en el camino individuos con la consigna de saber lo
que son y lo que quieren llegar a ser.
Referencias:
- Instituto Internacional de Planeamiento de
- Sañudo, Lya. (s.f) La transformación de la gestión educativa. Entre el conflicto y el
poder. Recuperado el 22 de octubre del 2006 de: http://www.jalisco.gob.mx/srias/educacion/consulta/educar/16/16Lya.html
Mtra. Silvia Esthela Rivera Alcalá
No hay comentarios:
Publicar un comentario