lunes, 25 de mayo de 2015

Las reflexiones del maestro Roberto: Reprobación en la escuela

Ahora que el maestro Roberto ha regresado a su escuela y luego de conocer su nuevo horario y los grupos que va a atender, se encontró en la carpeta que le entregaron en la dirección con las estadísticas finales del ciclo anterior, esas que ubican en el “ranking” de escuelas del estado y del sector, a su querida secundaria.

 

Estas estadísticas representan, para los administradores de los planteles educativos, una forma de enlistar a las escuelas secundarias bajo criterios como reprobación, deserción y aprovechamiento escolar y para los docentes una oportunidad de reflexión sobre los resultados de su práctica docente.

 

De entre las 19 escuelas que forman su sector, la del maestro Roberto ocupó el último lugar en reprobación, con un 30.65 %. La noticia, en la primera reunión de maestros en el nuevo ciclo escolar, alarmó a más de uno, es un porcentaje muy alto pensó Roberto.

 

Al poner más atención en los números se ha dado cuenta que hay que ver con cuidado y con reserva este atemorizante 30.65 %. En ese porcentaje, según lo visto por Roberto, está incluida no solo la reprobación sino también la deserción y el ausentismo (entendidas como los alumnos que han abandonado la escuela y aquellos que constantemente faltan). La pregunta llegó a la mente del maestro Roberto: ¿qué representa entonces ese 30.65%? ¿representa que 30 de cada 100 de los alumnos verdaderamente están reprobados? Sí y no.

 


Sí, porque verdaderamente 30 alumnos de cada cien han reprobado al menos una materia de las nueve que llevan en un ciclo escolar. ¡Ahhh! Entonces ese porcentaje corresponde a la reprobación de alumno materia, es decir, que de todas las materias cursadas por la totalidad de alumnos –que son muchas si se tiene en cuenta que son 398 estudiantes que llevan entre nueve materias, algo así como 3 582--, entonces ese 30.65% de reprobación tiene un sentido muy particular: que 119 del total de alumnos de su escuela reprobaron, al menos una materia, pero ¿todos ellos reprobaron el curso? ¿los 119 no han sido promovidos al grado siguiente? ¿no sería más útil un porcentaje por asignaturas que uno general? Tal vez lo más apropiado sea tomar este porcentaje por asignatura, tendría más significado que un porcentaje general que no alcanza a explicar matices importantes, pues cuando se habla de la reprobación en una escuela es este el porcentaje de referencia, pensó el maestro.

 

No, porque ese 30.64 % no representa cabalmente la idea de reprobación como “no promoción” al curso siguiente, puesto que de los 119 alumnos que reprobaron una materia sólo 26 no pasaron al siguiente grado. Esto es que solo el 6.53% del total de alumnos de la escuela reprobaron el curso escolar. Otra razón para ver con recelo ese porcentaje. Así, en rigor, el porcentaje real de reprobación de la escuela al final del ciclo escolar es de apenas del 6.53%. Muy lejos del 30.65% tomado como referencia para el inspector del sector y seguramente para la Secretaría.

 

Pero además, observó el maestro Roberto, también se ha incluido en ese porcentaje la deserción y ausentismo de los alumnos. Inmediatamente vino a su mente el caso de Ana, aquella chica que ya no asistió al último período y a la que los maestros de la escuela debieron asentarle calificación –cinco, según la normatividad—a las nueve materias que cursaba, y de los otros tantos casos similares. Esto quiere decir que las bajas de todo el año son tomadas en cuenta para sacar el porcentaje pues se obtiene a partir de la inscripción. El maestro Roberto tomó sus cosas, se fue un tanto más tranquilo, con su nuevo horario en las manos y con la esperanza de que este año sea mejor que los anteriores.

 

 

PARA RECORDAR:

A PROPÓSITO DE EVALUACIONES

 

Los últimos meses hemos escuchado y leído los muchos comentarios y afirmaciones de la crisis por la que pasa la escuela secundaria, algo que tal vez muchos docentes conocíamos ya desde hace mucho tiempo, pero ¿de dónde salieron los diagnósticos que han hecho desatar una escrupulosa observación a esta etapa de la educación básica?

 

Uno de ellos, posiblemente el que más eco ha tenido, surgió de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien desde el año 2000 inició un programa de evaluación global de los resultados alcanzados por los sistemas educativos de sus países miembros llamado PISA (Programa Internacional de Evaluación de los Estudiantes). Entre los países miembros se encuentra México.

 

El propósito de este programa ha sido medir y comparar los conocimientos, aptitudes para la vida y actitudes hacia el aprendizaje de los estudiantes de quince años de los 28 países miembros y de otras cuatro naciones invitadas.

 

Todos sabemos que México ocupó el lugar 31 de los 32 evaluados, que aunque fue el más alto para los países latinoamericanos, no es un buen resultado para nuestro sistema educativo nacional y sí un buen parámetro para analizarlo.

 

Un aspecto importante del informe es que relaciona el índice de calidad de vida como una influencia importante en la calidad de la educación.

 

Así, según esta evaluación, los países con más altos resultados son aquellos cuyas acciones han reducido notablemente las diferencias socioeconómicas entre su población; un aspecto que debería ser considerado seriamente por la Reforma Integral de la Educación Secundaria (RIES).

 

Como parte de la exploración del programa tiene que ver directamente con el desempeño de los estudiantes en aspectos como lectura, matemáticas y ciencias, aporta un buen referente para conocer las habilidades básicas de los estudiantes evaluados.

 

Otro aspecto que llama la atención, es que destaca el hecho de que en casi 14 países más de la cuarta parte de los estudiantes no asumen una actitud positiva hacia la escuela y que ésta es un lugar al que no quieren ir. Actitud que cada día se hace más notoria en nuestras escuelas, los estudiantes no muestran una motivación interna por el estudio, muchos asisten solo porque tienen que hacerlo.

 

Finalmente habría que insistir en que lejos de evaluar conocimientos o la disposición de información en los estudiantes, como muchos podríamos pensar, el programa PISA trata de averiguar si los estudiantes poseen la preparación, los elementos necesarios para enfrentar el futuro, si tienen la capacidad de análisis, razonamiento, habilidades comunicativas y si todas estas actitudes y capacidades les permitirán seguir aprendiendo.
 
 
Maestro Roberto

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